Autoras y lectores conversan de nuevo
Eva Mejuto, Elia Barceló y Paloma González Rubio, finalistas del premio Hache de Cartagena, se encontrarán este jueves con 1.400 estudiantes en el Auditorio El Batel
Después de una edición dedicada al desarrollo de la red de 'podcast' Radio Mandarache y de dos años de encuentros telemáticos debido a la pandemia, ... los Premios Mandarache y Hache recuperan los encuentros presenciales con los autores finalistas que optan a los galardones en 2022. Alfredo Sanzol, Xavier Aldekoa y Ana Pérez Cañamares, candidatos al Premio Mandarache, visitarán la ciudad portuaria el 6 de abril, mientras que Elia Barceló, Eva Mejuto y Paloma González Rubio, candidatas al premio Hache, llegarán a Cartagena este mismo jueves.
Las autoras se encontrarán mañana, a las 10.30 horas, en el Auditorio El Batel con 1.400 estudiantes, y, ya por la tarde, mantendrán sesiones privadas en los Centros Interculturales de Servicios Sociales y en el taller de creación literaria Libreta Mandarache, en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqva). A la mañana siguiente, además, visitarán distintos centros de enseñanza.
Participarán también en el taller de creación Libreta Mandarache, en el Museo de Arqueología Subacuática (Arqva)
Eva Mejuto ha llegado a la final de este premio, cuyo jurado está formado por decenas de jóvenes entre doce y catorce años, con su libro '22 segundos'. En él cuenta la historia de Álex, un chico transexual que, hasta ese momento, solo había vivido de puertas adentro. Ahora ya no había marcha atrás. La cámara encendida le pedía que hablase. «Soy Álex, un chico transexual. Abro este Vlog para compartir con vosotros mi vida. Quien me conozca y vea este vídeo entenderá muchas cosas, o incluso no comprenderá o no querrá comprender nada. Lo distinto asusta, da vértigo porque nos obliga a cuestionarnos tantas cosas...». y en 22 segundos su vídeo ya estaba en la red. Una novela para acercarse a lo diferente.
Alfredo Sanzol, Xavier Aldekoa y Ana Pérez Cañamares, candidatos al premio Mandarache, visitarán el 6 de abril la ciudad portuaria
Por su parte, Elia Barceló participa en el certamen con 'El efecto Frankenstein', un homenaje a la novela 'Frankenstein', de Mary Shelley, que trasladará al lector al tiempo de la Ilustración. Una lección de historia que reflexiona sobre la igualdad entre sexos y clases. Nora viaja a finales del siglo XVIII. Allí tendrá que disfrazarse de hombre y también de señorita; y adaptarse a las vestimentas y costumbres de la época para ayudar a su amigo Max a solucionar el problema con la criatura que su irresponsable amigo Víctor ha creado y abandonado en su laboratorio.
La tercera candidata a ganar este premio, dotado con 3.000 euros, es Paloma González Rubio con 'João' que nos cuenta la historia de tres adolescentes: Miguel, que lleva una existencia convencional en un pueblo costero con su madre y su hermana, Inés, y João, quien vive al margen de la civilización a bordo de un velero, el Meltemi, y raras veces ha pisado tierra firme. La vida de los tres jóvenes se cruzará de manera inesperada en un encuentro revelador que cambiará sus destinos para siempre.
Las tres autoras conversan con LA VERDAD antes de su encuentro con los estudiantes y lectores sobre sus libros, la literatura juvenil y la importancia de estas actividades para consolidar el hábito de lectura desde edades tempranas y para conocer a aquellos que, en última instancia, dan sentido a las historias, las hacen suyas y empatizan con los personajes.
Cinco preguntas a las finalistas
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1 ¿Cuándo comenzó su relación con la lectura?
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2 ¿Qué se va a encontrar el lector en su novela?
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3 ¿El lector se verá reflejado en la historia?
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4 ¿Cuáles son las claves para conseguir enganchar al público juvenil?
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5 ¿Qué espera de este encuentro en Cartagena?
Eva Mejuto. '22 segundos'
«Escribir es un acto de comunicación y necesito la respuesta del lector»
1. Fue muy fácil porque a mi madre y a mi hermano les gusta leer. De niña leía los libros que había en casa, aunque no fuesen adecuados para mi edad. Más tarde, poco a poco, fui teniendo mi propia biblioteca. Por otra parte, mi padre, que es de una parte rural de Galicia donde la tradición oral está muy presente, me contaba cuentos.
2. Una historia en primera persona contada por Álex, un chico transexual. Él abre un canal de Youtube donde va a narrar su experiencia todo lo que fue su vida hasta llegar a ese momento de 'salida del armario'. '22 segundos' es el 'flashback'. El lector se va a encontrar un testimonio literario que ayudará a entender que hay personas que no encajan con la norma establecida y es necesario que conozcamos esta diversidad y empaticemos con ella.
3. Yo escribí el libro en primera persona y he hecho el ejercicio de ponerme en los zapatos del personaje. Quiero que quien lea el libro se convierta en Álex para poder entender su situación desde la sensibilidad. En el libro se dice que parece que de lo que no se habla no existe y ya es momento de hablar de realidades que se invisibilizan.
4. Son varias las claves. El público juvenil es muy sensible y es una edad llena de preguntas. Los libros no te dan la respuesta pero te invitan a seguir haciéndote preguntas. Además de una buena trama, personajes y un relato creíble y bien articulado, ellos están en esa época de sentir que no encajan y pueden encontrar en los libros un sentimiento compartido.
5. Es fundamental. Para mí escribir es un acto de comunicación y necesito la respuesta del lector. Estar en contacto con el público destinatario ayuda a conocerlos y a entender si lo que yo quería decir lo han entendido y gustado. El público juvenil me rejuvenece y me enriquece como escritora, me da una visión de vuelta. Estoy deseosa de encontrarme con ellos.
Elia Barceló. 'El efecto Frankenstein'
«Los libros han sido fuente de placer, refugio de la realidad cotidiana, ayuda, enseñanza...»
1. Con la lectura me pasa como con el mar: no recuerdo el momento en que lo vi por primera vez, ya que siempre ha estado en mi vida. Desde muy pequeña, en mi casa me leían cuentos y me contaban historias. Mi madre me enseñó a leer a los cuatro años y siempre he vivido rodeada de libros, que han sido fuente de placer, refugio de la realidad cotidiana, ayuda, enseñanza, magia, asombro, descubrimiento... La lectura es mi gran amor y me acompañará hasta mi muerte.
2. Un viaje en el tiempo, al siglo XVIII, cuando empiezan las nuevas ideas de la Ilustración con 'locuras' tales como la igualdad, la democracia, la abolición de privilegios de la nobleza, el derecho a buscar la felicidad...; un homenaje a la novela 'Frankenstein' de Mary Shelley; una novela feminista en la que vemos el nulo papel que se reservaba a la mujer en tiempos pasados y cómo hemos progresado desde entonces; una historia de amor, de crimen, de aventuras.
3. Para mí, la lectora o el lector es fundamental. Yo le cuento mis historias a quien va a leerlas y, con su experiencia y su propia mente completa lo que le estoy narrando. Es esencial que la persona que lee se identifique con los personajes, que pueda ponerse en la piel de cada uno de ellos, incluso de los más desagradables.
4. No lo sé, la verdad. Supongo que igual que con el público adulto: contar una buena historia de la que yo estoy enamorada, contarla del mejor modo posible con toda mi experiencia del oficio y mi amor por la lengua, y cruzar los dedos para que encuentre lectores y lectoras que disfruten de leerla igual que yo he disfrutado de escribirla.
5. Que me hagan preguntas, que me digan qué les ha gustado y qué no; tener la sensación de que, juntos, hemos conseguido cerrar el arco narrativo y hemos ido al pasado, al presente, y tenemos un ojo en el futuro. Y, naturalmente, pasarlo bien, reírme con el público, vernos las caras después de tanto tiempo de encuentros virtuales...
Paloma González Rubio. 'João'
«Participar en el premio Hache es un sueño que no termino de creer»
1. Mi relación con la lectura empezó en el mismo momento en que empecé a unir sílabas. Era la época de los cuentos troquelados que se vendían en las papelerías y yo los leía y releía, se los leía a mis hermanos jugando a la maestra en su habitación. Luego me regalaron un libro gordísimo de cuentos de los hermanos Grimm que ha sido muy relevante en mi obra, porque muchos de sus mitos se han quedado en mi memoria. Leía también esas enciclopedias que se vendían puerta a puerta. En aquella época no había tanta literatura infantil y juvenil de calidad como hoy en día. Era una lectora voraz e insaciable y leía todo lo que caía en mis manos y, con especial deleite, todo lo que me prohibían.
2. Un mundo paralelo cuya existencia es ignorada por la sociedad actual: el mundo de los vagabundos de mar. Se trata de un colectivo que vive a bordo de barcos, que recala raras veces en tierra y hace del viaje constante y la supervivencia el núcleo de su existencia. Sus valores, sus habilidades, su forma de relacionarse con el entorno son radicalmente distintos a los principios, herramientas y relaciones que se consideran normalizadas en tierra firme.
3. Inevitablemente, el lector se reconocerá en algún patrón de comportamiento de su vida cotidiana cuando la mirada de João se extraña ante nuestra forma de vivir. Muchos lectores me han escrito mensajes sobre lo que para ellos significa ahora vivir a son de mar, después de haber leído el libro, o me dicen que han identificado lastres en su vida.
4. No hay fórmulas mágicas, ni recetas. Tampoco hay temas infalibles más allá de los grandes temas de la literatura universal, porque en la literatura está la historia de las emociones de la humanidad y la evolución de cómo vivimos el amor o nos enfrentamos a la muerte, que varía a lo largo de los siglos. De la literatura juvenil me importa muchísimo lo que yo experimento al escribirla, porque me descubre que hay otras maneras de mirar el mundo. Para mí escribir literatura juvenil es mirar al mundo con la mirada de un adolescente que se hace otras preguntas.
5. Participar en el proceso del Hache es la meta de cualquier escritor. Lo vivo como un sueño que no termino de creer. Este encuentro me da la oportunidad de entrar en contacto con jóvenes a los que veo la cara, sus expresiones, sus emociones, su credulidad o incredulidad, su aprobación o desaprobación. Es a ellos a los que dirijo mis libros cuando los escribo en soledad, y son ellos los que hacen vivir mis historias y les dan su sentido. Me siento absolutamente privilegiada por esta experiencia compartida con otras dos escritoras de obras deslumbrantes, Elia Barceló y Eva Mejuto.
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