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Vecinos de El Palmar celebran la victoria de Carlos Alcaraz en Roland Garros.

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Vecinos de El Palmar celebran la victoria de Carlos Alcaraz en Roland Garros. Kiko Asunción / AGM

La remontada de Alcaraz en París empezó en El Palmar

Sus vecinos confiaban en que su abanderado le daría la vuelta a la situación adversa y traería la copa a Murcia

Jesús Fernández

Domingo, 8 de junio 2025, 23:26

Carlos Alcaraz vuelve a poner a El Palmar en el epicentro del mundo. Y sus paisanos no le fallaron. Congregados en el Espacio Joven Los Colorines de la pedanía murciana apoyaron a su vecino a revalidar la Copa de los Mosqueteros a través de una pantalla gigante. La épica se apoderó del murciano que se alzó con su segundo Roland Garros ante Jannik Sinner levantando dos sets y tres bolas de partido en contra. Con este triunfo Carlos se convierte en el segundo tenista de la historia que gana las cinco primeras finales de Grand Slam que juega, tras Roger Federer.

Carlos Alcaraz volvía a una final de Grand Slam tras Wimbledon 2024. En estos últimos meses, el tenista murciano ha recibido críticas a raíz de publicar su documental y no estar acertado en los primeros campeonatos del año. Algo que a sus vecinos no les gusta ya que solo tienen palabras de agradecimiento para su abanderado. «Es lo más grande que tenemos, gracias a él sabe el mundo entero que el Palmar existe», dijo de manera orgullosa José López y sentencia que «meterse con Carlitos es meterse con la gente de El Palmar». Carlos no ha entrado al trapo y ha seguido trabajando para completar una gira de tierra espectacular y mostrarle al universo tenístico que nunca había dejado de ser el mejor.

En Miami tocó fondo al caer en primera ronda ante Goffin y algunos escépticos pensaban que no iba a volver a ser el mejor. En menos de un mes, Carlitos estaba levantando al cielo de Montecarlo el trofeo de su Masters 1000 y llegó a la final del Godó en el que solo una lesión evitó que consiguiera su tercera corona ante el danés Holger Rune. Ese percance le hizo perderse la cita en Madrid, pero llegó a Roma para coronarse como el nuevo emperador del Foro Itálico, nada más y nada menos que contra Sinner. Hoy, un mes después y en Roland Garros, le ha vuelto a demostrar al tenista nacido en San Cándido quién manda y de qué manera.

El calor hacía estragos en el momento en el que Alcaraz saltaba a la Philippe Chatrier para disputar la final contra Sinner. Previsores, los organizadores de la pantalla gigante, han instalado dos, una exterior y una interior. La mayoría optaron por la segunda opción donde el calor no podía penetrar y se le combatía a base de aire acondicionado. Ataviados con sombreros a juego, que repartían de manera gratuita, los vecinos aplaudían y vitoreaban la salida a pista del murciano. En El Palmar tenían claro que el trofeo viajaría a tierras murcianas. José López avisó de que «va a ganar Carlitos, que no te quepa la menor duda», eso sí, asumía de manera coherente que tenía un «50%» de ganar el partido. Otro vecino, Carlos Martínez, creía que «iba a ser duro pero se lo va a cargar en tres sets», un pronóstico que pronto se vería chafado con la victoria del italiano en la primera manga.

Tampoco quiso perderse la final José Guillén, concejal de Desarrollo Urbano y Ciudad Inteligente del Ayuntamiento de Murcia, que estuvo en la primera fila acompañado de Verónica Sánchez, presidenta de la Junta Municipal de El Palmar. «Esperemos que Carlos nos dé una gran alegría y se ponga más cerca del número 1, que es el lugar que le corresponde», confesó Guillén antes del inicio del partido. Además, el concejal alababa a Alcaraz diciendo que es «un ejemplo de talento y humildad y que es el mejor representante de nuestras tierras murcianas» y que es «un orgullo para Murcia, para El Palmar y para todos los murcianos».

El ambiente en el Espacio Joven fue de menos a más. Al horario incómodo de la final había que sumarle la coincidencia con el puente del Día de la Región y muchos murcianos aprovecharon para hacer alguna escapada de fin de semana. Pero los que estuvieron festejaron cada punto de Carlos con un aplauso, al igual que los errores de Sinner. Los fallos de Alcaraz se cerraban con algún gesto de lamento.

Tras acabar el primer set por debajo, al final del segundo el público se vino arriba y animaba a su chico a recuperar el 'break'. El Palmar creía en la remontada y, en el peor momento del murciano, le mandaban su aliento para que mirase hacia delante, recuperara su chispa natural y demostrara de qué pasta estaba hecho. Esas vibras las sintió Carlitos, que en su última oportunidad de recuperar el servicio, no perdonó. El Palmar estalló de alegría con el 5-4 y se podía escuchar un «vamos a remontar». Cuando parecía que la balanza se decantaba del lado de Alcaraz, Sinner tenía preparado otro revés más y le dio la puntilla en el 'tie-break'. Los vecinos de El Palmar lejos de venirse abajo, se levantaron de sus asientos y entonaron un repetitivo 'si se puede', unos ánimos que, al parecer, llegaron hasta París.

La tercera manga se la apuntó Alcaraz para el jolgorio y la alegría de sus paisanos, que reafirmaba sus aspiraciones de remontada y se venían arriba imitando el gesto del dedo en la oreja. El mayor estallido llegó cuando salvó las tres bolas de partido, en ese instante sí que los ánimos eran de derrota. Hasta la mejor afición flaquea en algún momento. Carlos hizo magia para salvar el partido e igualar la contienda en el 'tie break'.El quinto set lo vivieron con la certeza de que su vecino iba a traer la copa a casa. Y así fue.

Cada bola imposible, cada destello, cada esfuerzo se celebraba en El Palmar con la sensación de victoria. Ni el turno de saque desperdiciado con 5-4 a favor hizo que los palmareños bajaran los brazos. En la pantalla veían a su líder como lo estaba dejando todo, que había levantado lo imposible y no iban a dejar que se viniera abajo.

La explosión final se tuvo que escuchar en París. Se abrazaban, saltaban y coreaban al unísono el nombre de Carlos. Lo había conseguido. Alcaraz ya tiene su quinto grande en sus vitrinas tras una exhibición que seguramente ni El Palmar ni el mundo entero olviden.

Pilar Lasheras reconocía con los ojos vidriosos que se «lo merecían los dos» pero su cara no puede ocultar la emoción que siente por el chico de El Palmar que «brilla con luz propia». Paco López, al que le atribuye el éxito «a la comida huerta», celebra que «a los palmareños nos da mucha alegría tener un zagal así como él».

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