La escritura transparente

Almudena Grandes se adentra en lo más íntimo de una historia desgarradora

Lunes, 18 de mayo 2020, 21:08

Fue el ya octogenario Juan Marsé quien, con esa inteligencia que le caracteriza, se sacó de la manga –nada por aquí, nada por allá– el ... término 'escritura transparente' para referirse a aquellos textos que el lector engulle sin apenas darse cuenta, sin ser consciente del acto que está llevando a cabo, como el que respira, como el que camina y piensa al mismo tiempo. Una escritura transparente que se opone a esa otra 'escritura de sonajero', de cuyos responsables, por pura elegancia, el autor de 'Si te dicen que caí' nunca ha querido dar nombres, aunque sea muy fácil adivinarlo.

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Almudena Grandes es, sin duda, una discípula aventajada de Marsé en muchos aspectos, aunque, en esta ocasión, el referente más inmediato podría ser el mismísimo Galdós por muchas razones. De entrada, 'La madre de Frankenstein' es una nueva entrega de los llamados 'Episodios de una guerra interminable', con títulos que, en ningún caso, han pasado inadvertidos; como 'Inés y la alegría' o 'Los pacientes del doctor García'. Un verdadero reto, al alcance de muy pocos narradores, que Almudena Grandes está solventando no solo con dignidad, sino con solvencia y, por qué no decirlo, con verdadera destreza. En más de medio millar de páginas con las que cuenta esta nueva entrega hay margen para el error. Se podría permitir, incluso, pequeñas lagunas, material de relleno si fuera preciso. Sin embargo, el texto que pone la autora en nuestras manos parece fabricado artesanalmente, con tiralíneas, con un meticulosidad y un esmero difícil de apreciar en los de su oficio.

Y por si todo ello fuera poco, aparte de la técnica empleada, del lenguaje al que recurre –al alcance de cualquier lector, pero con un rigor extraordinario a la hora de su elección– y de una estructura que no es compleja, pero que se compone de un singular andamiaje, mezclando ciertas historias para que el libro nos atrape desde el primer instante, lo que es digno del mayor elogio es la base argumental, conocida por casi todos, pero a la que Almudena Grandes le inyecta un componente confidencial, íntimo y personal con lo que logra conmovernos a todos.

En una 'Nota de la autora' que va al final de la novela, Grandes pone de manifiesto su fascinación por la historia de Aurora Rodríguez Carballeira, con lo que 'La madre de Frankenstein' «es una novela de ficción construida sobre hechos reales». Lo cual, dicho sea de paso, suena, y mucho, a Galdós. Como galdosiano es uno de los principales personajes que pueblan estas páginas, María Castejón, auxiliar de enfermería del Manicomio de Mujeres de Ciempozuelos, a la que doña Aurora le enseña a interpretar el mundo y, sobre todo, a leer. A leer a Galdós, que, según sus propias palabras, no se acaba nunca.

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En definitiva, un volumen completo, con más de quinientas páginas de una intensidad poco común, seguidas de 'Una nota de la autora', que nadie debería pasar por alto, y un índice de personajes que nos sirve de guía en caso de duda. Uno de los libros del año.

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