Raimundo de los Reyes, la casa de los poetas del 27
El poeta murciano y periodista de LA VERDAD apareció en el primer y último número del 'Suplemento Literario'. Hoy rescatamos con las ilustraciones de Carmen Cantabella seis poemas en los que refleja su agradecimiento por los regalos de la naturaleza
Al poco del lanzamiento de esta serie de homenajes a los poetas que dejaron su estela en las páginas del 'Suplemento Literario' (1923-1926) de LA VERDAD, reflejo del ambiente intelectual local y nacional del momento, recibí una carta con remite de Madrid. Reyes, a secas, firmaba la misiva. «Estoy sobrecogido, como no podía ser de otra manera, por 'Un siglo de una hazaña irrepetible' [artículo de presentación del centenario], que exhibo en el despacho de mi casa como algo de difícil reconocimiento [...] en este controvertido menester de ejercer periodismo. Ahí va mi gratitud emocionada y la de todos los míos. ¿Te he dado las gracias por tu generosidad? Pues ahí van otras gracias y otro reconocimiento mientras viva. Ya me queda poco, porque cumplo 88 años. Tu generosidad [...] me lleva a terminar la aventura de la vida de forma resplandeciente y sobrecogido». El autor de estas letras cancillerescas («lo que sale de golpe», me dirá) es Raimundo de los Reyes, también periodista de agencia de noticias y fundador de 'Panorama Panadero' y 'La Boutique del Fumador' (primera revista para profesionales de tabaco de habla hispana), pero, sobre todo, y lo más importante tal vez para su vida, hijo de un elevadísimo poeta murciano: Raimundo de los Reyes-García y Martínez (Murcia, 1896-Madrid, 1964). Sentí la necesidad de hablar con Raimundo hijo para agradecerle sus palabras, y dejé pasar unos días hasta armarme de valentía para, al menos, corresponderle.
Raimundo de los Reyes ya trabajaba en LA VERDAD cuando José Ballester, Francisco Martínez García y Juan Guerrero Ruiz pongan en circulación primero la 'Página Literaria' (1923), inmediatamente después conocida como 'Suplemento Literario'. De los Reyes llevaba en la sangre la vocación, pues ya Pedro Jara Carrillo (1876-1927), en 'El Liberal', había dado a imprenta su primera poesía, según recuerda Manuel Llanos de los Reyes, autor de 'Raimundo de los Reyes. Poeta y periodista', en un estupendo artículo en 'Tonos' (Revista Electrónica de Estudios Filológicos), titulado 'Raimundo de los Reyes: itinerario vital y poético de un escritor murciano del siglo XX'. En el 'Suplemento Literario' de LA VERDAD, del que se imprimen 59 números, solo aparecerá en cuatro (1, 4, 5 y 59), vislumbrando su yo lyrĭcus en seis poemas que luego reunirá en 'Campo' (1927, importante fecha para la lírica española con la creación de la Generación del 27).
Este primer poemario luce ilustración de portada de Gil de Vicario, que colabora en la 'Página Literaria'. A partir de 'Campo' vendrían otros ocho libros, en los que exhibirá su dominio pleno de la composición lírica y su reverencia al paisaje, con todo el torrente de emociones que este es capaz de provocar en una vida humana. 'Abecedario' (1929), 'Tránsito' (1934) y 'Árbol' (1942) son tres ejemplos. Pero también dará alas a la poesía religiosa ['Nueve sonetos al Cristo del Rescate' (1949) y 'Cancionero de la Preciosísima Sangre' (1951)]; a la poesía festiva y satírica ['Ripios del día de Luis Romera' (1958)], y a una poesía de madurez, como la llama Llanos de los Reyes, reunida como 'Un ángel me acompaña' y 'Los caminos del silencio' (1966) y editada por la Real Academia Alfonso X El Sabio de Murcia.
Los poemas seleccionados en este número especial de Ababol, ilustrados por la artista murciana Carmen Cantabella, cuya obra pictórica está atravesada de un alborotador lirismo, son 'La espera' («habrás de llegar tarde / cuando definitivamente, / la noche cubra / con su manto mi vida»); 'Vuelo' («yo siento en el corazón las raíces / -¡Oh, esta acacia / de mi vida, tan jugosa / y tan triste...!»); 'Madrigales de la tarde' («está la estrella en el agua / pero no es el agua suya / Está la rosa en el viento / mas no es suyo el viento...») y 'Renuevo' («yo voy en ti todo, / como la simiente / vertida en el surco: / propicio y ardiente»). Contemplativo, elucubrador, suplicante...
Por la casa de Raimundo de los Reyes en la calle Merced de Murcia pasarían muchos de los poetas que publicaron en el 'Suplemento Literario', y que luego conoceremos como de la Generación o Grupo del 27. «Toda esa gente que estáis rescatando en esta serie en LA VERDAD», cuenta al teléfono, desde Madrid, «era gente querida en mi casa, y reconocida. Murcianos muy buenos, sin duda ninguna». Hacer un periódico hoy, dice Raimundo de los Reyes hijo, ya mirando a los 90, «es un quehacer nostálgico y de llanto, vaya».
«Mi padre, cuando José Ballester llega a LA VERDAD en 1923, ya estaba trabajando allí. Casi le nombran director, pero por esas cosas que pasan, llegó Ballester y se hicieron muy amigos. La verdad es que no hubo rencor, ni mucho menos, al contrario. Mi padre, cuando se fue de allí -en 1935- no había muerto Francisco Martínez (alcalde de Murcia entre 1926 y 1928 y director del diario, asesinado en agosto de 1936 en su casa de Tribaldos, Cuenca). Yo de mi padre y de Ballester no tengo más referencia que de ellos dos juntos. Mi padre se irá a Madrid, le llama un obispo, y allí, poeta que era, no se estuvo quieto. Escribió en el diario 'Ya' sus 'Ripios del día', con el seudónimo de Luis Romera, y 'El Oso y el Madroño', con el de Hilarión».
Dice Raimundo hijo que «yo salí a mi padre, físicamente, porque éramos dos 'carcamones', y también en el oficio de periodista, pues hice para LA VERDAD una sección dominical, 'Murcianos en Madrid', y hubo un elenco importante de gente que estuvo trabajando aquí, que marcaron toda una época». Su padre, de hecho, creó la Casa de Murcia en Madrid y cariñosamente fue reconocido como Cónsul de Murcia en Madrid, aglutinando y fomentando alianzas desde la capital. «Él nunca rompió con Murcia, la tenía como un clarín de gloria». «Esas cosas de su tierra y de su región eran para él como una superprofesión», sostenía Castillo-Puche.
Las inquietudes periodísticas de Raimundo de los Reyes dieron lugar a grandes aventuras editoriales. Primero como fundador en 1917 de 'Murcia Gráfica', revista de la que solo aparecen dos números, dando cabida ya a poetas del momento, y luego con la 'Página Literaria' y el 'Suplemento Literario' de LA VERDAD entre 1923 y 1926, donde publican desde Federico García Lorca y Gabriela Mistral a Rafael Alberti, José Bergamín o el propio Juan Ramón Jiménez. En 'Verso y Prosa', sucedáneo de las anteriores, también desde Murcia, ideada por Juan Guerrero Ruiz y aunque ya con la dirección de Jorge Guillén, no aparece la firma de Raimundo de los Reyes, pese a su notable condición. Será en 1930 cuando Raimundo de los Reyes y José Ballester fundan 'Sudeste', revista de la que aparecen cuatro números, aunque como editorial publica los primeros libros de Antonio Oliver, Miguel Hernández y Carmen Conde.
Dice el catedrático emérito de Literatura Española de la Universidad de Murcia Francisco Javier Díez de Revenga, que reunió su obra poética en 2004 en una edición de la UMU y la RAAX, que «Raimundo de los Reyes es una de las personalidades literarias más interesantes de entre las que surgieron en la Murcia de las primeras décadas del siglo XX. Próximo a los órganos periodísticos que confirmaron el esplendor literario entre aquellos años gozosos, participó activamente en esta etapa renovadora de la literatura española». En estos poemas aparecidos en el 'Suplemento Literario' es palpable esa admiración por la naturaleza, conformadora del universo que todos habitamos, una poesía embriagada por los encantos propios de la vida sencilla. Debió ser Raimundo de los Reyes un hombre agradecido, observador, apreciador de la belleza, bienintencionado en sus oficios, alguien impresionable, ahigadado hasta el fin.
*** Perlas del Suplemento Literario de LA VERDAD. Próxima entrega (sábado 3 de junio). Poesías con nombre de mujer.
Propició el encuentro de Miguel Hernández y García Lorca en Murcia
En la casa de Raimundo de los Reyes, en la calle Merced de Murcia, coinciden Federico García Lorca y Miguel Hernández el 3 de enero de 1933. La compañía La Barraca representa esa tarde en el Teatro Romea el auto sacramental 'La vida es sueño'. Días antes, Federico está en el Principal de Alicante. «Mi padre los recibió -cuenta Raimundo de los Reyes hijo a LA VERDAD- tomando unas copas y merendando fuerte porque estaban hambrientos. Y no es que fueran necesitados de comer, pero fueron allí a comer, y a satisfacerse en eso. Mi padre siempre tuvo a gloria tener ese momento con ellos. Siempre. Cuando había algún periodista por casa, que había muchos, resucitaban con las referencias a murcianos ilustres, y de la cultura murciana, claro». Hernández vino a Murcia con Ramón Sijé. El encuentro con Lorca generará mucha literatura posterior, con cruces de cartas. Ninguno de los dos sabía que solo unos años después morirían por la guerra. Raimundo de los Reyes hará la reseña para LA VERDAD. Lorca leyó unas cuartillas previas «con la manera deliciosamente amena y genial que le es peculiar»; fue «muy aplaudido».
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