Ciencia

La ciencia del ascenso a Segunda División

Sábado, 7 de junio 2025, 08:19

Hoy sábado, el Real Murcia se enfrenta a uno de los partidos más trascendentales de su historia reciente: la vuelta de la eliminatoria contra el ... Nàstic de Tarragona. En caso de superarla, solo nos quedaría un escalón para regresar a Segunda División. La emoción es máxima y la tensión se respira en cada rincón de la ciudad. Pero este duelo no se juega solo con talento: también se disputa con ciencia porque, aunque no lo parezca, el fútbol es mucho más que correr detrás de un balón.

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La química de materiales está presente en la fabricación de las botas de los futbolistas murcianistas y en las camisetas ultraligeras, resistentes y confortables que lucirán hoy los jugadores granas. La biotecnología vegetal se aplica al cuidado del césped de la Nueva Condomina, la física explica cada falta lanzada por Pedro León, los remates de Flakus, o las estiradas de Gazzaniga. Las leyes de la aerodinámica, el rozamiento y la gravedad están detrás de cada jugada de Toral, Isi o Pedro Benito. El big data y la inteligencia artificial analizan los kilómetros recorridos por David Vicente, las secuencias de pase de Palmberg y anticipan los patrones de ataque liderados por Juan Carlos Real y Loren. La geometría táctica organiza a los jugadores de Fran Fernández como piezas en un tablero: triángulos para crear superioridades, líneas de presión, distancias óptimas entre líneas.

Pero cuando el partido es una final, como el de esta tarde, todo puede verse condicionado por un factor clave: el estrés… y ahí entran en juego nuevas ramas de la ciencia: la fisiología del rendimiento, la neurociencia emocional y la bioquímica del esfuerzo.

El futbolista ante un partido de máxima tensión

En una situación de altísima presión como un partido por el ascenso, el organismo de un jugador reacciona como si se encontrara en una amenaza real. Es el llamado estrés agudo competitivo. ¿Qué significa esto? Al percibir que está ante un reto decisivo, el cerebro activa el sistema nervioso simpático, una parte del sistema autónomo encargada de preparar al cuerpo para la acción. A través de señales eléctricas y químicas, el cerebro envía órdenes a todo el organismo y se liberan hormonas del estrés.

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La adrenalina prepara al cuerpo para la acción rápida. Aumenta la frecuencia cardíaca, dilata los bronquios y mejora la llegada de oxígeno a los músculos. La noradrenalina está relacionada con la alerta, mejora la concentración y acelera los reflejos. Finalmente, el cortisol moviliza energía almacenada y ayuda a mantener el rendimiento en el tiempo. Estas hormonas, a corto plazo, mejoran el rendimiento. Pero si no se gestionan bien, estas mismas moléculas pueden llevar al bloqueo mental, a la rigidez muscular o a la fatiga anticipada. De ahí la importancia de preparar también la mente, y no solo las piernas.

La preparación emocional

En partidos como el de hoy los entrenadores incorporan dinámicas de regulación emocional como: i) Visualización guiada: imaginar situaciones límite (un penalti, una prórroga, el gol en contra) y entrenar la reacción deseada; ii) Respiración diafragmática: controla el sistema parasimpático, contrarresta la excitación y mantiene el foco; iii) Anclajes emocionales: pequeños gestos o frases que conectan al jugador con una sensación de confianza o éxito previo.

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Estas prácticas ayudan a regular la actividad de la amígdala cerebral (zona que gestiona el miedo) y a potenciar la acción del córtex prefrontal, encargado de tomar decisiones bajo presión. También ayudan a no jugar sobreexcitado.

Además, entrenar el grupo desde la confianza tiene un efecto bioquímico: favorece la liberación de oxitocina, una hormona social que aumenta la cooperación, refuerza los lazos del grupo y reduce el miedo.

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El estadio lleno: un impulso, no una amenaza

La Nueva Condomina estará llena. Lejos de ser un obstáculo, esto puede ser una ventaja si se ha trabajado emocionalmente… y el Real Murcia lo ha hecho. Los datos muestran que nuestros jugadores rinden mejor cuanto más público hay en el estadio. Las tres mejores entradas de la temporada en la Nueva Condomina (contra Hércules, Castilla y Ceuta) se saldaron con dos victorias granas y un empate.

¿Influye en ello la ciencia? Sí. Desde la neurociencia sabemos que el apoyo social, bien entrenado, reduce la percepción del riesgo. El cerebro interpreta la situación como más controlable cuando se siente respaldado. Se activan circuitos de serotonina (hormona del bienestar), se regula la tensión arterial y se disminuye la respuesta del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (el sistema que regula el estrés). El resultado: más claridad mental, mejor gestión del error y mayor disfrute competitivo.

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La afición como red emocional

También desde la ciencia podemos entender lo que ocurre en la grada. En términos de sociología del deporte, el fútbol crea identidades colectivas intensas. La Nueva Condomina será hoy un lugar de catarsis, de comunidad, de emociones sincronizadas.

Cuando esta tarde miles de murcianistas saltemos, cantemos y suframos a la vez, se generará un fenómeno llamado coherencia psicofisiológica colectiva. Se ha medido incluso con sensores: el ritmo cardíaco y la actividad cerebral de los aficionados tiende a sincronizarse. Se elevan los niveles de dopamina (motivación), endorfina (euforia) y vasopresina (sentido de pertenencia). Desde el punto de vista neurológico, estar rodeado de otros aficionados granas activa zonas del cerebro ligadas a la empatía y la recompensa. Por eso se dice que la afición es el «jugador número 12»: su impacto no es solo simbólico, sino también neurobiológico. Hay que llenar la Nueva Condomina y comportarnos, más que nunca, «como una sola alma».

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Estimados lectores de LA VERDAD, seamos optimistas. El partido de hoy es el resultado de meses de preparación integral: física, técnica, táctica, emocional y científica. El Real Murcia no se enfrenta al partido solo con ilusión, sino con recursos: herramientas mentales, conocimientos fisiológicos y un plan claro para canalizar la tensión en rendimiento. Se ha entrenado el cuerpo... y también el sistema nervioso. Se ha trabajado la táctica... y también las emociones. Se cuenta con la afición... y no solo como espectadora, sino como motor bioemocional.

Murcia está preparada. La ciencia, esta vez, juega de local. «Hasta el final, vamos Real».

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