Santiago Motorizado: «Hoy se demanda que el músico muestre día a día qué está haciendo»

–¿Cómo está siendo la vuelta a los escenarios?

–Muy buena. Estuve tocando en solitario durante la pandemia pero con la banda decidimos esperar porque sentíamos que parte de toda la experiencia que implica Él Mató a un Policía Motorizado tiene que ver con poder saltar y estar en contacto con el otro. Queríamos esperar al formato de siempre y la verdad es que esta gira de 2022 está siendo muy linda en ese sentido. Hay algo más enérgico en todos los 'shows' debido al reencuentro, después de tanto tiempo y todo lo que vivimos en esta cuarentena mundial. Son conciertos muy intensos y especiales.

–¿Están trabajando en nuevo material?

–Después de haber estado tocando en México, este marzo cruzamos a Estados Unidos, nos metimos en el estudio una semana y grabamos tres canciones, de las cuáles mezclamos dos. Ahora vamos a volver en los últimos días de agosto, antes del Primavera Sound en Los Ángeles, para grabar el resto. La idea es tratar de grabar un álbum y si no llegamos, lo completaremos en algún momento para sacarlas cuanto antes.

–¿Qué puede contarme sobre esas canciones?

–No existía un plan muy elaborado cuando fuimos a grabar esa semana. Acá, en medio de la gira, nos trajimos el estudio móvil donde vamos terminando de armar la maqueta y los bocetos de lo que va a venir . Pero me gustó un poco ir sin plan al estudio y que en el último momento fuera surgiendo todo. Obviamente, en un punto, sería lo ideal pero nos llevaría más tiempo –que no tenemos este año– y el presupuesto tampoco da para tanto. Las cosas que hicimos están bien y estoy contento. No hay una idea muy central que unifique por ahora las canciones, todavía falta para definir una estética puntual pero me gusta que sea una cosa más ecléctica que va viajando y tratar las canciones como temas individuales que caen para el lado que surja. Después ya se verá como queda todo en conjunto.

–¿Es la primera vez que graban un álbum de esta manera menos 'planificada?

–Yo creo que sí porque cuando grabamos 'La Síntesis O'Konnor' estuvimos mucho tiempo en la preproducción, preparando las canciones y dándole vueltas. Estuvo buenísimo ese ejercicio y salimos del estudio con casi todo armado. Pero acá vamos sin tanto plan. Se genera una sensación de vértigo final que te ayuda a decidir rápido ciertas cosas que surgen en tu cabeza. Es como una inspiración, un despertar creativo que surge en esos momentos urgentes.

–¿Las letras o la esencia de la música han cambiado por culpa de la pandemia?

–Las que ya hice, seguramente sí están atravesadas por la pandemia. Mi vida cambió mucho así que va a repercutir inevitablemente. Las canciones no hablan de ella pero nos atravesó fuertemente entre el encierro, la incertidumbre, el momento de introspección, de pensar mucho las cosas, la vida, la banda...algo de ese espíritu está en las canciones. Quizá son más reflexivas, más oscuras o más pesimistas. Hay un poco de todo. Nunca voy a ser directo, no suelo hablar de algo literalmente pero todo eso está dando vueltas ahí en mi cabeza.

–¿Es difícil mantenerse dentro de un estilo con la tendencia actual a las sinergías?

–Vivimos tiempos raros, sobre todo, por cómo consumimos la cultura. Creo que lo extraño pasa por las redes sociales y la interacción de los músicos con sus seguidores, que ahora tiene un protagonismo que antes no era tan directo y explícito. Todo eso ha repercutido mucho en la música y creo que en algún punto la ha perjudicado porque vivimos en un tiempo donde todo se vuelve más superficial y el misterio está mal visto, y yo siento que una vida sin misterio es un error. Hay ahí una punición que demanda que el músico no se exprese solo con sus canciones sino que tiene que estar día a día mostrando que está haciendo. Nosotros lo hacemos, no hablo desde lo ajeno. Estamos subiendo 'stories' [a Instagram] promocionando nuestra gira, pero cumpliendo con esa cuota de lo que las redes sociales piden del día a día, de tu cotidianidad. Me divierte en un punto y en otro siento que somos esclavos de algo ajeno y eso yo creo que repercute en la música más allá de los géneros y de las fusiones.

–¿Y cómo repercute?

–En una decadencia en la cultura pop. Quizá la tensión está en que buscamos esa sensibilidad que nos transmite la música y es capaz de conmovernos y hacernos vibrar en otro lado. O a lo mejor esas emociones ya están satisfechas con otros estímulos y al final, la música se ha quedado en segundo plano, como un acompañamiento.

–¿Le preocupa ese cambio?

–Estoy atento a eso porque soy un amante de la música, de la experiencia y el misterio que hay alrededor de ella cuando descubres una banda nueva, te sumerges en un lugar nuevo o apuestas por algo y puedes aceptar o equivocarte. Toda la experiencia misma de estar vivo, de recorrer el mundo, la vida y el día a día se está perdiendo. Ahora, nuestra experiencia pasa más por el móvil y por cosas más efímeras y más superficiales; y eso me asusta un poco. No sé que va a pasar con eso, si estoy exagerando o si es peor de lo que estoy imaginando pero estoy alerta a esos cambios culturales.