Adela Martínez-Cachá: «Se acabó esta puñetera pesadilla que me ha robado mucho tiempo de mi vida»
Conversaciones de primavera ·
«Si tuviese a José Luis Mendoza delante le diría '¡qué razón tenías!'. El sufrimiento me ha curtido y me ha hecho mejor persona»Como un jarro de agua bendita. La noticia de que la Audiencia Provincial de Murcia la había absuelto del delito de prevaricación, por las obras ... de emergencia para derivación de caudales de la Rambla de El Albujón a la Red Arco Sur Mar Menor, en el conocido como 'caso de la tubería de El Carmolí', resultó una liberación. Por fin. Llevaba años esperándola Adela Martínez-Cachá (Lorca, 1969), exconsejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente en el Gobierno de Pedro Antonio Sánchez, y de Educación, Juventud y Deportes en el de Fernando López Miras. Ingeniera agrónomo, militante entusiasta del PP, es socia fundadora de las empresas BIA3 Consultores y SAU Consultoría Estratégica. Lleva tatuadas las coordenadas de su playa favorita en Formentera.
-¿Cómo se enteró de que había sido denunciada?
-Mi abogado, [el penalista] Aurelio Llanes, me llama y me informa de que la fiscalía admite a trámite la denuncia de Ecologistas en Acción. Entonces seguía siendo consejera de Agricultura, antes de pasar a serlo de Educación.
-¿Qué pensó?
-Tenía tan claro que no había hecho nada mal que le dije a mi abogado: 'Esto no va a llegar a ningún sitio'. Pero él, que es una persona muy sabia, me insistió: 'Adela, este tema no me gusta'. Y, efectivamente, acertó.
-¿Y a partir de ahí?
-Siempre supe que no tenía nada que reprocharme, pero cuando fui a declarar ante el juez [Ángel] Garrote, que fue un segundo momento clave, mi nivel de angustia empezó a desatarse e ir 'in crescendo'. Salí del juzgado fatal, con muy malas vibraciones.
-¿Por qué?
-Me parecía increíble lo que estaba pasando.
-Pero cierto...
-... e iba a más. Llegamos a presentar un recurso muy sólido ante la Audiencia. Estaba convencida de que el caso se archivaría. Pero no: llegó el momento crítico. Yo no estaba ya en política. Cuando supe que la Audiencia decidió que el caso iría a juicio, no paré de llorar durante una hora y media por lo menos, sola, aquí en casa. Me enteré por el periódico: 'Martínez-Cachá ira a juicio por la tubería de El Carmolí'. Y ahí fue cuando el mundo se me cayó encima. Seguía sin entender nada.
«He sido absuelta exactamente con la sentencia con la que había soñado tantas veces»
-¿Qué se planteó?
-Hablar con mis hijos, con mis padres -a mi madre le acababan de hacer un trasplante de hígado-... Sentía la necesidad de volver a explicárselo todo a todos detalladamente e insistir en mi inocencia; no quería que lo pasasen mal, me sentí mal por preocuparles.
-Y los siguientes días...
-... y los siguientes a los siguientes: no pasó un día hasta la llegada del juicio en el que esto se me fuera de la cabeza, siempre ahí el tema del juicio como un martillo pilón dentro de mi cabeza. Estamos hablando de años: de 2019, que es cuando ya sé que voy a juicio, hasta 2023. Pero la denuncia arranca en 2016.
-¿En qué cambió su vida?
-Soy muy maniática, muy estudiosa, muy cuadriculada. Todo el que ha trabajado conmigo, todo el que me conoce, lo sabe. Y tengo un principio: cuando me voy de un sitio, y cierro una etapa, no miro atrás y no estoy pendiente de si alguien me echa de menos o de más. Sin embargo, esta denuncia me ha obligado a estar durante años retrotrayéndome al pasado, a cientos de reuniones, de informes, de decisiones, a la 'sopa verde', a los comités científicos...; he tenido que volver a revivir días y días de mi pasado, desde 2016, que es cuando se hace la tubería. Y yo no soy la misma, soy una Adela que va evolucionando, distinta conforme pasan los años. Te obligan a volver a analizarte al detalle, a indagar, a recordar mil veces lo mismo... Te obsesionas, vives entre el pasado y el presente, tu salud se resiente...
-¿No conseguía desconectar?
-La noche anterior a mi declaración en la Audiencia seguía estudiando como una loca sobre los dichosos fosfatos y nitratos; cuando se puso fecha a la declaración entró en el equipo un abogado experto en derecho ambiental, Jesús Sedano. Teníamos reuniones de cuatro y cinco horas, simulábamos el interrogatorio... Ellos se cabreaban conmigo porque decían que me relajase, que dejase ya de informarme, de estudiar, de darle mil vueltas a cosas que estaban ya clarísimas.
En tragos cortos:
-
Un viaje pendiente Mi viaje de novios a Maldivas sigue pendiente.
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Un lugar al que volver Formentera.
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Un libro de cabecera 'Cartas de un estoico', de Séneca.
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Un pintor Muñoz Barberán.
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Un músico Paco de Lucía.
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Un personaje histórico Concepción Arenal.
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Un postre No soy de postres.
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Una manía Llevar siempre mi libreta en la que apunto lo relevante de cada día. No sé funcionar sin ella.
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Una prenda de vestir Cualquiera de azul intenso.
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Un sueño cumplido Sentirme plena a mis casi 55 años.
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Un consejo Ya que no podemos alargar la vida, intentemos ensancharla.
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¿Qué último regalo ha recibido? Un fin de semana en Agua Amarga.
-
Un político Adolfo Suárez.
-¿Qué motivó la denuncia de Ecologistas en Acción?
-Estaba claro que el Mar Menor era un escenario idóneo para hacer ruido. En 2016 aquello era terrorífico: la 'sopa verde', las imágenes en las televisiones nacionales, todos preocupadísimos... Y empezaron a hacer ruido en torno a esta famosa tubería. A ver, es lícito que ellos se planteen dudas sobre el procedimiento, están en su derecho, faltaría más. Pero esas dudas las deberían haber resuelto de otra manera.
-¿Habló usted con ellos?
-En ningún momento. Tampoco creo que fuese procedente.
-¿Pensó que era algo personal contra usted?
-Quiero pensar que no.
-¿Y qué sí pensó cuando leyó su sentencia absolutoria?
-Que era exactamente la sentencia con la que había soñado tantas veces, porque ponía de manifiesto que yo en ningún momento debía haber estado imputada, que ha sido injusto todo este machaque de cabeza que he llevado. Tomé una decisión que era viable técnicamente, y no se hicieron las cosas de manera arbitraria, ni a lo loco, ni sin criterio técnico. Estamos hablando de dos personas que sí, estábamos en un puesto político, pero que tanto el director general de Agua, Andrés Martínez Francés, como yo, no éramos dos que pasábamos por allí. Él es ingeniero de caminos y yo soy doctora ingeniero agrónomo. Se nos acusó de tomar una decisión a sabiendas de que la decisión era injusta, de prevaricación administrativa. Cuando uno leía lo que decía el fiscal, se dejaba entrever como que la presión social era tal que había que hacer algo, aunque ese algo no tuviera ninguna base. Y claro que la tenía.
-Usted sabe que se tiende a poner la etiqueta de corrupto a todo político que es denunciado...
-... lo sé, pasas a ser una corrupta, se da por hecho que te has llevado dinero, o que se lo has hecho ganar a otros de forma interesada. Tú pones 'Martínez-Cachá' en Google y aparece 'Martínez-Cachá Carmolí', no aparece 'Martínez Cachá absuelta'. Son muchos los titulares que ha dado este proceso.

-¿Alguien la llamó corrupta?
-He notado miradas de desprecio, y eso ha sido durísimo. Miradas que hablaban por sí solas. Yo estaba ya fuera de la política, buscándome la vida con mi profesión y trabajando precisamente en esa zona del Mar Menor. Lo siento mucho por la gente querida que ha tenido que aguantar esta situación, porque yo estaba erre que erre con el monotema. Sobre todo los dos últimos años, desde que supe que el juicio era el 5 de octubre del 2023, fecha que supe en 2020, un año después de saber que íbamos a juicio, como ya le he comentado.
-¿Qué le decía su padre?
-'Adela tranquila, no estamos hablando de cohecho, se trata de una decisión administrativa que tendrán que valorar'. Confiaba plenamente en mí, pero tenía la necesidad de verbalizar que su hija no había incurrido en cohecho. Pues claro que no, claro que no. Yo lo que he intentado ha sido procurar que el juicio se adelantara, porque a mí este asunto también me ha perjudicado mucho a nivel profesional. No soy ingeniero aeronáutico, soy ingeniero agrónomo y vivo de la agricultura, de que me encarguen trabajos, informes, valoraciones... que tienen que ver con este sector.
-¿Con qué se topó?
-Con un sistema judicial falto de medios, a lo que se unieron no sé cuántas huelgas. Y yo con los dedos cruzados para que no se retrasara más el proceso.
-¿Cuánto le ha costado a usted defenderse?
-Mucho dinero, mucho. Evidentemente, tanto Andrés como yo estábamos seguros desde el minuto uno de nuestra inocencia, pero la teníamos que demostrar. En mi caso, dos abogados, informes de peritos, de ingenieros de Madrid, de un arquitecto que visitó la rambla, vio la tubería y analizó los volúmenes, la contaminación, todo... Mucho dinero.
-Algo que no se puede permitir todo el mundo.
-Gracias a Dios, mi trabajo me ha permitido, con mucho esfuerzo, poder afrontarlo; eso sí, contando con la ayuda de mi entorno familiar.
-Fue denunciada por una actuación que llevó a cabo ejerciendo como responsable política.
-Te tienes que buscar la vida, nadie te pregunta si necesitas algo. Yo tomé esa decisión siendo consejera de Agricultura, no como Adela Martínez-Cachá. Menos mal que, si eres absuelta, en esta Región se te devuelve el dinero que has invertido en tu defensa. Lo que hay que replantearse es que la Justicia tiene que tener medios para que no se dilaten tanto los procedimientos, porque se hace un daño que nadie te repara ya. ¿Alguien te pide perdón después? Aunque yo no quiero que me pidan perdón.
«He notado miradas de desprecio, y eso ha sido durísimo»
-¿Ha ido al psicólogo?
-Varias veces en mi vida; me he psicoanalizado y estoy muy trabajada, pero por este motivo no he ido.
-¿Ha dudado de su capacidad profesional?
-Nunca.
-¿Y de su capacidad de gestión política?
-Tampoco.
-¿Y de usted misma?
-No, pero me obsesionaba y no dormía, o dormía y tenía pesadillas. Me obsesionaba que no fuéramos capaces de dejarlo todo suficientemente claro. Era un tema complejo, muy técnico.
-¿Qué le dijo el abogado de Ecologistas en Acción [Ginés Ruiz Maciá, actual portavoz del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Murcia] tras la sentencia?
-Que se alegraba de que estuviera todo bien. Y se lo agradezco.
-¿Alguna vez decidió quedarse en casa y no salir a la calle?
-En algún momento, sí. No me apetecía encontrarme con nadie.
-¿Algo de lo que le dijeron en estos años le hizo gracia?
-[Sonríe] Hubo gente que me dijo que no tenía que haber hecho nada, ¡ni tubería ni nada!
-¿Le inquietaba poder estar dañando a su partido?
-A ningún partido le gusta tener en sus filas a personas que están bajo sospecha.
-¿Con Pedro Antonio Sánchez habló de este tema alguna vez?
-No recuerdo haber hablado con él de este tema.
«La presunción de inocencia nos la hemos cargado»
-¿Con Fernando López Miras sí?
-Sí, siendo yo consejera de Educación me decía que estuviese tranquila, que sabía que las cosas se habían hecho bien.
-¿Qué relación tiene ahora con él?
-Es lorquino como yo, siempre lo he apreciado y he tenido una buena relación con él.
-¿Hablan a menudo?
-No, a menudo no, pero sí que hablamos.
-¿Volverá a la política?
-No es algo que dependa de mí. La política me gusta y no estoy desconectada de ella. Soy una friki que se traga los debates del Congreso y sigo al detalle todas las elecciones... Creo que puedo resultar útil, pero lo que tenga que ser será; mientras, a seguir mi camino.
-Los expresidentes Ramón Luis Valcárcel y Pedro Antonio Sánchez están a la espera de juicio.
-Me puedo imaginar perfectamente por lo que están pasando. Creo que la política entró en una judicialización brutal, y que todo transcurre con una lentitud desesperante. Hasta que no hay sentencia a todos los políticos nos meten en el mismo saco. Ya no se habla sólo de los delitos que se te imputan, sino que la gente va añadiendo otros por su cuenta y por si acaso. Hay que replantearse si esa judicialización nos lleva a algo más allá de la desafección hacia la política y los políticos. Es muy injusto generalizar, hay mucha gente en política que lo que quiere es trabajar por los demás, que cree en los valores que representa la política y que trabaja honradamente. Hablo de la inmensa mayoría. La presunción de inocencia nos la hemos cargado, la sociedad no cree en la presunción de inocencia y eso es gravísimo porque te deja desnudo, a expensas de que todo el mundo piense sobre ti lo que quiera. Hay que generar un procedimiento de manera que cuando los casos llegan al juzgado, haya un proceso previo y rápido de análisis.
-¿Qué piensa sobre los políticos corruptos?
-Lo tengo claro: que paguen todos los que han desprestigiado un servicio público.

-¿Ahora cómo está?
-Me he quitado un peso de encima, literal. Y estoy durmiendo mejor. Pensaba que dormía mal a causa de la menopausia, pero no porque ahora duermo muchísimo mejor. La causa se llamaba tubería de El Carmolí. Me siento mucho más tranquila, disfrutando de mi gente y formándome muy ilusionada en el ámbito empresarial.
-¿Qué le debe a su marido?
-Juan [el empresario Juan Marín] ha desempeñado un papel fundamental. Se ha portado como un 'champion', me ha dado mucha tranquilidad; no es una persona de aspavientos, es una persona muy equilibrada. Quita hierro, busca soluciones concretas y me ha apoyado al cien por cien, lo cual no me ha sorprendido porque sabía que sería así.
-¿Lloró al conocer la sentencia?
-No solté ni una lágrima. Quería llorar de alegría, pero se ve que ya no me quedaba ni una lágrima. Se acabó esta puñetera pesadilla que me ha robado mucho tiempo de mi vida.
-¿Alguna herida?
-Las heridas están lamidas y curadas. Ahora soy más reflexiva y sé más cosas de la vida. Recuerdo que hace mucho tiempo José Luis Mendoza me dijo en la universidad [en la UCAM], cuando yo empezaba a dar clases con 26 años, que el sufrimiento curte y te hace mejor persona. Yo en aquel momento dije '¡anda ya!' [sonríe], no lo entendía, pero si ahora tuviese a José Luis delante le diría '¡qué razón tenías!'. A mí el sufrimiento me ha curtido y me ha hecho mejor persona. Soy mejor persona que antes.
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