Osadía y mucho oficio

Novelas de aventuras hemos leído muchas, mejores o peores, pero centradas en el mundo islámico con el nivel de detalle y el estudio respetuoso que estos autores han mostrado, ya no tantas. Frente a los trillados temas de templarios y reliquias cristianas, aquí nos encontramos a dos personajes, Nur y Mahmed, que ahondarán en los secretos del mundo árabe, enfrentándose a una turbia conspiración, y lo harán de la mano de su audacia y de los conocimientos transmitidos por una figura legendaria como Ibn Arabí. Ese enfoque, esa línea argumental, exige una documentación respetuosa que se ha cumplido escrupulosamente, y que es algo digno de agradecer.

Pero una trama de aventura no sólo vive del estudio, vive también de la tensión, del vértigo, de la emoción y del suspense, de la velocidad narrativa y la capacidad de ir dando un paso más en cada situación, y todo ello lo tenemos en estas páginas, magníficamente repartido en unos capítulos que no dan tregua al lector ya desde el mismísimo comienzo. Aquí es donde se aprecia ese oficio literario de Ana y David del que hablábamos al principio, el que les permite entregarse a sus personajes llevándolos siempre al límite.

Si a todo ello le sumamos los escenarios, variados y a ratos exóticos, las investigaciones, amenazas, alguna muerte que otra, las dosis de crítica social e incluso ideológica que se aprecian en el panorama internacional de Oriente Medio, las reflexiones filosóficas y hasta religiosas, y la personalidad de esos dos personajes, que son presentados con muchísima potencia, tendremos ante nosotros una lectura que nos agarra y nos fija en el sillón desde que arrancamos con ella, regalándonos así un disfrute de muchos quilates. Una novela que respeta los cánones de un género que marcó las vidas de millones y millones de lectores.