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Mateo Bovet, en su estudio de El Puntal (Murcia). MARTÍNEZ BUESO
Mateo Bovet, el secreto de una acuarela

Mateo Bovet, el secreto de una acuarela

El pintor barcelonés afincado en Murcia desde los 70 asegura que «es algo que da miedo porque es muy fácil fracasar»

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Miércoles, 12 de junio 2019, 02:03

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Mateo Bovet (Barcelona, 1935) celebró en 2013 en la galería Chys sus 40 años de pintura en Murcia. No quiere jubilarse, la pintura le rejuvenece. A estas alturas no se exige demasiado. Simplemente se entretiene. Por las mañanas, en su casa de El Puntal (Murcia), agarra los pinceles con decisión y de la nada, con colores diluidos en agua, forma mundos. Ahora está centrado en una colección de pájaros, ya tiene más de 200 dibujados. Muchos de ellos ni los ha visto volar, pero le fascina su morfología, el plumaje, la variedad de la naturaleza. Esa pasión por las aves está muy extendida en la Región, donde hay una afición grande hacia la crianza en cautividad y hacia la colombicultura, especialmente en la huerta murciana, donde todavía salen en moto por las veredas los 'palomistas', en una desenfrenada carrera, en busca de la novia para sus palomos. Le gusta Ramón Gaya, y sus maravillosos gouaches, y todavía más le gusta pintar en el interior de la Catedral de Murcia, «en un papel alemán que se corta» y que, maldita sea, no encuentra.

Delineante del Estado de profesión, el artista de 84 años sigue activo con los pinceles y trabaja en una colección de aves

«Ahora ya viene una época de mal pintar, porque se seca todo enseguida, y hay que coger y poner unas humedades, o mojar el papel, porque yo más que humedad en Murcia lo que noto es una sequedad. Aquí ya vivo años, eh, y sé lo que le digo». A Mateo Bovet nada le parece difícil. No es que se atribuya poderes, sino que conoce la técnica. «Yo he pintado muy bien», admite, «porque estaba muy bien dibujado, o yo qué sé por qué. Es un trabajo entretenido», dice, sobre sus obras pictóricas en las que representa el mar. Sus marinas, de hecho, son muy apreciadas en los lugares de costa, especialmente en el ámbito de Cartagena, donde viene exponiendo desde hace décadas. «Yo cuando empecé traté muchas galerías, pero cuesta mucho exponer», admite este acuarelista que tiene por lema esta frase: 'Aquí me quedé'. «Lo he utilizado constantemente», explica. «Nací en Barcelona en 1935, pero me inicié en 1973 en Murcia en la pintura: en el óleo, carboncillo, dibujo a plumilla. Me casé con Antoñita López Bernal, cartagenera, y aquí me quedé. He vivido en Badalona, en Puebla de San Julián (Lugo), Huesca, Valdepeñas, Tetuán, Gironella, Alicante, Cartagena, Cuenca... y definitivamente en Murcia. A la acuarela me he dedicado la mayor parte del tiempo. Tengo obra en la Casa Real, en el Ayuntamiento de Cartagena, en el Obispado de Cartagena, en la Consejería de Agricultura, ¡y en Kuwait!».

Gran seguidor de las reflexiones de Ramón y Cajal («las perezosas células cerebrales solo encienden su luz-inspiración bajo el látigo de las emociones penosas»; «las células de formas delicadas y elegantes, las misteriosas mariposas del alma, cuyo batir de alas quien sabe si esclarecerá algún día el secreto de la vida mental»), Bovet comenta que la acuarela «es algo que sigue dando miedo porque es muy fácil fracasar. Te equivocas y ya está: hay que tirarlo todo».

«Valcárcel me aconsejó que me dedicara a esto. Pero, ¿comer? ¿de qué comeremos?, le dije yo»

Recuerdo de Carlos Valcárcel

Fue delineante del Estado de profesión, adscrito al Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA), organismo público activo entre 1971 y 1995, de modo que la pintura no fue su ocupación principal. «Me inicié con el carboncillo y la plumilla, y Carlos Valcárcel Mavor, que fue cronista oficial de Murcia, me aconsejó que si sabía dibujar me dedicara a esto porque tenía un concepto de la luz muy bonito. Me dijo que debería seguir pintando así, y que me dedicara a esto. Pero, '¿comer? ¿de qué comeremos?', le dije yo. Esto está muy bien, pero la vida a veces no es como uno quisiera», reflexiona. «Quieras o no, la perspectiva la dominaba. Y luego me aconsejó Agustín Pedreño Alcaraz, que tenía su estudio en la calle del Carmen de Cartagena, que me dedicara a hacer marinas. Aquí en la Región había gente muy buena, como Muñoz Barberán. Pero yo seguí trabajando como delineante y pintando, y vendí mucho en Chys, que tenía entonces un gran movimiento, y no me fue mal, la verdad».

En 2013 celebró sus 40 años de pintura en Murcia en la galería Chys, donde realizó varias exposiciones

Los trabajos de Mateo Bovet ilustraron una campaña de turismo de la Comunidad Autónoma, apareciendo en carteles de promoción turística con todos los municipios. También ha realizado exposiciones sobre monumentos de la Región y ha ilustrado libros, como el de Frasquito Fernández Egea titulado 'Hijos predilectos y adoptivos de Murcia'.

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