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Germán Abril
Viernes, 9 de mayo 2025, 14:44
Carlos Alcaraz saltó este viernes a la pista del Campo Centrale del Foro Itálico de Roma pocas horas después de que el mundo conociera ... la identidad del nuevo Papa. En la plaza San Pedro del Vaticano, a unos metros de donde se celebra el Masters 1000 italiano, Robert Prevost asomó este jueves en el balcón para mostrarse ya como León XIV. Este hecho histórico rellenó horas de televisión y radio a lo largo de la jornada, también dio para algunos rumores sin confirmar. Uno de ellos apuntaba que el flamante Papa, gran aficionado al tenis, había reconocido supuestamente que su tenista favorito era Carlos Alcaraz. Una declaración sin confirmar, pero que no sorprendería a nadie en caso de ser cierta. Más si, en jornadas como la de este viernes, el tenista de El Palmar exhibe una versión tan brillante y eléctrica.
En su regreso a las pistas tras bajarse de Madrid, Alcaraz no dio opción alguna al veterano Dusan Lajovic (6-3 y 6-3). El serbio, incapaz de mantener el ritmo de peloteo desde el fondo, fue un muñeco en manos del tenista palmareño. Intratable con la derecha, el número tres del mundo fundió a su rival a base de pelotazos. Era su tercer partido en Roma, cifra llamativa si analizamos los registros de Alcaraz en tierra batida, triunfador en París, Madrid, Montecarlo y Barcelona. Le falta poner una pica más, la del Foro Itálico, para completar la colección de torneos más importantes sobre arcilla. El murciano es el gran dominador en esta superficie actualmente y ahí están sus números para corroborarlo.
Acatarrado y con una media protectora en su muslo derecho, pero encendido con la derecha. Así saltó Alcaraz a la pista en su regreso a Roma dos años después. Prendido, con ganas de arrasar a Lajovic desde el inicio. Rozando la perfección con la derecha y con un 4-0 en el bolsillo. Todo salía a pedir de boca para el de El Palmar. Solamente un pequeño despiste le privó de un marcador más abultado, porque el serbio recortó distancias para intentar darle algo de épica a una manga que cerró sin apuros Alcaraz.
Con pie y medio en la tercera ronda de Roma, Alcaraz no paró de quemar la pelota con una derecha portentosa. Sin contemplaciones. El juego de Lajovic iba perdiendo gas a medida que avanzaba avanzaba el set, únicamente sostenido en el partido por los despistes de Alcaraz, fruto de la confianza propia al sentir que el partido estaba en su mano. El revés a una mano de Lajovic no se mostró en ningún momento como una amenaza. Imposible acelerar el juego con ese golpe.
La única amenaza para Alcaraz en el segundo acto estaba en el cielo. Las nubes avisaban de una posible descarga en forma de lluvia, así que el murciano se dio prisa por cerrar el partido sin sobresaltos para elevar al 5-0 su cara a cara con Lajovic, que reconoció el partidazo de Alcaraz en el saludo en la red: «Bravo, suerte».
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