Blas Rubio, cronista oficial de Santomera. Licenciado en Geografía e Historia, ejerció como maestro y profesor durante más de cuarenta años, la mayor parte de ellos en Santomera. Vicente Vicéns/ AGM

Santomera rescata a su «poeta de corazón»

Blas Rubio, cronista de la ciudad natal de Julián Andúgar, propone publicar sus obras completas y promueve la senda histórico-turística por lugares relacionados con el laureado vate, que fue accésit del Adonáis en 1951; tras resultar herido en la guerra civil llegó a ser el senador más votado en 1977

Martes, 9 de septiembre 2025, 01:27

Blas Rubio, antiguo corresponsal de LA VERDAD, 'Hoja del Lunes' y 'Línea', y fundador del periódico 'Voces de Santomera', sigue empeñado en recuperar la figura ... de «un poeta de corazón», Julián Andúgar, laureado vate santomerano, soldado en la guerra civil española y ciudadano comprometido con la democracia. Llegó a ser, por el PSOE, el primer senador de la democracia por Alicante. Es más, fue el senador más votado en las elecciones constituyentes de 1977. Andúgar ganó el accésit del premio Adonáis por su recopilación de poemas 'La Soledad' y 'El Encuentro' (1952), fue compañero de letras, poesías, cartas y aventuras en el Sureste del añorado cartero de versos Francisco Sánchez Bautista, admirado lector de Miguel Hernández, fundador de revistas y tertulias literarias como 'Verbo' y 'Sigüeza' junto a Vicente Ramos, conocido en los círculos literarios de Alicante y autor de 'Interior', uno de los más hermosos poemas jamás escritos... Eso y mucho más fue Julián Andúgar, reivindicado hoy con ahínco por una legión cada vez más numerosa de seguidores encabezada por Blas Rubio, cronista oficial de Santomera.

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De hecho, en Santomera un instituto lleva el nombre de Andúgar, y en la plaza de D. Manuel Campillo hay un monumento dedicado al rapsoda que, con Joaquín Marquina, en septiembre de 1947 creó un grupo de ayuda a combatientes de la Segunda Guerra Mundial. Andúgar fue enterrado en el cementerio de La Aparecida de Orihuela a los pies de la sierra. Una bandera del PSOE cubrió su ataúd.

Herido de guerra en Granada

«Labrador, / por Valencia, a las siete, / sale el sol. / Di, labrador que labras, / ¿qué color, / a las siete, / tiene España?», escribe el santomerano, que durante doce años, de 1929 a 1936, estudia bajo la Orden de San Francisco de Asís en los conventos de Murcia, Cehegín, Lorca y Orihuela hasta que estalla la Guerra Civil. En mayo de 1936 se comienza a gestar la sublevación contra la Segunda República, y Andúgar llegaría a comandar un Ejército Republicano en defensa de las libertades de España. Poco antes de finalizar la Guerra Civil perdió su pierna izquierda por la metralla de un obús defendiendo el Peñón de la Mata, en Granada. Tras la contienda en Santomera condenaron a 140 vecinos a prisión, Andúgar es uno de ellos. Estuvo casi un año encarcelado en la Prisión Provincial de Murcia (la Cárcel Vieja), de la que salió en 1941. Inmediatamente se mudó a Elche. Al poco publicaría sus primeros poemas en Alicante. Fue funcionario del Ministerio de Justicia en Madrid del 52 al 56 y vivió junto al padre Llanos, el cura rojo, en el Pozo del Tío Raimundo. Curiosamente, recuerda Blas Rubio, Andúgar fue hasta 1952 profesor de Griego en la academia Vicente Ramos de Elche y por las noches maestro particular en Santomera por 20 pesetas al mes.

«La libertad, ¿cuándo, cuándo?»

Andúgar fue un cantor de las libertades, y hoy muchos de los lugares por los que anduvo en su tierra natal forman parte de la Senda Histórico-Turística de Julián Andúgar, que ha puesto en marcha Blas Rubio, en colaboración con el Ayuntamiento de Santomera, cuya corporación preside hoy Víctor Martínez Muñoz (PP) y anteriormente presidió la socialista Inmaculada Sánchez Roca. «El pájaro entre las higueras. Que cante y se lleve mis penas. ¡Su pluma por nuestra mano! ¿La libertad, cuándo, cuándo?», proclama Andúgar. Esta ruta senderista entre Santomera y La Aparecida es totalmente llana, recuerda Blas Rubio, a través de las huertas de Santomera y El Siscar. Parte desde la plaza del Ayuntamiento y acaba ante la tumba de Julián en el cementerio de La Aparecida. Pasa por todos los lugares relacionados con el poeta y a lo largo de ella se escuchan canciones con letras de las mejores poesías «de nuestro más importante hombre de letras».

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En 1959 publicó en Barcelona 'A bordo de España', a propuesta del crítico Castellet, con un dibujo de Guinovart

la carrera de Derecho en la Universidad de Murcia, donde se licencia con un brillante expediente. LV

Andúgar murió a los 60 años en 1977. Padecía del corazón. «Cuando aprueba las oposiciones de administrativo de la Administración de Justicia, Julián ya no vivirá más en Santomera, vende su casa, ya no tiene dónde estar aquí, y cuando vuelve se queda en una pedanía de Orihuela, Raiguero, donde vive su hermano menor, Victoriano. Los fines de semana libres se venía en autobús desde Alicante», cuenta Rubio. «La familia de Julián era pobre de solemnidad: cuatro hermanas y dos hermanos, aunque eran muchos más porque al menos seis murieron al nacer, algo corriente en los primeros años del siglo XX», advierte. «Eran pobrísimos. Los padres tenían dos tahúllas en la huerta y dos vacas arrendadas, y para que pueda hacer el bachiller encamina sus pasos para hacerse cura con los franciscanos de Cehegín. Fue gracias a un maestro que cambió la vida en Santomera, Clemente García Hermosilla, de Albudeite, que tiene una calle dedicada en Santomera. Allí en Cehegín había un par de frailes amantes de la poesía, y aquí tenía un primo suyo, Joaquín Marquina, de una familia de la pequeña burguesía de Santomera, «pero socialistas todos», y allí estudiaron todos los hijos», cuenta Rubio, una enciclopedia humana. Marquina también era poeta, y su obra está inédita. «Estuvo a punto de publicarse, a través de su primo, pero cuando van a hacerlo Joaquín Marquina es asesinado en Molina de Segura, en 1952. Un barbero que había estado en la División Azul le cortó el cuello por cuestiones ideológicas». Blas Rubio y Paco López Mengual, editor de La Fea Burguesía y Tirano Banderas, están intentando que se publiquen los poemas de Marquina guardados en una caja de puros por un sobrino, Luis Abellán.

Un barbero degolló a su primo

«El libro que lanza a la fama a López Mengual es 'El mapa de un crimen', y el crimen al que se refiere es el del primo de Andúgar, lo que pasa es que le cambia el apellido: en vez de Marquina le pone Maqueda. Mengual está más que empapado de la historia», insiste. Los dos primos coinciden en la cárcel. Salvador García Jiménez, excelente narrador nacido en Cehegín, le dedica varias páginas tanto a Andúgar como a Marquina en 'La sangre desgranada de Federico García Lorca'. «Andúgar, cada aniversario del crimen de su primo, acudía al cementerio a depositar 13 rosas rojas sobre la tumba en Santomera». También le dedicó una elegía.

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El empeño de Blas Rubio es que se editen las obras completas de Julián Andúgar. «Estamos hablando de 250 páginas, a lo sumo». En 1949 ve la luz 'Entre la piedra y Dios', de temática agraria, con tintes religiosos «por todas partes»; en 1952 edita 'La Soledad' y 'El Encuentro', «que presentó al Polo de Medina de la Diputación, donde no es premiado por ser de izquierdas, pero casualmente le dan el accésit del Adonáis [fue en 1951, ganó Lorenzo Gomis con 'El caballo'], que entonces tenía incluso más prestigio que ahora; los otros accésits fueron para Caballero Bonald, Luis López Anglada y Alfonso Albalá». Campmany cree que Andúgar gana «el cielo de la poesía» con ese libro.

En 1959 publicó en Barcelona 'A bordo de España', con un dibujo de Guinovart. Ya no publica más libros en vida. Morirá en 1977, de un infarto. Sacan meses después, 'El cancionero del sitiado', un poemario póstumo. «En ese tiempo no encuentra quien le publique. Sin embargo, es el tiempo en que más reconocimiento internacional tiene. En 'Nueve novísimos poetas españoles' (1970), el crítico José María Castellet cita a Andúgar. En 1965, en Francia, en la Revista Internacional de Poesía, es citado junto a Gil de Biedma y Cernuda, con ilustraciones de Picasso. «Era amigo de Tuñón de Lara», señala Rubio. «Pero en España no le hacen caso. Paco Umbral hace un repaso de la literatura española en 'Las palabras de la tribu' y lo ningunea. Lo cita junto a Rosa Chacel como un poeta conocido porque está en política y lo califica de mediocre. Increíble...».

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