Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959). Tania Sieira
El libro de la semana de Ababol

'Hombre caído': descifrar la doble moral de la naturaleza humana

Los nuevos relatos de Fernando Aramburu muestran hechos cotidianos contados con la transparencia y fluidez de un escritor de largo trayecto, que dejan un pellizco en el lector sobre la condición humana, a menudo refugiada en la teoría de los valores, la moral y la actitud ética

Antonio Ortega

Crítico literario

Sábado, 14 de junio 2025, 08:39

Me inicié en la lectura de la narrativa de Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959) en 2006 con su libro de relatos titulado 'Los peces de ... la amargura', un libro que compré gracias al sugerente título y que no olvidé nunca por su temática: se trata de cuentos que se adentran en el entorno familiar, social, cultural de la cruel historia de ETA en el País Vasco, en especial, de lo que ahora denominamos daños colaterales. O sea, el sufrimiento añadido en torno a las víctimas. Inolvidable y muy duro el relato del padre de la chica que pierde una pierna en un atentado y para entretenerse alimenta a sus peces. Este es un libro que abría una brecha en la observación y causalidades de tal derramamiento de sangre.

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A partir de ahí, seguí su trayectoria literaria con 'Años lentos' (2012) o 'La gran Marivián' (2013) hasta que en 2016 obtuvo un enorme éxito con su novela 'Patria', que geenró una importante atención en medios culturales y políticos de diversa orientación ideológica. Esta novela, que plantea la relación vecinal de las dos protagonistas, dos mujeres, Bittori y Miren, una de cada bando -es una forma injusta de definirlas, claro está- que padecen la desgracia de la violencia en un pequeño pueblo vasco, le debe a aquellos relatos algunos de sus personajes principales. Recordemos a Toñi, mujer de guardia civil asesinado y amenazada en su pueblo o a Maritxu, madre de un hijo que está en la cárcel por pertenecer a la organización terrorista. Consagrado como escritor premiado y muy leído en España, aunque fijó su residencia desde joven en Alemania, publicó 'Los vencejos' en 2021, una peculiar historia de un desengañado profesor de instituto que decide tomar una decisión drástica en su vida, y en 2024 'El niño', que relata la tragedia sucedida en la escuela pública de Ortuella.

En 2025 nos ha entregado 'Hombre caído', el libro que nos ocupa hoy, un conjunto de catorce relatos, en los que disecciona con precisión quirúrgica, escenas y escenarios de la vida cotidiana en los que los protagonistas deben hacer frente a la lucha soterrada consigo mismos por ocultar lo que verdaderamente piensan de cada circunstancia que les rodea. «Me fascina el ser humano, es una afición que tengo desde pequeño. Me encanta observar a mis semejantes, atribuirles historias, fijarme en su vestimenta o en su voz», confiesa el propio autor. O sea, la eterna lucha entre el qué dirán o lo que me conviene frente a lo que me gustaría hacer en cada momento. Y por ahí asoman los pecados capitales del hombre, esto es, la avaricia, el desprecio, el odio, el fracaso, el sufrimiento, la soledad, la envidia y la dificultad inmensa de las relaciones sentimentales y de convivencia.

Con un tono hiperrealista, de lenguaje sencillo, cotidiano, va desgranando en las breves páginas de cada relato, la incoherencia entre lo que pensamos y lo que hacemos. Así vamos construyendo una sociedad en la que los cimientos éticos chirrían por todas partes, de forma particular, en las familias y en las parejas. Con emoción y mucho humor, los protagonistas van dando rienda suelta a sus afanes, y resuelven sus cuitas de manera sorprendente, apoyados claro está por la lúcida inteligencia del autor, que esponden a aquella máxima de Octavio Paz para sacar a la luz lo oculto en los pliegues del tiempo: un arquero, la flecha y el blanco.

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Leemos en 'Foto de ardillas' la oscura y callada tarea de Ana al cuidado de sus padres ancianos y la afición que le permite superarla, el miedo de un padre enfadado con su hija que por un segundo debe dilucidar a quién salva de un atropello en 'Dilema', la preocupación de la profesora universitaria por su aspecto físico mientras su marido ha de quedarse al cargo de su suegro en 'Culo subido'. En 'Última noche de pobres' la pareja de sirvientes Bea y Lorenzo busca la fortuna escondida del astuto anciano, el anuncio del suicidio de Richi Pardal hecho por él mismo en el relato del mismo título «El suicidio de Richi Pardal», la dura batalla de las apariencias ante la enfermedad innombrable, el cáncer, entre los vecinos en el relato 'Klaus', intenso y atosignate hasta el final, la insólita petición de Marta, una actriz premiada por primera vez, a su marido para celebrar el éxito en 'Fatalidad', el niño Valentín y la metamorfosis de sus manos en 'Mal de manos', la penosa tarea de llevar a la abuela a la residencia de ancianos en 'El sillón de la señora Michelski', el azar enfrenta en 'Cosas de niños' a dos antiguos rivales de la escuela que no han olvidado sus diferencias y «hombre caído», el último relato, plantea el curioso debate entre Herminio y su hermana para ayudar a levantarse a un hombre caído en la acera.

Hechos cotidianos contados con la transparencia y fluidez de un escritor de largo trayecto, que dejan un pellizco en el lector sobre la condición humana, a menudo refugiada en la teoría de los valores, la moral y la actitud ética, pero en el momento de la verdad, carentes de todo aquello que pregonan. «Somos muy disimuladores, estamos muy apegados a la ficción, tenemos más de una cara y doble moral a veces», dice en una entrevista este escritor, admirador de Julio Cortázar, Gómez Rulfo, Allan Poe y José María Merino. Acercarse a estos relatos breves supone explorar nuevos rincones ocultos de la naturalez humana, observados con humor, ironía y una cierta dosis de comprensión del alma humana, a menudo en la encrucijada del bien y del mal. 'Nihil novum sub sole'.

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