Torres Quevedo, el padre de la IA

Qué dirías si te dijera que el precursor de la inteligencia artificial fue un inventor español, más concretamente un cántabro. Tal vez lo dudes, pero Leonardo Torres Quevedo (1852-1936), que no Da Vinci, fue el «inventor más prodigioso de su tiempo». De hecho, así se llama la exposición que ha organizado la Academia de Ciencias de la Región de Murcia en la Biblioteca General 'María Moliner' de la Universidad de Murcia, en el Campus de Espinardo, que estará todo el mes de octubre. Está formada por 36 paneles y 6 vitrinas, y la entrada es libre. Allí se pueden ver las últimas publicaciones sobre el inventor, y una cronología de su carrera e inventos, «empezando por el primero, que fue la solución del transporte por cable de personas con seguridad, el llamado transbordador, hoy conocido como teleférico, y es un invento cántabro», afirma el comisario de la exposición, profesor titular de Historia de la Ciencia en la Universidad Complutense de Madrid, Francisco A. González Redondo, quien ha escrito y coordinado más de 20 libros y más de 200 artículos y capítulos. Entre sus obsesiones se encuentra este gran inventor. «Pienso que es de extrema necesidad que se le enseñe a los más pequeños que existió, y que sirva de referencia para todos los demás», indica González Redondo.

Una de las invenciones del matemático e ingeniero fue el Astra-Torres, un dirigible flexible que ofrecía las mismas prestaciones que modelos rígidos como el zepelín. Las fuerzas armadas de muchos países quisieron utilizarlo.

En 1903 Torres Quevedo presentó el Telekino, un sistema de control remoto por ondas hertzianas. Se trata del primer aparato de radio-dirección del mundo. Otra de sus obras más reconocidas fue el Spanish Aerocar, el transbordador que cruza las cataratas del Niágara. Se inauguró en 1916, y continúa en activo hoy en día como el más antiguo en funcionamiento del mundo, «y sin ningún accidente», apunta el comisario. El inventor creó una nueva forma de ver la ingeniería con la automática, y sentó las bases de lo que hoy conocemos como inteligencia artificial. Diseñó en 1914 'El Ajedrecista', un sistema electromecánico capaz de jugar al ajedrez contra un humano. «La prensa francesa reconoció que la máquina podía reconocer el trabajo cerebral del hombre. Es decir, la máquina imita comportamientos humanos que lo mismo que hace una IA hoy en día. El padre de la inteligencia artificial no era inglés, era español y se llamaba Torres Quevedo», precisa el profesor.

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