Cercas y el 'thriller' político
Novela. En esta segunda entrega del ciclo negro iniciado con 'Terra Alta', la alcaldesa de Barcelona es extorsionada
IÑAKI EZKERRA
Lunes, 19 de abril 2021, 20:45
Publicada en 2019 y ganadora del Premio Planeta, 'Terra Alta' fue la obra con la que se inició Javier Cercas en el género policíaco y ... en la que encontró una fórmula narrativa que ahora, dos años después, se repite con la publicación de 'Independencia', novela que se presenta como continuación de aquélla y segunda parte de lo que el escritor ha anunciado que será una tetralogía. De este modo, el lector se reencuentra con Melchor Marín, el mosso d'esquadra ilustrado que posee un sombrío pasado de narcotraficante y presidiario, del cual se logró redimir abrazando como modelo ético a Jean Valjean, el héroe de 'Los miserables' de Victor Hugo. Si en 'Terra Alta' logró resolver el caso del asesinato del anciano matrimonio propietario de la empresa Gráficas Adell, ahora (o, mejor dicho, en un futuro cercano que la novela sitúa hacia mediados de la presente década) volvemos a Gandesa, la apacible localidad de la provincia de Tarragona donde se produjeron esos hechos. Allí vive Melchor con su hija Cosette desde aquellos días en que también perdió a Olga, su mujer, víctima de un criminal atropello. Y allí es también donde recibe a Blai, el inspector que se llevó los méritos que no le correspondían en aquella investigación. La visita de ese ascendido colega de la Policía Autonómica tiene el objetivo de pedirle a nuestro hombre que regrese a Barcelona, a la oficina de Secuestros y Extorsiones, para resolver un nuevo caso: la alcaldesa de la ciudad está siendo chantajeada con un vídeo de contenido sexual un tanto comprometido.
El personaje femenino que ostenta la máxima autoridad en el Ayuntamiento barcelonés le sirve a Cercas para trazar el retrato costumbrista de un espécimen amoral, camaleónico y supuestamente representativo de la actual clase política de nuestro país. Virginia Oliver posee un discurso conservador, xenófobo, defensor de la familia tradicional y cristiana que contrasta con el perfil de un pasado de activista progresista en el que abogaba por los derechos de los migrantes, el amor libre y las experiencias homosexuales. Dicho retrato bordea la caricatura, pero funciona técnicamente en la narración. De esa juventud alternativa y desinhibida que tuvo la primera edil proviene el vídeo en que se entrega a prácticas eróticas con su exmarido y otros dos amigos de éste que poseen significativos cargos públicos y que pertenecen a las grandes familias de la burguesía autóctona. Los tres estudiaron en Esade, «la escuela de negocios adonde la élite catalana manda a sus cachorros para que aprendan cómo se hace el dinero.» Quien hace estas confidencias a Marín es un personaje de procedencia humilde que estudió con el aludido trío, pero no corrió su misma suerte, lo que lo convierte en una resentida y eficiente «voz del subsuelo» dentro del texto.
Las conexiones que la trama narrativa establece entre ese caso policial de extorsión y los círculos del poder tanto político como económico sirven a su vez para introducir en la novela de manera oblicua la cuestión independentista, y una interpretación entre maquiavélica e infantil que achaca todas las responsabilidades en el 'procés' a las élites burguesas y oligárquicas de esa región de España. No cabe para éstas ni el beneficio de la duda ni el atenuante del miedo ante la presión nacionalista, sino unos hipotéticos intereses monetarios y un cinismo rampante que el autor pone en boca de un ficticio primer teniente de alcalde de Barcelona y que exculparían de cualquier responsabilidad a los partidos de izquierda. Dicha hipótesis abunda, además, en una visión exclusivamente economicista del fenómeno de los nacionalismos que ignoraría el componente del fanatismo y sus pulsiones autodestructivas.
'Independencia' no es la novela sobre la independencia de Cataluña. Como hacía en 'Terra Alta' con los escenarios de la Batalla del Ebro y el tema de la Guerra Civil, Cercas introduce ahora de forma tangencial un asunto como el secesionismo que, por enjundioso, desbordaría los límites de este libro y que más bien distorsiona su argumento. Bastante tiene este texto con dar cabida a otros hilos colaterales a la historia central como es el reencuentro de Melchor Marín con el caso aún no resuelto del asesinato de su madre prostituta, que regresa como un fantasma a su llegada a Barcelona, o con las prácticas poco legales que el héroe aplica a todo aquél que se atreve a violentar a una mujer; esas palizas espectaculares que propina por su cuenta y riesgo a maltratadores o proxenetas y con una de las cuales se abre la novela a modo de aperitivo.
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