Una familia no convencional
Lia Piano describe en clave de humor la cotidianeidad de seis personas que comparten tanto vida familiar como costumbres llamativas
J. ERNESTO AYALA-DIP
Lunes, 24 de mayo 2021, 21:04
Todos sabemos que la novela es un género donde difícilmente falta una familia. Puede su presencia ser más demorada o fugaz, puede estar en primer ... plano o en segundo. O ser solo una sombra, que sin embargo siempre gravita sobre el argumento. Luego tenemos una especie de género aparte en lo que se suele llamar la 'novela familiar', o novela de saga. Los Buddenbrook, de Thomas Mann, fue casi su iniciadora. Hoy quiero presentar una novela que habla de una única familia, sin ascendientes ni descendientes conocidos. Es una familia que se basta a sí misma para radiografiarse tal como es. Estoy hablando de 'Planimetría de una familia feliz', de la escritora italiana Lia Piano (hija, por cierto, del prestigioso arquitecto Renzo Piano). Lia nació en Génova en 1972.
En la novela (y en la realidad otro tanto más o menos) la familia suele ser bastante convencional. Otra cosa es que sean distintas, algunas muy tóxicas (como se dice ahora a lo que yo llamaría sin complejos peligrosas). En 'Planimetría de una familia feliz' la autora habla de una familia feliz, aunque no convencional. Ser no convencional como esta familia es ser, por ejemplo, muy despistada, tanto que pierden o extravían todo, lo pierden todo menos la paciencia. Viven en un caserón sobre una colina de Génova. Dentro de la casa no suelen ocupar los sitios convencionales, por ejemplo, nunca están en el salón, como las familias convencionales, sino en rincones casi invisibles: pasillos, recovecos, esquinas. Son cinco, padre, madre, dos varones y una niña, a la que se la conoce como la enana y es la que narra esta historia. Tienen una especie de criada, que tampoco es muy convencional que digamos. Hace lo que quiere no lo que se le manda, suponiendo que alguien le mande hacer algo. Se llama María y es calabresa, tiene 13 hijos y un marido que permanece más tiempo entre rejas que en libertad. Al niño que no se comporta como ella cree que debe comportarse, le arrea una colleja y todos en paz. Así es esta familia no convencional. El padre es un tipo que está entregado a la construcción de un barco, sabe mucho de marinería y es muy exigente con el lenguaje que se usa para referirse a la industria naval. Un día se montaron en un barco como para ir familiarizándose. El pequeño de los varones se quejó diciendo que en ese barco había demasiadas cuerdas. El padre, muy irritado, le replica que eso que él llama cuerdas, en realidad son escotas, drizas, matafiones y amantillos.
Me he pasado un rato muy agradable leyendo esta desternillante, pero a la vez muy seria novela.
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