El bosque, como ocurre con la noche, es un marco donde es posible idear un amor y hacerlo creíble. Cuando la devoción solo discurre en un sentido, sólo los tonos luminosos de la floresta consiguen trasladar al subconsciente el terrible peso de la indiferencia. El pequeño instante de felicidad imaginada es un refugio para la intimidad, hasta que la terrible realidad la hace insoportable.
Franz Schubert (1797-1828) experimentó un amor imposible al final de su vida. La diferente condición social y el desinterés de la dama idolatrada, se combinaron con la asunción del inminente final por la enfermedad que asoló a este joven y genial músico de treinta y un años. El compositor austriaco que mejor expresó los sentimientos de los poetas románticos se sienta una vez más frente a la partitura y escribe la Fantasía para piano a cuatro manos en fa menor D 940, la obra con la que imaginó el amor que tanto necesitó y nunca alcanzó.
La fantasía es el bosque para Schubert. Es la forma musical en la que puede dar rienda suelta a su inventiva para plasmar sus más íntimas emociones valiéndose de su enorme talento y espontaneidad. En el bosque no hay convencionalismos y los cuatro movimientos de la obra se presentan sin pausa entre ellos, en las contiguas tonalidades de fa menor y fa sostenido menor. La dramática existencia del músico queda patente por el brusco contraste de los dos temas musicales, uno lírico que expresa el amor de Franz y otro más sombrío que refleja los impedimentos para lograrlo.
El tema del amor de la Fantasía, nos confirma que Schubert es capaz de imaginar de forma verosímil los sentimientos de la amada y hacerlo con una ternura tan natural como insoportable. Como explica el profesor de Historia Pedro Olivares, es un canto de dos enamorados en forma de dúo romántico rodeado por la luz y los colores de un bonito bosque en el que retoza la pareja. En este sentido, la imagen que el artista Jorge FIN ha cedido gentilmente para ilustrar este texto, reafirma la complicidad de la pareja idealizada escondida en el paisaje. Les animo a descubrirla con un sutil gesto de ampliación del cuadro.
Ficha
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Lunes 27 de marzo, 19:30h. Cuadros con música. Aula de Cultura de la Fundación Cajamurcia de Gran Vía (Murcia)
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Conferencia «Caspar David Friedrich y el paisaje romántico» Profesor José María Caballero Fernández-Rufete.
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Concierto: Fantasía den fa menor de Schubert D.940 Alvaro Hernández González y Lucía López Vicente (piano a cuatro manos)
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El segundo tema nos devuelve a la realidad. A la de Schubert, desde luego. Pero la música del compositor es tan reveladora que desde el primer momento se percibe que algo no va bien. Afortunadamente el lúgubre fragmento repleto de corcheas irrumpe de forma breve y como explica Olivares, los problemas se disipan pronto. Pero poco a poco va salpicando de disonancias los pentagramas de la partitura y las notas de la fuga a cuatro voces nos llevan a escalas cromáticas que definitivamente ratifican el sufrimiento del compositor ante la evidencia de una relación amorosa imposible.
La Fantasía en fa menor termina con la exposición del bello primer tema. La indiferencia acaba con el amor imaginado y la melodía muere con notas que se debilitan y se apagan. Son los últimos latidos de un corazón sin esperanza.