Claustro del Monasterio de los Jerónimos, en Murcia. Ros Caval/ AGM
Historias de los pioneros

La línea que une a Colón con la UCAM en la historia del pimiento y el pimentón

El monasterio de los Jerónimos , entre las pedanías murcianas de Guadalupe y La Ñora, está directamente ligado al desarrollo de un producto de éxito mundial con el que llegó a identificarse Murcia

Martes, 27 de mayo 2025, 00:58

El maná en forma de agua que lleva alimentando la agricultura regional gracias al Trasvase Tajo-Segura desde hace más de 45 años también está detrás del éxito de la producción de pimiento por estas tierras. El cultivo ha multiplicado por diez sus cosechas desde hace cinco décadas (a mediados de los años 1970), impulsado por esta infraestructura, hasta rondar actualmente las 200.000 toneladas al año. Esta es la segunda parte de un triunfo que tuvo su origen no hace cinco décadas, sino cinco siglos, y con un preámbulo obligado de más de cincuenta centurias atrás.

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En torno a unos 4.000 años antes de Cristo ya se cultivaba el pimiento en tierras del actual México, aunque existen restos más antiguos en cuevas de Perú. Como es bien sabido, hubo que esperar a que Cristóbal Colón alcanzase tierras americanas para que Europa pudiese disfrutar de esta verdura, que al mismo tiempo es una fruta según la clasificación botánica.

El pimiento fue uno de los productos que Colón trajo de su segundo viaje, en 1493, y un convento murciano tuvo un papel notable en la elaboración y proliferación de pimentón tiempo después. Este producto, obtenido a partir del secado y molido de los pimientos rojos, se convirtió en un condimento básico de la cocina española, y de otras, como la húngara, donde se denomina paprika. Se conoce que el descubridor ofreció el nuevo producto a los Reyes Católicos en el Monasterio de Guadalupe, en Cáceres, regentado por monjes Jerónimos, por lo que se cree que son estos los que extendieron el nuevo cultivo, a través de dos monasterios de su orden, a sendos puntos clave de la producción posterior de pimiento y pimentón: la comarca de la Vera, en Extremadura, y la Huerta de Murcia. En el primer caso, la expansión tuvo lugar a partir del monasterio de Yuste, y en el caso de Murcia por el papel del Monasterio de La Ñora, que posteriormente derivó al actual monasterio de los Jerónimos. Se trata del edificio del siglo XVIII que ahora acoge la sede de la Universidad Católica (UCAM), entre las pedanías de Guadalupe y La Ñora. De ahí deriva la denominación Ñora para estos pimientos, que a su vez es una palabra originada por la noria empleada desde la época de dominación musulmana para elevar el agua del río Segura a las tierras de la Huerta Murciana.

Hubo que esperar a finales del siglo XVI para que Europa conociese esta verdura, que al mismo tiempo es una fruta según la clasificación botánica

Con el pasar de los siglos, el éxito alcanzado por la producción de pimentón fue tal por estas tierras que el uso del término pimentonero se extendió para calificar a los murcianos, más allá incluso del fútbol, donde se sigue empleando. Murcia llegó a controlar el 90% de la producción mundial de pimentón entre la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.

Para este logro fue clave la obtención inicial de una variedad redondeada y dulce de la verdura original de América, que era más alargada y picante.

Ahora, el famoso polvo rojo ya no goza en el sector agroalimentario regional de la extraordinaria fuerza que alcanzó en todo el planeta, en gran medida por la irrupción de competidores de China y Perú, principalmente, a finales del siglo XX. Ahora la India también es uno de sus principales exportadores mundiales. Singularmente, a medida que este subsector fue decayendo en la Región de Mucia, el de la producción de pimiento para venderlo como tal no ha dejado de crecer, hasta ocupar en la actualidad un lugar privilegiado entre los productos más exitosos del campo regional.

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