El futuro de las letras en 25 relatos

Entre los seleccionados se encuentran seis narradores procedentes de España, como Andrea Abreu y Munir Hachemi; 18 de Latinoamérica, como José Adiak y Gonzalo Baz; y uno de Guinea Ecuatorial, Estanislao Medina. La contribución de autores sudamericanos a la literatura hispánica es más que evidente y el resultado de la elección así lo ha reflejado. Aunque «el jurado no pretendía realizar un mosaico de todos los países», algunos como Bolivia se han quedado fuera al no ostentar «una tradición literaria apoyada en una industria lo suficientemente fuerte». La lista la completan Camila Fabbri, Paulina Flores, Carlos Fonseca, Mateo García, Aura García, Dainerys Machado, Michel Nieva, Eudris Planche y Aniela Rodríguez, entre otros.

Entre los escogidos también se encuentran tres escritores que han publicado alguna obra con Candaya. La exitosa ecuatoriana Mónica Ojeda es una de ellas. Su relato 'Inti Raymi' abre el libro y da inicio a su próxima novela. Se trata de una lectura ambientada en los mitos andinos de Ecuador y en un antiguo festejo inca que refleja una apuesta por lo periférico. Esta es una de las tendencias literarias que se atisban de los rasgos de esta generación. 'Reinos', de la peruana Miluska Benavides, también secunda esta idea, ya que el relato está situado en un campamento minero en mitad del desierto. La refrendan de igual manera 'Nuestra casa sin ventanas', del argentino Martín Felipe Castagnet, una historia basada en una mujer escultora de un lugar remoto de La Aduanita; y 'Cerezos sin flor', del cubano Carlos Manuel Álvarez, un cuento que gira en torno a este árbol en un patio del interior de su país.

El colombiano José Ardila es otro de los novelistas destacados más potentes con «una gran apuesta por lo poético y un gran sentido del ritmo». 'Juancho, baile' cuenta la historia de un grupo de muchachos que residen en un pequeño pueblo del interior de Colombia que encuentran en un joven con discapacidad una distracción a la hora de vencer los arduos veranos. «En general son espacios olvidados y fuera de foco. Esto se nota también en la gran diversidad lingüística y en la apuesta por un español diverso con formas dialectales distintas».

Olga Martínez asegura que la recopilación ha tenido una respuesta «espectacular» en los lectores: «Ha despertado mucho interés. De alguna manera, marca algunas tendencias de lo que está siendo la literatura ahora y de lo que será en el futuro». «Lo que se respira en toda la selección es una gran diversidad y una apuesta por la riqueza inagotable de lo plural». La presencia de mujeres también se ha dejado ver en ella.

Otra de las autoras que frecuenta Candaya es la granadina Cristina Morales. Su narración 'Oda a Cristina Morales', que cierra el libro, alude a la campeona mundial de 'kick-boxing' con el fin de visibilizar la lucha de las mujeres en el mundo del deporte. El madrileño Alejandro Morellón, el tercero de los autores de la editorial de Olga Martínez y Paco Robles, «explora nuevas formas de entender la sexualidad y los afectos separándose de los modelos más heteropatriarcales». Su relato 'El gesto animal' parte de una hipótesis sobre la consagración de la primera mujer papisa.

'Niños perdidos', de la sevillana Irene Reyes-Noguerol, refleja con su particular prosa poética y un «ritmo hipnótico y envolvente» otra de las características del futuro de las letras: la presencia destacada de la infancia robada». Una niña de corta edad debe convivir con los episodios de desequilibrio psíquico de su madre y es obligada a crecer antes de tiempo.

En general, se trata de una generación muy comprometida con el pasado, «algo que no se suele asociar a los jóvenes». En 'Insomnio de las estatuas', del catalán David Aliaga, se presta atención al Holocausto; y en 'Una historia del mar', del chileno Diego Zúñiga, se retrocede a la dictadura de Pinochet. También se atienden con una visión especial las preocupaciones sociales: «Es una literatura que intenta reflejar tanto las desigualdades de nuestra época como el azote de las violencias en ella». En este sentido, la mexicana Andrea Chapela dedica su relato al colapso climático en 'Anillos de Borromeo'.

Estas tendencias coinciden con la línea editorial de Candaya, fundada bajo la pretensión de «crear un espacio literario de encuentro entre los escritores de los dos lados del Atlántico». Martínez y Robles no entienden de fronteras y su filosofía así lo demuestra: «Siempre hemos pensado que, en la literatura, la única patria, si es que hay alguna, es la lengua».