'El encierro de las maravillas' contado en fotografías
El Palacio del Almudí acoge hasta enero de 2021 una cuidada muestra de jóvenes fotógrafos murcianos comisariada por Mónica Lozano
Peter Pan saliendo volando de su habitación de forma muy extraña, a lo loco 'Sueño de una noche de verano' pasado por la mente oscura ... de H. P. Lovecraft. Algo 'raro, raro, raro' pasa ahí fuera, mientras dentro se acumulan las preguntas y los abrazos cruzados de brazos, y como diría Alejandra Pizarnik, «hay, en la espera, / un rumor a lila rompiéndose. / Y hay, cuando viene el día, / una partición de sol en pequeños soles negros». Es un misterio. Es un delirio. Es una propuesta que incluye calcetines en absoluto blancos, en absoluto negros. 'Espacio 40', de Matías Pérez de Juan, es una de las obras fotográficas que, hasta el 10 de enero de 2021, pueden disfrutarse en el Palacio Almudí de Murcia formando parte de la muestra 'El encierro de las maravillas', «una exposición que aborda», con gran imaginación y perspicacia, «la creación fotográfica durante el confinamiento». Comisariado por Mónica Lozano, este proyecto se gestó a partir de «una propuesta que debía desarrollarse en torno a la idea de tiempo suspendido». La muestra, explica Lozano, «recoge ocho proyectos fotográficos y uno videográfico que han sido realizados estrictamente durante el confinamiento -del 15 marzo al 21 junio pasados- por jóvenes creadores visuales murcianos, nacidos o residentes en la Región».
El objetivo ha sido «reunir y presentar ante el público a esta generación de jóvenes artistas y saber cómo se han enfrentado al hecho de crear bajo unas circunstancias insólitas y extraordinarias». Dividida en dos bloques, «en el primero se recogen aquellos trabajos que construyeron su propia realidad mediante la elaboración de imágenes que podríamos considerar genéricamente como documentales, desde una perspectiva tradicional del medio, ya que todas ellas acontecieron de forma original delante de la cámara». «Sin embargo», prosigue Lozano, «lo que ocurrió fue impulsado por sus autores desde una voluntad profundamente subjetiva e intimista». Estupendos los trabajos de Andrea González, Matías Pérez de Juan, Gema y Marina Carpio y Fátima Ruiz.
Y en un más que interesante segundo bloque «se agrupan aquellos autores 'posfotográficos' que renunciaron a generar sus propias fotografías y optaron por 'una ecología de las imágenes', que diría Susan Sontag. Reducir, reciclar, reutilizar. Para ello, recuperaron archivos propios y los modificaron e intervinieron gráficamente». Son Cleo Pan, Elena Sol, David Salcedo, Pascual Martínez y Vincent Sáez. En cuanto a la pieza de vídeo realizada por Selu Herráiz, 'Apnea', esta combina el documental de ficción y la performance.


Más rápido que el virus
Recuerda Lozano que «el 14 de marzo de 2020 se declaró el estado de alarma en todo el territorio nacional. El tiempo se detuvo y el desconcierto se expandió más rápido que el virus. Nadie sabía qué hacer. Las paredes se convirtieron en jaulas que menguaban cada día y la creación se convirtió en la única poción mágica que atenuaba ese proceso». Y así, «durante unos días todos nos imaginamos artistas». Un espejismo, ¡oh! «Una quimera eufórica, por qué no decirlo, que se desdibujó, como la niebla al mediodía, en cuanto abrieron los primeros bares», aclara. «Sin embargo», precisa, «entre tanto alboroto y confusión, hubo muchos artistas que ya lo eran antes del coronavirus que, durante los días más duros de la pandemia, entre montañas de papel higiénico y llanuras de aburrimiento, también se empeñaron en seguir creando». ¡Bien por ellos! Y bien porque «a pesar de las circunstancias y la limitación de sus recursos, sin estudio ni plató, sin herramientas ni materiales adecuados, sin modelos profesionales ni atrezzo, reciclando lo imposible y convirtiendo cualquier rincón en una puerta a otra dimensión».
No fue tarea fácil. Al contrario, «para todos fue duro, quizá para las fotógrafas y los fotógrafos aún más porque la fotografía, inventada para capturar la vida y dar testimonio de la fugacidad, llegó al mundo sin más pretensiones que decir 'esto ha sido'. Pero cuando nada sucede, no hay nada de lo que dar testimonio. No hay huella posible». Y, entonces, «el sonido de los espejos se atenuó». Además, «su idilio perpetuo con el tiempo aún hizo más intensa la sensación de asfixia. Con los relojes detenidos y nuestra existencia en pausa, los obturadores parecían resistirse a funcionar». «Crear fotografías fuera del tiempo, qué paradoja», reconoce Lozano, satisfecha con razón con el nivel alcanzado por la exposición, que se acompaña de un catálogo, editado por el Ayuntamiento de Murcia, diseñado por José Luis Montero.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.