El camino amargo de las mujeres invisibles

En 'Las maravillas', su primera novela publicada, no se aleja de esa problemática, sino que ahonda en ella a través de los personajes femeninos, las tres mujeres protagonistas, María, Alicia y Carmen, que no está pero siempre deambula como un fantasma. Ellas, durante varias décadas, desde los setenta hasta 2018, tratan de decidir sobre sus vidas tristes, oscuras, anónimas, por las calles inhóspitas de Madrid. En sus suburbios peligrosos, en su metro urgente, en sus lavabos infames, ellas sobreviven yendo y viniendo del trabajo en el centro al piso alquilado y destartalado de las afueras.

Cuando un día de 2018 Alicia sube cansada las escaleras del metro de Atocha para ir a su casa, se ve envuelta en una enorme manifestación que encabezan miles de mujeres airadas que gritan consignas de igualdad y visibilidad de la mujer. Se une a ellas hasta que las fuerzas la acompañan y cae extenuada en el duro asfalto. Alguien trata de ayudarla a levantarse, es María, que extrañamente reconoce en ella la barbilla moldeada.

'Las maravillas' es un relato fragmentado, construido a saltos en el tiempo, cambiando el enfoque de una a otra protagonista en capítulos numerados por las fechas y la ciudad, sin aparente orden temporal del discurso, en donde se tejen como en un puzle surrealista las vidas desclasadas de ambas mujeres, incluida la de Carmen, que por no tener no tiene relato propio. Elena Medel ha conseguido ensamblar esos fragmentos de mujer, cosidos con el dolor del desarraigo, la opresión constante y sutil del poder siempre en manos del hombre, la servidumbre de los hijos abandonados, las anquilosadas costumbres familiares o sociales, incluso las falsas ilusiones políticas e ideológicas en una novela de tesis que no es una tesis, sino una colmena de sueños rotos en el Madrid del siglo XXI.