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Josefa Ros Velasco, en el Aula de Cultura de LA VERDAD, en la Fundación Cajamurcia. Guillermo Carrión / AGM
Aula de Cultura de LA VERDAD

Josefa Ros Velasco: «A veces huimos del malestar que nos causa el aburrimiento con actividades poco significativas»

Filosofía ·

La doctora en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid cerró la programación de este año 2023 del Aula de Cultura de LA VERDAD en el salón de actos de la Fundación Cajamurcia, en Murcia, donde invitó a los presentes a dejar de estigmatizar el tedio para llegar a la raíz de la enfermedad: «El aburrimiento solo es el síntoma»

M. G.

Lunes, 11 de diciembre 2023

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Desde que oyó hablar del genio maligno de Descartes, Josefa Ros Velasco no se cansa de aprender ni se aburre jamás de hablar del aburrimiento, «un estado prehistórico», que existe desde los tiempos más remotos, antes de ser incluso «homo sapiens», y del que nadie se libra de padecerlo. Vamos a dejar de estigmatizar el aburrimiento para llegar a la raíz de la enfermedad, porque el aburrimiento solo es el síntoma, aseguró este lunes la murciana Josefa Ros Velasco, doctora en Filosofía por la Universidad Complutense y autora de uno de los ensayos del año, 'La enfermedad del aburrimiento', publicado por Alianza Editorial, un título que, en realidad, es una metáfora con mucho gancho. Ros Velasco cerró la programación de 2023 del Aula de Cultura de LA VERDAD, en el salón de actos de la Fundación Cajamurcia, en Murcia, en un acto conducido por el periodista de LA VERDAD Manuel Madrid.

Más de una década ha dedicado Ros Velasco a investigar este fenómeno multifactorial abordando todas las narrativas filosóficas, teológicas, literarias, médicas... Este libro es «una exposición de mínimos» sobre el aburrimiento cuando éste nos produce malestar, cuando nos alerta de que el contexto no cumple con nuestras expectativas. Ros Velasco obtuvo dos licenciaturas en la Universidad de Murcia: Filosofía y Publicidad y Relacionales Públicas, que tiene mucho que ver con el entretenimiento, y realizó dos masters también en la UMU: fue becada por universidades de prestigio como Harvard y Stuttgart. Y pertenece a distintos grupos de investigación.

¿Qué sucede en aquellos casos en que el aburrimiento permanece en el tiempo? Puede traducirse, hizo saber, en infinidad de comportamientos destructivos y desviados a los que hay que poner solución

Ros Velasco llegó al aburrimiento desde el punto de vista filosófico a través de la literatura del filósofo alemán Hans Blumenberg, que dejó sin publicar muchos textos sobre antropología filosófica, y a quien dedicó su tesis doctoral. Las instancias en las que el aburrimiento puede convertirse en un problema son las que más interesan a la filósofa. Ese malestar, en términos psicológicos, se traduce en un descenso de los niveles de excitación cortical, «es algo biológico al fin y al cabo».

Residencias

Con 18 años Ros Velasco fue consciente de que su abuela se quejaba mucho del aburrimiento. «Porque para ella las actividades que le proponían en su residencia no eran actividades con sentido... o no permitían dar continuidad a su historia de vida... Ni ella ni muchos como ella podían reaccionar a este tipo de aburrimiento». Pero el aburrimiento de su abuela hizo reaccionar a Ros Velasco, decidida a empoderar a los residentes en un proyecto multidisciplinar a corto y medio plazo.

Sabemos que el aburrimiento no nace en una época determinada, entendido como un quiebre de nuestras necesidades de satisfacción y lo que nos puede ofrecer el entorno. Está entrelazado con lo patológico, cualquiera de nosotros puede estar siendo víctima de la enfermedad del aburrimiento. Ros Velasco contó en el Aula de Cultura de LA VERDAD que el aburrimiento está muy mal visto en la Antigüedad. Y que es falso que solo se dé en las clases acomodadas u ociosas.

Josefa Ros Velasco, durante la entrevista conducida por Manuel Madrid. GUILLERMO CARRIÓN / AGM

El ser humano se realiza en el «estar» y en el «hacer», insistió, al tiempo que habló del momento en que solemos hacer reevaluación de nuestras vidas. Reconoció que «conforme somos más conscientes de lo limitado de nuestro tiempo de vida y el hecho de que cada vez creamos menos en el marco de valores metafísico que nos prometía una vida después de la muerte... a medida que eso cobra peso nos vemos más arrebatados e instados a hacer cosas por el miedo a morir sin haberlo hecho todo. Y ahora además lo enseñamos en las redes sociales».

El siglo XIX es el más curioso, recordó Ros Velasco, porque se produce el traspaso de la literatura a la medicina. En la literatura se gesta la metáfora del aburrimiento como enfermedad. Y son los médicos franceses los que empiezan a estudiar a personajes literarios como casos de «enfermos de aburrimiento». Por otro lado, recordó que pocas personas admiten que se aburren, especialmente en el mundo académico, pero esto es bastante dudoso. La molestia que causa el aburrimiento nos insta a buscar lo siguiente, y no solo podemos aburrirnos cuando no hacemos nada, sino cuando hacemos cosas. «A veces huimos del malestar que nos causa el aburrimiento con actividades poco significativas».

La filósofa pone en duda que el aburrimiento nos haga ser más creativos e inteligentes; sobre esto afirmó que es una verdad muy relativa y algo peligrosa

Ros Velasco prefiere hablar del aburrimiento en términos de funcionalidad, para distinguirlo de las categorías morales de «bueno» o «malo». Y dijo que al producirnos malestar nos mantiene en movimiento y nos impide que nos quedemos en ese estado en que lo pasamos mal.

De manera grupal

También puso en duda que el aburrimiento nos haga ser más creativos e inteligentes; sobre esto afirmó que es una verdad muy relativa y algo peligrosa. Ros Velasco introduce en el libro el concepto del aburrimiento situacional cronificado: «Es un aburrimiento que depende del contexto, no de nosotros mismos, y ante el que no podemos responder por razón del propio contexto. Y ese contexto nos afecta de manera grupal, y produce una reacción explosiva, que tiene el riesgo de ser extrema. Por ejemplo, puede desencadenar una revolución social, o desencadenar los peores monstruos...».

¿Por qué todo el mundo reclama tener tiempo para el aburrimiento? Es un sinsentido, insiste la doctora en Filosofía. ¿Qué sucede en aquellos casos en que el aburrimiento permanece en el tiempo? Puede traducirse, hizo saber, en infinidad de comportamientos destructivos y desviados a los que hay que poner solución.

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Josefa Ros Velasco: «A veces huimos del malestar que nos causa el aburrimiento con actividades poco significativas»