Cristóbal Barbero reflexiona en el Centro Párraga sobre el vínculo

Cristóbal Barbero (Cartagena, 1981), licenciado en Bellas Artes, especializado en Arte y Gestión por la Universidad de Murcia y actual doctorando –investiga acerca del contacto como vínculo, eje central, a la vez, de su producción escultórica–, es el artista que inaugura la temporada de exposiciones temporales en el Centro Párraga de Murcia. 'Estado', comisariada por Nacho Ruiz, podrá verse hasta el 8 de octubre en la Sala de Máquinas de la institución ubicada en el Cuartel de Artillería.

Hernández desarrolla una investigación artística sobre la gramática esencial del contacto, según informa la web del Centro Párraga: «Asentando ámbitos de las ciencias antropológicas y sociológicas, y en los razonamientos acerca del espacio tomados desde la perspectiva de la práctica artística, propone un estudio analítico del contacto como medio y como agente que 'crea'».

Este estudio, explica el artista, analiza el contacto desde su capacidad de asumir su propia presencia. «Se investiga acerca de la creación artística mediante la captura y reflexión del vínculo entre la emoción y contacto como experiencia artística, transitando medios escultóricos. Entre lo que ha estado en contacto y es separado posteriormente». La instalación escultórica 'Estado' conlleva el compromiso del contacto físico con nuestro entorno, «un acercamiento con lo que nos rodea, cargando de veracidad emocional a las piezas. Donde las cosas que una vez han estado en contacto y luego son separadas permanecen, a pesar de la separación, unidas por un poderoso vínculo. Siendo el vínculo por contacto físico, elemento constitutivo de ser experiencia artística».

Como recuerda el comisario, Nacho Ruiz, «no somos portavoces del suelo, queremos ser parte de él, queremos ser parte inseparable de la tierra, pero ello no es posible, en su lugar dejamos una huella inevitable que nos remite siempre a Derrida. Cristóbal no busca esa huella en el paisaje. El territorio tiene un valor emocional para él y le exige un alto respeto, de manera que no busca dejar su huella en él, sino conservar la huella del paisaje de forma física. Fabrica en plomo el soporte de la huella, crea el continente del residuo físico del territorio».

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