Ver 14 fotos
Morante de la Puebla se corta la coleta en Las Ventas y deja huérfano el toreo
El maestro, ante la sorpresa del público, se despide de los ruedos tras cortar dos orejas y salir por la puerta grande
Madrid, 19:37 de la tarde del 12 de octubre de 2025. Plaza de Las Ventas. Hora, día y escenario históricos para el mundo del toro. Morante de la Puebla, sevillano de 46 años, se corta la coleta entre lágrimas propias y ajenas y ante la sorpresa de todos. El diestro tras terminar la vuelta al ruedo, haber cortado las dos orejas y abrir la segunda puerta grande en su trayectoria, se va al centro del ruedo y en plena soledad bajo la grada llena hace el gesto que en el toreo simboliza el adiós. Silencio en los tendidos. Conmoción en el planeta taurino.
Publicidad
José Antonio Morante Camacho, que así se llama el protagonista de una tarde apoteósica, dejó una imagen para las hemerotecas de la fiesta que pilló desprevenidos a todos los aficionados congregados en el coso madrileño y a los que estaban al otro lado del televisor siguiendo la corrida. Se notaba tanta emoción que, como si diera un muletazo, dejó a todos en 'shock'. Algunos de los que se frotaban los ojos por estar presenciando algo histórico le habían protestado la gloria que le daba las llaves de la puerta grande. Los gritos de «¡Torero, torero!» afloraron ante un Morante emocionado tras una temporada grabada con letras de oro en la tauromaquia. El adiós inesperado de un mito viviente.
Morante ha sido un torero enciclopédico, poderoso como las grandes figuras con todo tipo de toros y encastes y poseído por un duende que lo iguala con toreros de pellizco como Rafael de Paula. Heredero de Joselito 'el Gallo', ha rescatado suertes antiguas y se ha comprometido al máximo con la fiesta (fue uno de los que más empujó para levantarla tras la pandemia). No se va solo una leyenda. Quien se cortó la coleta este domingo en Madrid ha sido el dios del toreo.
Diestro de militante sevillanía, ha conquistado los cosos de Pamplona, Bilbao y, este mismo año, Madrid, con una salida a hombros para la historia, como también lo fue su rabo de hace dos en Sevilla, el primero en medio siglo. Y este 2024 se ha superado a sí mismo con una regularidad en su genio insólita, triunfos rotundos en todas las plazas y una conexión especial con el público más joven.
Esta es, en realidad, su segunda retirada de los ruedos. En mayo de 2024 anunció que paraba debido a un agravamiento de sus problemas de salud mental. Esta pausa para su recuperación se alargó hasta el pasado 29 de marzo, cuando reapareció en Almendralejo, abriendo la puerta grande de la plaza extremeña.
Publicidad
Su combate personal
Morante confesó hace unos meses que sufría «un trastorno disociativo». «Es una enfermedad muy compleja, muy triste y muy dolorosa», explicó. Una dolencia que le diagnosticaron cuando tenía 22 años y a la que hace poco más de dos se le sumó un cuadro depresivo mayor, lo que motivó su empeoramiento. Esto le obligó a someterse a una terapia de electroshocks que le provoca una amnesia transitoria y le ha borrado el recuerdo de algunos de los más célebres momentos de su trayectoria. Morante, quizá sin quererlo, ha puesto así también sobre la mesa las dificultades psíquicas de quienes se juegan la vida en los ruedos. Sus espantadas a mitad de temporada (ha protagonizado más de dos y más de tres) se han debido a sus problemas mentales.
Comenzó a torear a los 5 años
Su primera actuación ante el público tuvo lugar antes de cumplir los nueve años, el 3 de septiembre de 1988, en Villamanrique de la Condesa, a escasos treinta kilómetros de su pueblo natal. Aquel día, vestido de corto, lidió su primer añojo frente a sus paisanos. Tres años después, el 3 de agosto de 1991, debutó como novillero sin picadores en Montellano, luciendo un traje celeste y oro. Era apenas un niño, pero ya demostraba una elegancia que lo acompañaría toda su carrera.
Publicidad
Con el paso del tiempo, Morante se consolidó como un torero de inspiración clásica y personalidad inconfundible. Entre sus tardes más memorables figura la del 2023 en la Real Maestranza de Sevilla, plaza donde ha alcanzado sus mayores triunfos. Aquella tarde histórica, cortó el rabo al toro 'Ligerito', de la ganadería de Domingo Hernández, algo que no sucedía en ese coso desde Ruiz Miguel en 1971 -sin contar la gesta del rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza en 1999-.
Lejos del alboroto mediático, Morante busca siempre la serenidad de su tierra. Vive alejado de los focos, centrado en su familia y en sus raíces sevillanas. Es padre de tres hijos, fruto de dos matrimonios. La familia reside en la Huerta de San Antonio, una finca con amplias instalaciones deportivas, una plaza de tienta, un campo de fútbol y una vivienda señorial de estilo andaluz.
Publicidad
Brindis a Ayuso y Abascal
El cartel de este domingo, que ponía el broche de oro a la Feria de Otoño en el Día de la Hispanidad, lo completaban Fernando Robleño (en su despedida de los ruedos) y Sergio Rodríguez, con seis toros de la ganadería de Garcigrande. En su última tarde de luces, Morante brindó su primer toro, el segundo de la tarde, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso: «Va por usted y por todo lo que defiende. Es usted una valiente», dijo. Su segundo, el cuarto de la tarde y el último de su carrera, se lo brindó al presidente de Vox, Santiago Abascal.
Precisamente en ese toro fue cogido, aunque sin necesidad de pasar por la enfermería. Poco después regresó al ruedo para firmar una faena antológica en la que cortó dos orejas y salió por la puerta grande. Su última puerta grande.
Publicidad
Lejos del alboroto mediático, Morante busca siempre la serenidad de su tierra. Vive alejado de los focos, centrado en su familia y en sus raíces sevillanas. Es padre de tres hijos, fruto de dos matrimonios, y reside en la Huerta de San Antonio, una finca con amplias instalaciones deportivas, una plaza de tienta, un campo de fútbol y una vivienda señorial de estilo andaluz.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión