Daniele Gatti: «Debemos hacer música aunque el público nos disfrute desde casa»
El director italiano guía mañana en el Auditorio Víctor Villegas a la Mahler Chamber Orchestra a través de la obra de Schumann
Está «particularmente feliz». Lo dice y sus ojos se entornan desvelando una sonrisa que esconde la mascarilla, ¡la 'mascherina'!, pronuncia en un italiano que apenas ... pone barreras a la comunicación y de la que solo se despoja para posar ante el fotógrafo. Ha viajado desde Milán hasta Murcia conduciendo su propio coche para evitar el avión, del que, dice, no «se fía»; en su país, como en tantos otros, la Covid ha causado mucho «sufrimiento».
Daniele Gatti (Milán, 1961) sonríe cuando se le pregunta por Murcia y vuelve a esbozar un gesto de dicha cuando habla de la pequeña gira –apenas tres conciertos: uno en Murcia y dos en Barcelona– que mañana –19.00 horas– inicia en el Auditorio Víctor Villegas de la capital en compañía de la Mahler Chamber Orchestra, la reconocida agrupación italiana fundada por Claudio Abbado en 1997 y de la que Gatti, reputado director de orquesta con amplio bagaje en formaciones clásicas de todo el mundo, y actual responsable musical del Teatro dell'Opera di Roma y la Orquesta de Mozart, es asesor artístico desde 2016.
Conviene saber
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En concierto: Mahler Chamber Orchestra, con direcció nde Daniele Gatti.
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Programa: Sinfonías nº 1 y 3 de Robert Schumann.
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Dónde y Cuándo: Auditorio Víctor Villegas de Murcia. Domingo, a las 19 horas. Entradas: de 25 a 35 euros. A la venta en la taquilla del Auditorio y en www.auditoriomurcia.org
«Estoy muy feliz porque este concierto –el que mañana ofrece en Murcia– es el primero que voy a realizar con público en muchos meses». «En mi país, de marzo a junio del año pasado la Covid impidió que pudiéramos ofrecer conciertos con público. Yo fui el primer director que, en junio, con motivo de la fiesta de la República, y ante el presidente de la República, dirigió un concierto con asistentes, y luego en octubre hubo un segundo parón», explica Gatti de la situación musical en su país, donde, sin embargo, la música no ha dejado de sonar: «Hemos seguido tocando en 'streaming'», subraya.
La irrupción de la pandemia, cuenta, ha tornado su actividad en una empresa «difícil», describe, «pero no imposible». «Soy partidario de que esto no puede parar y de que tenemos que seguir haciendo música, aunque el público nos escuche desde casa». Él está «dispuesto a trabajar con mascarilla, con los músicos a cinco metros de distancia, si es necesario. Tenemos una responsabilidad, y es la de combatir el virus con el arte de la música; hacer que nuestro mensaje llegue a todas las personas, sobre todo a aquellas que están sufriendo por motivos de salud o porque han perdido el trabajo. Hoy nuestro esfuerzo es más grande, porque para nosotros es más difícil trabajar, pero tenemos que hacerlo porque no podemos dejar morir la música. Con nuestro esfuerzo –añade– podemos regalar al mundo un momento de serenidad».
«Una sala vacía hace que te desprendas de esa parte narcisista que adquieres cuando tocas para alguien»
Para Gatti, quien ha ocupado importantes cargos en reconocidas instituciones como la Accademia Nazionale di Santa Cecilia, la Royal Philharmonic Orchestra, la Orchestre National de France y la Royal Opera House de Londres, la música es, confiesa, «un refugio»: «Hay veces que te permite viajar a otro mundo, a un mundo ideal y fantástico en el que encuentras mucha energía» y, a través del que puede, apunta, contar al público las historias de otro tiempo. «Tocamos música de hace 150 y 200 años. Somos también historiadores», recalca consciente de que las salas vacías a las que él y sus compañeros se han enfrentado estos meses son también una oportunidad de aprendizaje, a la vez que un baño de «humildad».
«Podemos aprender de esta situación. Está claro que necesitamos al público, pero también es cierto que una sala vacía hace que te desprendas de esa parte narcisista que adquieres cuando tocas para alguien y que te concentres más en la música», sostiene el director italiano.
En Murcia, su concierto invitará a los asistentes a viajar a través de la sinfonías número 1 y 3 de Robert Schumann, «el compositor romántico por excelencia, y el que más ha abierto su corazón al público», describe Gatti.
En su música, dice, «la poesía siempre está presente», tanto, que a sus partituras solo «parece faltarles el texto». La tercera sinfonía, por ejemplo, la compara con la 'Pastoral' de Beethoven, también con cinco movimientos a los que el alemán da nombre. Schumann, explica Gatti, no rotula sus movimientos, pero detrás de cada uno de ellos «hay una historia que, aunque no se cuenta, se siente». Y añade: «No ocurre igual en la primera sinfonía, donde se anuncia la llegada de la primavera, pero sin ser tan descriptiva».
«Tenemos una responsabilidad, y es la de combatir el virus con el arte de la música», dice el director italiano
«Altísimo nivel técnico»
Sabedor de que «puedes tocar varias veces una misma pieza y verla diferente en cada una de ellas», Gatti visita Murcia acompañado de la Mahler Chamber Orchestra, formación con la que mantiene una relación «especial» y con la que dice estar «muy contento» de actuar. «Son once años conociéndonos y siete los que figuro como asesor artístico», afirma Gatti de una orquesta que valora por «su altísimo nivel técnico» pero también por sus «ganas de aprender» y por ser una formación «muy rápida y muy curiosa», elogia.
Hay un asunto, sin embargo, del que Gatti prefiere no hablar, y es su polémica salida de la Royal Concertgebouw Orchestra, de la que fue despedido en 2018 tras las acusaciones de acoso sexual por dos sopranos. «Pasa palabra», dice de ello el director al tiempo que endurece el gesto, de nuevo sonriente al recordar su primera visita a Murcia. Fue hace más de treinta años, cuando todavía estudiaba en el Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán, y lo hizo para participar, junto con sus compañeros, en el Festival Internacional de Orquestas de Jóvenes creado en 1982 por Enrique González Semitiel dentro del programa de actividades culturales de la Universidad de Murcia. Gatti participó dos años: en 1986 y en 1987.
«Fue muy emocionante. Era la primera vez que salíamos de Italia para ofrecer un concierto y recuerdo la ilusión de todos mis compañeros y la mía propia. Nos sentíamos representantes de la música italiana. Fue muy bonito. Todavía guardo los vídeos de aquellos conciertos. Son un recuerdo maravilloso».
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