Milena Busquets: «Tengo miedo de no ser una buena dueña para mi perrita»
«La pasión no tiene edad», dice la autora de 'Ensayo general', que este jueves clausura en Molina de Segura el ciclo 'Escritores en su tinta'
¡Convencida!: «El amor es lo que nos salva de verdad, aunque hay gente equivocada que lo sustituye por alguna ambición desmedida o por el ... afán de hacer mucho dinero». Ella tiene claro el modo de acertar: «Yo me nutro únicamente de la gente que me quiere». Ella es Milena Busquets (Barcelona, 1972), afrancesada, cosmopolita, el pelo más o menos recogido en una cola, madre de Noé y de Héctor, así llamados en homenaje al Noé bíblico y al héroe cívico de 'La Iliada', escritora y autora de éxitos como 'También esto pasará' (Anagrama). Ahora ha publicado, en la misma editorial, 'Ensayo general', un baño refrescante de palabras que nadan entre alegrías, dolor, recuerdos, anhelos, Cadaqués, «los buenos y malos amantes...». Este jueves en Molina de Segura, a las 20.00 horas en la Biblioteca Salvador García Alguilar, clausura el ciclo 'Escritores en su tinta 2024', un proyecto de la periodista y gestora cultural Lola Gracia.
–Desde que publicó usted 'También esto pasará', este título ha pasado a formar parte de la forma de expresarse de muchos de sus lectores. ¿Qué cosas se han alejado ya de su vida sin las que se siente mejor?
–Bueno, en los casi diez años que han pasado desde que se publicó la novela he aprendido muchas cosas, pero básicamente sigo siendo la misma; la misma que era con ocho años o con quince o con treinta, y me siguen ocurriendo las mismas cosas. No siento que haya cambiado mucho nada, ni yo, ni el mundo exterior. 'Todo pasa y todo queda', que decía el poeta.
–Decía Ana María Matute que si tenía algún reino, ese reino era el de la duda. ¿Cuál es el suyo?
–¡Qué buena respuesta! Ana María siempre tenía todas las respuestas geniales. ¿Mi reino? Pues el de la familia, el del mar, el del sol, el de los libros, el de la amistad, el de la risa. Todos tenemos muchos reinos.
–¿Y certezas?
–Tengo la certeza de que amar a los demás e intentar no lastimarlos demasiado es lo único que importa. Y la de que estamos menos solos de lo que pensamos a veces, y también estoy segura de que vale la pena estar vivos a pesar de todo.
«Siempre me he sentido bastante libre. Nunca me han interesado demasiado ni el dinero ni el poder»
–¿A usted qué es lo mejor que le ha pasado?
–Mis hijos, mi madre, el mar, los libros, el amor, nacer en un país donde las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres y donde hace sol la mayor parte del año. Italia, Miguel Ángel, [Antón] Chéjov, Ingmar Bergman, los atardeceres de verano.
–¿Se acostumbra una a no tener cerca la gran Esther Tusquets, su madre?
–No. Nunca me acostumbraré.
–¿Qué descubrimiento hizo que le cambió la vida o la forma de enfrentarse a ella?
–La conciencia de que todo, incluidos nosotros, es muy efímero y pasa muy deprisa, y que un día ya no estará.
–¿Qué miedos ha vencido y cuáles le siguen acompañando?
–No tengo miedo a decir lo que pienso, no tengo miedo a la opinión de los demás sobre mí, sea la que sea; no tengo miedo a no gustar o a no caer bien. Tengo miedo a estar sola, a no ser una buena dueña para mi perrita, a no ver lo que tengo delante de la nariz.
Enamoramiento
–¿Se siente hoy más libre que en su juventud?
–Siempre me he sentido bastante libre. Nunca me han interesado demasiado ni el dinero ni el poder, que son las dos servidumbres más graves. He sido un poco esclava del enamoramiento, de los sentimientos extremos, de la pasión, y de nada más.
–¿Vive como quiere?
–Lo intento, a veces lo consigo y a veces fracaso estrepitosamente.
–¿A qué ha renunciado y con qué batallas sigue adelante?
–No me doy nunca por vencida y soy una optimista y una incauta. Me meto en batallas todo el rato.
–¿Qué libro le hizo escritora?
–'El Principito'.
–¿Se imagina su vida sin leer?
–No. Habría entendido muchos menos de la vida, Sería menos compasiva, menos generosa, menos inteligente. Hay que leer, es imprescindible.
–¿Arrastra heridas abiertas?
–Muchísimas. Todas mis heridas están abiertas; eso es estar vivo, haber vivido, está bien que sea así.
–Miro la portada de 'Ensayo General' y me pregunto: ¿La pasión tiene edad?, ¿la nostalgia es positiva?, ¿la vida es injusta?
–La pasión no tiene edad. No creo mucho en la nostalgia. La vida es injusta y dura y difícil, y también misteriosa, extraña y maravillosa.
–Hoy, ¿qué tipo de escritora diría que es usted?
–[Risas] ¡Ni idea! ¿Una buena?
–¿Quién es el enemigo?
–Cualquier persona dispuesta a herir al otro, a no ver la parte absolutamente vulnerable e indefensa que tenemos todos. Cualquiera que no se pueda poner en la piel del que tiene delante.
–¿La gran tentación a vencer?
–No hay nada que vencer, hay que vivir, hay que intentar ser feliz.
–¿Qué demonios nos pasa que no nos dejamos vivir en paz?
–¡Es muy complicado ser un ser humano! Muy difícil y muy complicado.
–¿A sus hijos qué le enseñó?
–La decencia, la seriedad, el sentido del humor, la generosidad, la buena educación, la curiosidad, la pasión por encima de todo. Pero ellos me enseñan muchísimo a mí también. Nos enseñamos mutuamente. Son mayores ya.
–Con mayor frecuencia, ¿qué sentimientos son los que la acompañan?
–Felicidad y desesperación.
–¿Se ha puesto algún reto?
–Ningún reto, ya es bastante complicada la vida como para encima ponerse retos.
–¿Qué fuentes de inspiración le siguen funcionando?
–La vida, las relaciones, los demás. Sales a la calle y hay miles de cosas increíbles.
–¿Optimista ante el futuro?
–Soy optimista por naturaleza. Nunca pierdo la esperanza, de momento, vamos.
–¿Quedó contenta con la última entrega de la saga 'Indiana Jones'? Sé que la primera he hizo desear ser arqueóloga.
–[Risas] La última ['Indiana Jones y el dial del destino'] no me encantó, pero no me acuerdo mucho, la verdad.
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