A veces, los sentimientos más intensos entran en conflicto con entornos sociales poco permisivos donde se entremezclan el machismo, la hipocresía y las rígidas convicciones ... sobre cómo deben comportarse las personas. Alexandre Dumas (hijo) mantuvo una relación poco adecuada con Alphonsine Plessis, una célebre cortesana del París de la época que falleció tiempo después sola y sin el afecto de su círculo social. El impacto que tuvo esta historia en Dumas, le animó a idealizar su aventura amorosa con ella en la novela «La dama de las camelias» en referencia a los adornos florales con los que vestía durante sus paseos por la ciudad.
Publicidad
Giuseppe Verdi (1813-1901) siendo viudo y con dos hijos, mantuvo una relación personal con la soprano italiana y madre soltera Giuseppina Strepponi, lo que a los ojos de su entrono social era motivo de escándalo. Seguramente esto influyó en que el compositor italiano aceptara poner música al libreto de Francesco Maria Piove basado en la novela de Dumas, componiendo la ópera «La traviata», un auténtico alegato sobre el amor, la ternura y la muerte en una sociedad hostil y con doble cara. La historia de Violetta Valéry es tan contemporánea a Verdi que los personajes visten con las mismas ropas que el público que asiste a las funciones, lo que incrementa el poder reivindicativo de la composición operística.
En el primer acto de la famosa ópera, Verdi propuso un dúo para tenor, soprano y coro bien conocido por todos en el que Alfredo Vermont canta:
«Bebamos alegremente de este vaso resplandeciente de belleza y que la hora efímera se embriague de deleite.
Bebamos con el dulce estremecimiento que el amor despierta puesto que estos bellos ojos nos atraviesan el corazón.
Bebamos porque el vino avivará los besos del amor «
Los ojos a los que se refiere son los de Violetta Valéry, cortesana de alta sociedad, que contesta:
Publicidad
«Yo quiero compartir mi alegría con todos vosotros; todo en la vida es locura salvo el placer.
Alegrémonos el amor es rápido y fugitivo.
Es una flor que nace y muere y del cual no siempre se puede disfrutar.
Alegrémonos pues una voz encantadora, ferviente, nos invita.»
La versión que les propongo es la grabación en directo de la representación pública del 27 de marzo de 1958 del Teatro Nacional San Carlo de Lisboa, tan bien cantada por Alfredo Krauss y María Callas que es considerada actualmente como la mejor Traviata de la historia de la ópera.
Publicidad
María Callas era en ese momento una soprano reconocida internacionalmente y una Violetta insuperable, con una expresión dramática, una seguridad en escena, una técnica y un temperamento sin par. En esa época había cancelado una representación de Norma en Roma y abandonado un compromiso con la Ópera de San Francisco, lo que había generado mucha polémica. Lejos de los exigentes escenarios de Milán, Nueva York o Berlín, algunas capitales europeas de segunda división le permitían actuar a la diva en unas condiciones más cómodas y con el cartel de «no hay billetes». En estos «bolos operísticos», Callas escogía generalmente la obra a interpretar, el director musical y el elenco de cantantes, con el fin de agrandar su leyenda sin mucho esfuerzo y de paso, hacer caja.
Esa noche, en Lisboa todo estaba organizado para el lucimiento de la diva cuando durante la función se ve sorprendida por la fantástica voz y presencia de un joven tenor canario, rubio y de ojos claros, que canta el papel de Alfredo. Nadie esperaba que un tenor lírico llamado Alfredo Krauss, que había debutado en el circuito operístico dos años antes, tuviese una voz tan personal, elegante y equilibrada. La soprano reaccionó de inmediato y dio todo lo mejor de sí para mostrar que era la Violetta más grande en escena.
Publicidad
Evidentemente, La traviata hay que escucharla de principio a fin para comprender el mensaje de Verdi en las voces de cantantes que son capaces de emocionar a través de su pureza y nobleza. El milagro de la música convierte la historia de una mujer señalada por su pasado en un alegato a la espiritualidad y la ternura frente a la rigidez social que hace que el amor llegue demasiado tarde, tan tarde como irrumpió Krauss en la carrera artística de María Callas.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión