Un gamberro hiere de muerte a un cisne
Música inesperada ·
Unos senderistas que recorrían el camino que rodea la laguna encontraron ayer un cisne herido de muerte por una flecha. A escasos metros del lugar, unos monjes reprendían a un extraño joven por haber lanzado la saeta que abatió al precioso ejemplar que merodeaba este paraje ancestralmente considerado como sagrado.
Mientras los caminantes se acercaban al grupo, vieron cómo el chico rompía el arco y las flechas ante la mirada impasible de los monjes. Les llamó especialmente la atención el contraste entre la expresión de serena indignación del superior de la orden religiosa y la cara de asombro del muchacho, que parecía estar en un estado de shock.
El joven era incapaz de responder a las preguntas más sencillas relacionadas con su nombre, procedencia o motivos que le hicieron tener ese comportamiento tan negativo. Entonces apareció una indigente, conocida en la zona como la hechicera, que hablaba sobre la historia de un niño huérfano de padre, que su madre mantuvo apartado de la sociedad para evitar que adquiriese las malas actitudes y costumbres de los adultos. Cuando se hizo mozo, decidió marcharse de casa y su madre murió de pena tras meses de infructuosa búsqueda.
Al escuchar la historia, el chico no pudo contener las lágrimas y los monjes le ofrecieron su hospitalidad hasta que él pudiera seguir su camino.
En los últimos meses se han venido sucediendo en torno a la laguna una serie de sucesos de difícil explicación y que parecen guardar conexión con los largos periodos en los que desaparece del lugar la hechicera mendiga que malvive de la caridad de los demás. Hasta la fecha, nadie ha explicado qué ocurrió con ciertos frailes que salieron del convento hacia la ciudad y que nunca más volvieron. También se ha mantenido absoluto secreto con lo sucedido a otro monje con responsabilidad dentro de la organización religiosa y que volvió al monasterio con una herida en el costado que no han logrado cerrar hasta la fecha. Por ello, la reciente muerte de un cisne santificado por una aparente gamberrada, ha encendido las alarmas entre los vecinos del lugar. Los más ancianos advierten que la historia del Castillo de Monsalvat, que siendo niños escuchaban a los mayores, guarda gran parecido con lo sucedido.