Cristóbal Soler: «Las emociones están más a flor de piel»

–Mantener la tradición de dar la bienvenida al Año Nuevo con música es una buena noticia.

–¡Muy buena noticia! Empezar el año trabajando en lo que más amas...; siempre digo que trabajar en tu 'hobby' es algo bellísimo, a pesar de que ahora nos encontramos en un mundo delicado. Es complicado organizar este tipo de eventos, y por ello agradezco que las instituciones hagan este esfuerzo.

–¿Cómo han vivido este año músicos y orquestas?

–Ha sido un año verdaderamente difícil. El músico forma parte de una orquesta, de un equipo, y necesita estar en contacto con otras personas. En este sentido, las formaciones más pequeñas o de cámara lo han tenido un poco más fácil; también está habiendo mucho 'streaming', y por esa parte hemos innovado mucho y algo va a quedar. La música es un derecho universal y hay que facilitar que las personas, desde sus casas, puedan acceder a ella, aunque para ello se necesitan buenos técnicos tanto visuales como de sonido. Esa es la parte positiva de todo lo que ha sucedido.

–En su caso, ¿cómo ha sido este último año?

–Desde 2010 colaboro con la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE), y tenía previsto realizar con ella una gira estupenda durante la Pascua... Ha habido muchos conciertos que se han caído y no ha habido otra opción, y otros que al principio se anularon y después se han podido realizar al final del año. Hace unas semanas, por ejemplo, dirigí el 'Réquiem' de Mozart en Cullera; pero la colaboración con la JONDE es más complicada porque supone juntar a mucha gente joven... En este caso, son conciertos que me hacían mucha ilusión, pero lo comprendes, y piensas que tarde o temprano esto pasará.

–¿Qué percibe en estos últimos tiempos desde el escenario?

–Las emociones están más a flor de piel. Durante el Réquiem en Cullera se produjo una atmósfera de gran sensibilidad y emoción. El coro cantó con mascarilla, los solistas se la quitaban y se la ponían, los miembros de la orquesta también llevaban su mascarilla... No fue un oratorio sin más. De hecho, durante el concierto leí una carta que Mozart escribió a su padre en el lecho de su muerte en la que le transmite un mensaje de paz. Siempre pienso en positivo y creo que en el futuro aprenderemos a valorar todo un poco más.

–¿Cuál es su propuesta para los conciertos de Murcia, Cartagena y Águilas?

–El de Año Nuevo es un concierto de tradición y, obviamente nos basamos en una estructura de valses y polcas, pero también habrá zarzuela. Siendo director musical del Teatro de la Zarzuela de Madrid, un año nuevo propuse un programa que se titulaba 'Valses y polcas de la zarzuela'. Hubo una marcha, pero fue el 'Viva España', de Chueca, y también otros temas de autores españoles. Tuvo mucho éxito, y lo cierto es que se habló mucho del concierto, que se retransmitió incluso por televisión, pero al final no tuvo el efecto que creíamos. Hace décadas que las galas líricas se plantean con un programa doble de ópera y zarzuela, y creía que iba a pasar algo parecido, pero las orquestas españolas siguen interpretando valses y polcas de la familia Strauss. En esta ocasión, el público va a escuchar 'El Danubio azul', y 'La marcha Radetzky', eso no cambia, pero también va a poder escuchar un porcentaje de valses y polcas dentro de la zarzuela. En cualquier caso, la atmósfera que vamos a crear va a ser una atmósfera de año nuevo, e invito al público a que venga a disfrutar de la música.

–¿Ha tenido la oportunidad de tocar antes junto a la Sinfónica?

–Sí, estuve con ellos en un concierto anterior. No recuerdo muy bien en qué año fue, pero sí que hubo muy buen 'feeling'. La directora [Virginia Martínez] es muy buena compañera, y sé del crecimiento y del desarrollo que está teniendo la propia orquesta.

–¿Tiene ganas de reencontrarse con ellos en el escenario?

–Sí, y por eso me hizo mucha ilusión cuando me llamó Virginia y me dijo que habían pensado en mí para estos conciertos; sobre todo porque recuerdo esa semana con ellos como una semana que disfrutamos mucho. Hicimos, además, un programa comprometido, 'Metamorfosis', de Hindemith, que es una obra que compromete mucho a las orquestas y que no se programa tanto. Hubo muy buen ambiente, trabajamos muy a gusto y fue muy agradable. Me hace mucha ilusión volver.

–¿Qué le pide al nuevo año?

–Salud para todos, felicidad, paz, calma, trabajo; todo lo que necesitamos las personas, pero sobre todo, que podamos abrazarnos.