Juan Luis Gallego, del Trío Arriaga: «Hay espacio suficiente para compartir nuestro cometido»

Piotr Illich Chaikovski (1840-1893) pasó por esta situación cuando falleció su íntimo amigo Nikolai Rubinstein, pianista, director y fundador del Conservatorio de Moscú. Para el célebre compositor de la Sinfonía Patética, escribir música para piano y otro instrumento de cuerda era una suerte de tortura para sus oídos, como confesó por carta a su admiradora y mecenas Nadedja von Meck. Sin embargo, a los nueve meses de la muerte de Nikolai decide homenajearlo componiendo el Trío para piano y cuerda en la menor «A la memoria de un gran artista», opus 50.

Esta monumental obra formada por dos movimientos va a ser interpretada en el Auditorio de Murcia por el Trío Arriaga, formación camerística de reconocido prestigio internacional que está integrada por el violinista Juan Luis Gallego, el violonchelista Daniel Apellániz y el pianista Daniel Ligorio. Precisamente, hoy tenemos la ocasión de comentar con el primero de ellos los aspectos más interesantes de esta partitura que contribuyó de manera esencial al nacimiento de la música de cámara en Rusia.

El concierto del próximo lunes sirve de presentación a la nueva grabación del Trío Arriaga titulada «Elegía» que incluye los dos tríos para piano y cuerda considerados por excelencia como elegíacos, el de Chaikovski y el de Shostakovich.

- Resulta paradójico que un músico tan reticente en escribir para piano y cuerda acabase componiendo una obra de este calibre.

- Chaikovski tuvo dudas respecto a escribir este trío ya que no creía que el balance entre violín, chelo y piano iba a funcionar. Él era un gran orquestador y esto subyace en toda la monumental obra, que puede considerarse como una gran sinfonía para orquesta en pequeño formato.

- ¿Cómo se refleja en la partitura la sensación de pérdida e impotencia del compositor?

- El trío está dedicado al pianista Nikolai Rubinstein, su gran amigo. Esto hace que esté construido desde este instrumento de teclado, que tiene una participación muy virtuosa y jugosa para cualquier pianista con renombre desde principios del siglo XX. El Trío de Chaikovski es sin duda una obra importante en el repertorio camerístico.

- ¿Y desde el punto de vista melódico, qué es lo que destacaría con respecto a la dedicatoria del compositor?

- El carácter cíclico, obstinado y variado del tema principal del primer movimiento, que aparece varias veces y alude a la idea del fatum de Chaikovski. Este tema está en la tonalidad de la menor y aparece de forma monumental al final del segundo movimiento, cuando el héroe que se enfrenta a la adversidad asume que los acontecimientos han dado un giro dramático para mal. Esa manera de repetir a lo largo del trío esta dolorosa melodía en la menor, es lo que provoca esa sensación de impotencia y tristeza de la que no se puede salir.

- La obra consta de dos movimientos lo que contrasta con su gran extensión y magnitud.

- El primer movimiento Pezzo elegiaco tiene forma de sonata clásica con sus particularidades y el segundo es un Tema con variazioni con una coda de marcha fúnebre. Ya hemos hablado del primer tema en la menor, nostálgico, triste y doloroso con partes que contrastan entre sí, ya que, además del conflicto, está la idea de resolverlo. El dolor está presente a lo largo del trío, pero también hay momentos para la alegría.

- Algunos críticos de la época interpretaron que el segundo movimiento es un retrato musical de la vida de Nikolai Rubinstein.

- Efectivamente, las once variaciones sobre un tema dolce y espressivo en la tonalidad de mi mayor sacado del folclore ruso son una manera de contarnos episodios de la vida del amigo. Así encontramos un scherzo, un vals, una mazurka, una fuga y un nocturno, entre otras formas musicales, donde el piano tiene un notable protagonismo. En general, el carácter de este segundo movimiento es muy positivo pero, como hemos dicho, tras el allegro finale heroico se produce un giro dramático en los acontecimientos con el retorno del tema del principio en la menor y todo termina con una marcha fúnebre.

- Hay dos momentos muy significativos en el Trío de piano y cuerdas de Chaikovski que son el tercer tema dolce espressivo del primer movimiento y el piangendo finale. ¿Qué podría decirnos sobre ellos?

- Esta tercera idea aporta un contraste muy notable ya que es el primer instante de calma tras los dos temas iniciales tan luminosos y dotados de energía poderosa. Es un tema de carácter íntimo en piano que transmite un optimismo y vitalidad increíbles. El piangendo aparece en la marcha fúnebre final mientras el piano da sus últimos latidos y los dos instrumentos de cuerda lloran literalmente, describiendo el dolor por la pérdida del amigo.

- Se ha destacado el protagonismo que Chaikovski otorgó al piano en esta composición, pero ¿cómo se comporta cada instrumento en el trío? ¿Cómo dialogan entre ellos?

- El piano tiene un rol protagonista con una parte verdaderamente virtuosa, pero son los tres instrumentos los que tienen un carácter de solista en la obra. Hay espacio suficiente para compartir ese cometido entre los tres y para que surjan diálogos entre violín y violonchelo o entre ellos al unísono y el piano.

- Escuchando a Juan Luis se intuye la enorme dificultad que tiene interpretar este trío. ¿Qué retos plantea esta monumental composición?

- Los conflictos surgen a tres niveles. Primero individualmente, luego para ensayar en conjunto y finalmente para llevarla a escena. Cada instrumento a nivel particular tiene una parte compleja y después, a nivel colectivo, aparecen las dificultades de cualquier obra grande de música de cámara. Además por la extensa duración e intensidad del trío, se requiere una forma física y una concentración intensa y esto no es siempre fácil de conseguir. Estamos ante uno de los tríos más complejos de llevar a escena.

- ¿Qué momento del trío piensa que va a ser especial para el oyente que acuda el lunes al Auditorio Víctor Villegas?

- Siempre me ha cautivado y conmovido el retorno del primer tema del trío al final del segundo movimiento, un giro de guión totalmente inesperado pero propio de las sinfonías de Chaikovski.

Para comprender los últimos latidos que el compositor otorgó al piano, probablemente hay que haber perdido recientemente a un ser querido. Resulta insólito cómo este compositor es capaz de hurgar en nuestro interior con notas hiladas en melodías sin respiro. Imaginen por un momento que tienen la posibilidad de escuchar esta música con la sonoridad del directo.

Promúsica organiza este lunes 18 de abril, a las 20 horas, en la sala narciso Yepes del Auditorio Víctor Villegas el concierto del Trío Arriaga con obras de Chaikovski y Shostakovich.