Caravaca de la Cruz salda una deuda histórica de la Región de Murcia con Rafael Tegeo
Año Jubilar 2024 ·
'El siglo de Tegeo', comisariada por Nacho Ruiz y organizada por la Fundación Camino de la Cruz, será inaugurada el próximo 27 de noviembre y se podrá ver en la Iglesia de la Compañía hasta el 4 de febrero. Será una gran retrospectiva de la obra de uno de los grandes maestros de la pintura del siglo XIX y uno de los grandes retratistas de nuestra historiaLa gran exposición de este año jubilar en Caravaca de la Cruz estará dedicada a uno de sus hijos ilustres, el pintor Rafael Tegeo, el único artista murciano presente en la colección permanente del Museo Nacional del Prado. Es un proyecto muy importante, insistió este lunes el comisario, Nacho Ruiz (T20 Proyectos), en la presentación en el Museo de Bellas Artes de Murcia (MUBAM), pues contará con 73 obras en exhibición, cuatro de ellas del Prado, «algo muy excepcional».
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'El siglo de Tegeo' es una gran retrospectiva de la obra de Rafael Tegeo (Caravaca de la Cruz, 1798-Madrid, 1856), uno de los grandes maestros de la pintura del siglo XIX y uno de los grandes retratistas de nuestra historia. Un artista fundamental en la escena artística de la primera mitad del siglo XIX, y de los primeros introductores de la sensibilidad romántica en la pintura española.
La exposición será inaugurada el próximo 27 de noviembre [el día en que se conmemoran 235 años de su nacimiento] y estará hasta el 4 de febrero de 2025, en la Iglesia de la Compañía de Caravaca de la Cruz. «Es una de las exposiciones más esperadas en la Región de Murcia, de unos de sus hijos más ilustres en el mundo del arte, que recoge gran parte de su obra, en un marco contextual de la época en la que le tocó vivir, el siglo XIX. Un gran y merecido homenaje de su ciudad y de la Región de Murcia», considera Nacho Ruiz.
Con motivo del Año Jubilar 2024, ya en su recta final, esta exposición llega a Caravaca gracias al patrocinio de la Fundación Camino de la Cruz con la colaboración especial de Fundación La Caixa y de la empresa caravaqueña Aljema-Relosa. Esta antología está compuesta por un total de 73 obras, entre pinturas, grabados y objetos que pretenden dejar una experiencia artística, cultural y formativa del pintor y de su época. Habrá obras procedentes del Museo del Prado, del Museo del Romanticismo, del Museo de Bellas Artes de Murcia (MUBAM), de la Galería de las Colecciones Reales (Patrimonio Nacional), de la Real e Ilustre Cofradía de la Vera Cruz ('El Milagro de Tobías', que ilustra el cartel) y del Ministerio de Cultura, así como de diferentes colecciones privadas.
La exposición desarrolla relatos históricos vinculados a los objetos expuestos, a la obra de uno de los mejores retratistas de la historia de España, que también cultivó la pintura mitológica y la religiosa, sin olvidar su magistral uso del paisaje. Fue pintor de cámara de Isabel II.
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En la Iglesia de la Compañía de Jesús ocupará, en forma de recorrido, dos grandes bloques, lo que ofrecerá al visitante la oportunidad de confrontar las pinturas de este maestro con las de otros mejor conocidos y ya consagrados pintores contemporáneos suyos, además de documentos, grabados y otros objetos de la época que conforman el relato general de la trayectoria y de la vida del pintor.
Tegeo es un artista fundamental en la escena artística de la primera mitad del siglo XIX, y de los primeros introductores de la sensibilidad romántica en la pintura española
El primer bloque queda delimitado por la nave de la iglesia, que corresponde a la retrospectiva de Tegeo. Tegeo fue un retratista, pero tiene piezas muy relevantes en la pintura religiosa, la mitológica y la histórica, todas representadas en la exposición. Las primeras capillas muestran sus primeras obras junto a las de miembros más relevantes de su generación: Vicente López, Esquivel o Alenza. También piezas de sus maestros, fundamentalmente, José Aparicio, Santiago Baglietto o Fernando Brambila.
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En este entorno se expondrá también 'La curación de Tobías', obra del Neoclasicismo que podemos encontrarla hoy día en la Basílica de la Vera Cruz, en Caravaca, y que fue donada por el propio Tegeo en 1827. En un segundo bloque está la evolución de su mejor época retratística, con algunas de sus obras maestras, como las tres que cuelgan en el MUBAM: 'Retrato de Magdalena Cuenca'; 'Retrato de familia / Paula Bragaña con sus hijos' y 'Retrato de José María Benítez Bragaña'.
También se expondrán las siguientes obras del MUBAM de otros autores: de Juan Martínez Pozo, 'Misa en el trascoro'; 'Banquete regio del siglo XVI' y 'A buen juez mejor testigo'; de Pascual y Valls, 'Retrato de doña Isabel II'; de Domingo Valdivieso y Henarejos, 'La clase de música / Luna de miel'. Se podrán ver también algunas de sus obras maestras en gran formato como el 'Episodio de la Conquista de Málaga (Moro Santo)', de 1850, de Colecciones Reales (Patrimonio Nacional).
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«La Región de Murcia va a saldar su deuda artística más antigua y por fin los murcianos conocerán a uno de los mejores retratistas de nuestra historia», sostiene el comisario.
La exposición contará también con una sala que muestra el influjo de Tegeo en el arte murciano de su tiempo con cuatro nombres esenciales: Germán Hernández Amores, Domingo Valdivieso, Pascual Valls y Juan Martínez Pozo. En la sala de la 'Sacristía' se accederá a una historia política, social y cultural del siglo XIX, donde se pretende acotar la figura en su contexto y su figura como liberal. A través de grabados, documentos, proclamas políticas, pinturas y libros que nos llevan a la historia del siglo XIX. Dos figuras centrales marcan este relato: Fernando VII y su hija Isabel II. La historia política a través de imágenes de Riego o Torrijos se cuenta con libros, como la Constitución de 1812 o los edictos de Isabel II sobre la de 1837. Este espacio muestra también pintura y escultura, así como algunos objetos que acercan al espectador el espíritu del tiempo de Tegeo, terminando el relato con una imagen de Alfonso XII, hijo de Isabel II, en la visita a la huerta de Murcia tras la riada de Santa Teresa, en 1879.
Para esta exposición se ha restaurado una obra cedida por el Museo del Romanticismo de José Aparicio Inglada, uno de los maestros de Tegeo: 'Desembarco de Fernando VII en el puerto de Santa María'
Para esta exposición se ha llevado a cabo la restauración de una de las obras cedidas por el Museo del Romanticismo, la obra de uno de los maestros de Tegeo, José Aparicio Inglada: 'Desembarco de Fernando VII en el puerto de Santa María'. Este óleo sobre lino es el modelo de uno de los grandes cuadros españoles del XIX, hoy desaparecido. Su valor documental es enorme, al haberse retratado a toda la familia real en aquel momento. Es uno de los más relevantes retratos colectivos de la época. Es una de las joyas del Museo Nacional del Romanticismo; por lo que la aportación que esta exposición hace al Patrimonio mío histórico artístico español es muy relevante, opina el comisario. El restaurador ha sido Antonio González Ariza.
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‘El siglo de Tegeo’ se suma a las actuaciones organizadas por la Fundación Camino de la Cruz para conmemorar el Año Jubilar de la Vera Cruz, el mayor acontecimiento religioso del país este año. La Fundación está formada por la Real e Ilustre Cofradía de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca, el Instituto de Turismo de la Región de Murcia, Postres y Dulces Reina, Grupo Fuertes, Estrella de Levante, CaixaBank, Universidad Católica de Murcia (UCAM), Café Salzillo, Limcamar, Grupo Caliche y Grupo Orenes, y cuenta con la colaboración institucional del Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz.
Actividades complementarias
Habrá, además, recorridos por la Caravaca de Tegeo y conferencias. Esta exposición no sólo servirá para mostrar la obra de Tegeo y su época, sino también para explorar la vida de Tegeo en Caravaca, desde su lugar de nacimiento a aquellos espacios que transitó el pintor en sus diferentes estancias en la ciudad con su familia o que compartía con algunos de sus principales mecenas, como el Marqués de San Mamés, una figura esencial en su vida. Se organizarán visitas concertadas en el tiempo que está la exposición para profundizar más en la vida y obra del pintor.
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Asimismo, durante los más dos meses de exposición se realizarán también conferencias en torno al artista.
Los retratos de Rafael Tegeo no son muy frecuentes en exposiciones, pero hasta que el Museo del Romanticismo, en 2019, le dedicó una muestra, ninguna institución había descubierto la figura del caravaqueño en profundidad. Ahora se podrán ver de nuevo algunos de ellos en Caravaca. Una oportunidad para descubrir y redescubrir al pintor.
Sin duda, una extraordinaria ampliación de la oferta patrimonial y cultural de Caravaca en los meses que quedan de Año Jubilar y en los primeros meses del 2025.
A través de 240 páginas, el catálogo recorre y analiza la obra y vida de Tegeo desde cuatro puntos de vista, realizado por Antonio González Ariza, Daniel Genaro Pérez Tárraga y Daniel García Andújar.
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Al lanzamiento de la exposición, este lunes en el Museo de Bellas Artes de Murcia, asistieron la consejera de Turismo, Cultura, Juventud y Deportes, Carmen Conesa; el director del Instituto de Turismo, Juan Francisco Martínez; el director general de Patrimonio, Patricio Sánchez; el alcalde de Caravaca de la Cruz, José Francisco García; el teniente de alcalde de Caravaca y concejal de Turismo, José Villa, así como patronos de la Fundación y el Hermano Mayor de la Real e Ilustre Cofradía, Luis Melgarejo, y Lourdes Toribio, de Fundación La Caixa (colaborador principal de esta exposición), además del comisario de la exposición, Nacho Ruiz; de la directora técnica, Carolina Parra (T20 Proyectos), y del cronista oficial de Caravaca de la Cruz, José Antonio Melgares.
¿Quién fue Rafael Tegeo?
Tegeo llevó a cabo su primera formación artística en Murcia, trasladándose después a Madrid para estudiar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Allí se educó en la pintura neoclásica de la mano del alicantino José Aparicio. Trabajó, además, ayudando a Fernando Brambila, italiano afincado en España y pintor de cámara del rey Fernando VII. De esta forma, Tegeo se familiarizó con la pintura decorativa y de paisaje, temáticas que serían fundamentales para sus obras posteriores. En 1822 viajó a Roma por su cuenta, donde permaneció hasta 1827. Estos años le reportaron influencias de los grandes maestros del Cinquecento, así como las vías del Neoclasicismo tardío italiano. De este periodo destaca la 'Virgen del jilguero', recientemente adquirida por el Museo del Romanticismo y una de las piezas singulares que podrá disfrutarse en la visita a la exposición.
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A su vuelta a España en 1828, fue nombrado miembro honorario de la Real Academia de San Fernando, en la que ostentó distintos cargos a lo largo de su carrera. Con motivo de su ingreso, realizó una de sus grandes obras de carácter mitológico: 'Hércules y Anteo'. Los años 30 del siglo XIX fueron los años de esplendor del artista, en los que realizaría decoraciones para el Casino de la Reina y el Palacio Real de Madrid. En estos mismos años recibe importantes encargos del infante Sebastián Gabriel, para el que ejecuta varias obras, tanto religiosas como mitológicas. Tegeo se impuso como uno de los retratistas de mayor fama en la imperante sociedad burguesa del romanticismo español.
Con una concepción capaz de integrar la tradición dieciochesca, sus retratos al aire libre fueron sin duda los más apreciados, conjugando en ellos una profunda atención a la dimensión psicológica de los modelos. En 1846 fue nombrado pintor de cámara de la reina Isabel II. A su servicio retomó su actividad como pintor de composiciones históricas. Para su esposo realizó una de sus obras más destacadas, el 'Episodio de la conquista de Málaga' (Colecciones Reales de Patrimonio Nacional). Ésta obra, redescubierta en 1992 y que no se ha vuelto a mostrar al público desde entonces, protagonizará, junto con el resto de los hitos del artista dentro de ese género, una sala consagrada a la pintura de Historia, que recorre toda su trayectoria.
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Famoso en su tiempo, Tegeo fue la víctima perfecta, durante los años siguientes, de los prejuicios de gusto de historiadores del arte y coleccionistas, que relegaron su figura hasta caer en el olvido.
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