Solo una impresionante campaña de marketing puede conseguir que medio planeta esté hablando de este señor. Se llama Roberto Valbuena. Es guapo a rabiar y médico estético. Lo que tiene de lindo, lo tiene de tonto. Espero que con el bisturí sea más prudente. El otro día alguien le preguntó ¿Qué tiene que tener una mujer para que un hombre pueda hacerle sexo oral? La contestación literal: «Debe oler muy limpia y perfumada. Dúchense antes si pueden, una exnovia se hacía duchas vaginales con una perita con agua y Listerine al bañarse».
Se quedó tan ancho. Listerine y él, en singular alianza, consiguen que todos hablemos de esto porque, claro, la higiene es importante. Sin embargo, el elixir bucal en la vagina u otros conductos y mucosas pueden ser incluso peligrosos. Detrás de estos titulares veo la mano de un publicista, lo tengo claro. Lo malo es que seguro que mucha gente se ha lanzado como posesa a probar el truco del elixir. Somos así de borregos. Erotizar la mañana con estas suposiciones vagando por la red es divertido. Idiotizarse puede resultar incluso dañino para la salud. Los los médicos sensatos que conozco, las matronas que conozco, incluso sexólogos, jamás te recomendarán que te laves el parrús con otra cosa que sea agua y, si acaso, un poquito de jabón neutro. Así de simple. No necesitas un máster ni un tutorial de Youtube.
Señoras del mundo, olvídense de lociones y aceites en aquella parte. Lo mejor para tener el jardín de las delicias estupendo es higiene habitual y vestirlo, a ser posible, con prendas de algodón y transpirables. Un pubis saludable no ha de oler mal. Huele a vagina. Punto. Y los olores vaginales son únicos y personales. Si a tu pareja no le gusta, entonces tenemos un problema, Houston. A lo mejor sucede al contrario, que el olor de tu vagina sea tan especial que decidas convertirlo en perfume o vela olorosa como hizo Gwyneth Paltrow.
Tengo una noticia: el osopardismo está pasado de moda
Lo que me molesta de esta polémica es que siempre es la mujer quien ha de estar limpia, perfecta y con el lazo puesto para que ellos sean felices. ¿Y los hombres qué? Tengo una noticia: el osopardismo está pasado de moda. Las mujeres también tienen sus normas. Tranquilos, no os lancéis a sumergir el miembro masculino en litros de Varón Dandy. Lo positivo y deseable es que lo vuestro tenga su buena dosis de limpieza y que el bosque esté lo más despejado posible. Entiendo que este particular es eso, muy particular. Si acaso, habladlo con la pareja que veréis que no pasa nada. Vergüenzas fuera ¿No será mejor eso a que se vaya todo al traste por falta de comunicación?
Es posible que os parezca poco romántico, pero nada tiene de negativo que, en medio de la pasión del momento, si uno ha estado todo el día por la calle y huele a choto, realizar una parada técnica y pasar por la ITV como decía un amigo mío. Cuchi, cuchi, espérame tres minutillos que ahora vuelvo. Ídem para nosotras. Que no se para el mundo por interrumpir un momentico la efervescencia y refrescarte.
En todos estos asuntos la palabra esencial es sentirse cómodo y cada pareja entenderá esa comodidad a su manera. Lo mismo para ellos y ellas lo más cómodo no es practicar sexo oral en absoluto... y tampoco pasa nada, siempre que estén de acuerdo.
Tengo que averiguar quién está detrás de este despropósito publicitario para sumergirlo en una piscina de elixir 24 horas.