Carlos Alcaraz, este viernes, celebra un punto frente a Djokovic. AFP
Tenis

Carlos Alcaraz, sin piedad de Djokovic, ya está en la final del US Open

El tenista de El Palmar, casi indestructible, destroza al serbio en solo tres sets (6-4, 7-6 y 6-2) y logra alcanzar su octava final consecutiva

Germán Abril

Nueva York

Viernes, 5 de septiembre 2025

Hay días en los que es mejor no elevar demasiado las expectativas. Había mucha ilusión dentro de las instalaciones de Flushing Meadows alrededor de la ... semifinal entre Novak Djokovic y Carlos Alcaraz. Pero esta tuvo poca historia. Sigue como un coloso el murciano, arrollando a sus rivales uno tras otro en este US Open. Infernal su ritmo de peloteo desde el fondo de pista. Inalcanzable para pocos tenistas actualmente. Además, su madurez mental está alcanzando cotas inimaginables hace apenas unos meses. Llega a la batalla por el título en Nueva York sin haber cedido un solo set. Y sin apenas rasguños. Tampoco los recibió de este Djokovic crepuscular que se despidió dibujando un corazón con sus manos. Esos que ahora mismo tiene cautivados Alcaraz en Nueva York.

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De nuevo la vieja y la nueva escuela frente a frente. Djokovic, líder del Big 3 en títulos de Grand Slam, contra Alcaraz, tenista en activo con más éxitos en grandes torneos justo por detrás del serbio a pesar de sus 22 años. Dos maneras de entender este deporte. La sonrisa perenne del murciano, con un juego eléctrico que enamora al fogoso público norteamericano, contra la sobriedad de Nole, que ha vivido episodios de alta tensión con algún aficionado de la Arthur Ashe durante estas semanas. Si diferentes son sus maneras de interpretar el juego, también lo son sus estrategias para preparar sus partidos. A tres horas del comienzo de la semifinal, Alcaraz descansaba junto a los suyos. Por su parte, Djokovic apuró a poco más de una hora para el inicio del duelo para terminar su calentamiento.

Buscaba el serbio el fuego que le permitiera entrar con las máximas revoluciones a la apertura del choque. Consciente de que, en caso de afrontar un partido largo, sus opciones serían mínimas ante la vigorosidad física del murciano. Las temperaturas, cercanas a los 30 grados en Flushing Meadows, dibujaban una dura carrera de resistencia. A diferencia del último enfrentamiento entre las dos bestias, este transcurrió en la sesión de día. «Si aquí jugamos de día, creemos que las condiciones nos irán mejor», admitió Juan Carlos Ferrero, técnico de Alcaraz en las horas previas a la semifinal.

No le interesaba un partido largo a Djokovic, pero quien marcó el ritmo desde el inicio fue un Alcaraz desbordante con la derecha. Ni los malos porcentajes con el primer servicio frenaron la marcha del palmareño, capaz de dejar clavado una y otra vez al serbio en los intercambios desde el fondo de pista. Lo intentaba Novak, pero sus piernas no eran capaces de seguir la velocidad de la pelota cuando salía despedida del cordaje del número dos del mundo.

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El martillo de Alcaraz

Se fue calentando con el servicio Alcaraz a medida que avanzaba la manga, cerrando la puerta a cualquier opción de reacción de Djokovic. El público, en su mayoría favorable al de Belgrado, caldeó el ambiente de la Arthur Ashe en busca de un despiste de Alcaraz. Este no llegó y el de El Palmar se metió la primera manga en el bolsillo. Sin mostrar un tenis excelso, el primer punto caía de su lado. Empujado por el impulso de la grada, Djokovic consiguió una rotura. Aprovechó el 24 veces campeón de Grand Slam un turno de saque errático de Alcaraz para obtener la ventaja. Cada vez más confiado en su mecánica, poco le importa a Alcaraz que los primeros servicios no entren. Sorprende con un saque cada vez más variado, rico en direcciones sin priorizar la velocidad. Es una versión casi indestructible de Alcaraz. Desde el pasado mes solo ha perdido dos partidos, alcanzando final tras final en cada torneo que disputa. Ocho consecutivas en total.

De poco le sirvió el break al serbio, que se vio apurado para alcanzar la muerte súbita en el segundo set. Ahí no hubo color. Volvió a aparecer el martillo de Alcaraz para destrozar el chasis de este Djokovic veterano. Solicitó el serbio la asistencia médica nada más concluir el segundo episodio, aquejado de un dolor en el hombro. Después llegó una travesía por el desierto para Nole. Con prisas Alcaraz, que ya rozaba la final de un nuevo grande. La tercera consecutiva en este 2025 de ensueño. Bombazo a bombazo, el tenista murciano evaporó cualquier lugar a la esperanza de un cabizbajo Djokovic. Golpe de realidad para el serbio, al que hay que aplaudir tras haber alcanzado las semifinales en los cuatro grandes este año.

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De nuevo desempolvó el palo de golf, por sexta vez en Nueva York, Carlos Alcaraz para celebrar por todo lo alto que mañana domingo volverá a pelear por el título en Flushing Meadows. Allí donde hace tres años se lanzó al suelo para celebrar que era número del mundo. Otro premio que podría tocar si gana en este US Open.

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