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Púnicos e íberos sellan su alianza de arras
La fastuosa boda entre Aníbal e Himilce trajo mucha pompa, pero también espectáculo de la mano de un grupo de patinadores acróbatas
La ciudad se vistió de nupcias. Enfundados en sus mejores galas, las 25 tropas de Cartago tomaron en la noche de este lunes el ... centro de Cartagena. La explanada del puerto acogía el bodorrio que más expectación y celebración aúna todos los años. Los novios no eran 'celebrities', ni 'influencers', ni estrellas del corazón, pero sí dos personajes de mucho nombre y renombre. Aníbal, ante el pueblo de Mastia y de Qart Hadast, selló públicamente su alianza de arras con los íberos. El joven general cartaginés, en un esperadísimo momento, acobó dando el 'sí, quiero' a la bella Himilce.
Al frente de los dos papeles se estrenaban anoche Ángel Celdrán y Jenifer Villalba, de Tropas de Asdrúbal. Ambos repetirán en sus cargos también al año que viene. Entregados festeros, llevaban desde el pasado abril preparando el personaje y el texto. Un ensayo al que se unieron las diferentes tropas a mitad de agosto, señalaron desde el Consejo cartaginés a este periódico.
PRÓXIMOS ACTOS
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Oráculo de la diosa Tanit Hoy, a las 21.00 horas, en el auditorio Paco Martín.
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Inauguración del mercado Mañana. a las 19.00 horas. en el parque Alberto Vallejo Alberola.
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Gran Circo Romano Este miércoles en la cuesta del Batel a las 20.30 horas. Se requiere tener entrada
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Feriae Latino Mañana, en la calle romana del Campamento festero a partir de las 22.45 horas.
La antelación y preparación para salir a la escena fue muy agradecida por el público, que apreció mucho el cuidado en el montaje y el atrezzo de los púnicos. Un trabajo guiado magistralmente por su director artístico, Adrián Quiñones, quien también llevará la batuta del principal acto de este martes, el del oráculo en el que la diosa Tanit, por boca de una pitonisa, avisará a Himilce de todos los malos augurios que se ciernen sobre Cartago.
Las bodas se representaron, como es habitual, divididas en dos actos: el primero protagonizada por esa alianza entre los íberos y los cartagineses y el segundo dedicado a la ceremonia propiamente dicha. Fue en ese 'entreacto' donde, una vez más, hubo una dosis de 'performance'.
Para este día tan especial para los norteafricanos, el Consejo siempre se guarda muy en secreto un elemento sorpresa. En años anteriores, las tropas optaron por mostrar un espectáculo de danza sobre una piscina o piruetas en el aire. Pero esta vez las acrobacias salieron del remojo y bajaron al suelo sobre ruedas. Y es que unos patinadores fueron los encargados de amenizar con sus peripecias y atrevimiento al respetable antes de que le vieran el vestido a la novia.
Terminada la representación, las tropas pudieron gozar en el campamento de la enorme tarta de bodas que se despliega sobre la calle cartaginesa para endulzar el inicio de noche a los guerreros más juerguistas y hacer también las delicias a los más pequeños. Hasta 2.000 raciones estaban preparadas para repartirse entre los cerca de 1.500 comensales que tienen el gusto de participar del banquete más púnico.
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