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Pesca de dorada con artes tradicionales en las inmediaciones de la isla Perdiguera, en el Mar Menor.
La pesca que cuida del Mediterráneo

La pesca que cuida del Mediterráneo

Columbares, el Ayuntamiento de Cartagena y la Cofradía de Pescadores inician la campaña Pescados con Arte para promover el producto local de temporada y capturado con artes tradicionales

Pepa García

Martes, 13 de diciembre 2016, 21:03

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De la mano de la Cofradía de Pescadores de Cartagena y con el apoyo incondicional de su Ayuntamiento, la asociación Columbares se ha lanzado de nuevo a defender la biodiversidad del Mediterráneo. Para ello, pone en marcha esta semana el proyecto Pescados con Arte, que continúa la labor realizada con PescaSOS hasta mediados de 2015 en la Región de Murcia y en Almería. La finalidad, «dar a conocer a la ciudadanía el valor social, ambiental, cultural y gastronómico de la pesca capturada de forma artesanal en nuestras costas y promocionar su consumo, prestando especial atención a las especies menos conocidas o menos valoradas comercialmente», explica Silvia Guadix, coordinadora técnica de la iniciativa, que cuenta con José Antonio García Charton, biólogo y profesor de la Universidad de Murcia (UMU), como coordinador científico y con el asesoramiento y la participación del patrón mayor de la cofradía, Bartolomé Navarro.

  • Especies del mes.

  • La lecha, un pescado blanco muy sabroso y bastante conocido en la Región, pero ignoto fuera. Le acompañarán como especies de temporada este mes la melva y el bonito, dos pescados azules muy saludables.

  • Primeras acciones teatrales.

  • Mañana y el viernes 16, de 10.30 a 10.45 h. y de 11.15 a 11.30 h., Teatro de La Entrega intervendrá en las pescaderías de fresco del Mercado de Santa Florentina (Cartagena).

  • Taller gastronómico.

  • Con la colaboración de chefs de restaurantes de Cartagena, este mes se organizará el primer taller de cocina para aprender a guisar los pescados recomendados por Pescados con Arte.

Pescados con Arte, que va dirigido sobre todo a despertar al consumidor y concienciarlo del poder que tiene a la hora de promover la conservación de la biodiversidad y la pesca tradicional entre los profesionales del mar, también busca poner en valor la Reserva Marina de interés pesquero de Cabo de Palos-Islas Hormigas, difundiendo sus valores ecológicos y el papel social y ambiental que juega en la regeneración de los recursos pesqueros. Y, al mismo tiempo, destacar la labor principal de los pescadores artesanales y de los vendedores de pescado y restauradores para difundir entre sus clientes cuáles son las especies locales apropiadas para cada temporada y cuáles son aquellas variedades de pescado desconocidas para la mayoría de los ciudadanos, pero con un gran potencial en la gastronomía.

«Ahora mismo hay especies que se venden como morralla o incluso se descartan de las capturas accidentales porque el consumidor no las valora, pero son tan nutritivas y sabrosas como otras que se encuentran sobreexplotadas y/o vienen del otro extremo del mundo. El objetivo no es solo reducir a cero los descartes, sino valorizar aquellos pescados que se desconocen», apunta Carmen Molina, al frente del proyecto desde Columbares.

«Es justo lo que pretendemos desde la Cofradía de Pescadores de Cartagena», reconoce Bartolomé Navarro, que considera que el desconocimiento de muchas de las especies que capturan está en la base del problema. «Nuestra flota pesquera, 30 embarcaciones y la mayoría de artes menores, no tiene descartes. Tampoco los cuatro pesqueros de arrastre. El problema es que el fruto de nuestra faena, de 5 de la mañana a 5 de la tarde, se malvende». Explica, por ejemplo, que ayer capturó bonito, melva y albacoreta, todos ellos pescados azules que entraron en la bonitolera -arte de pesca para capturar pescado azul- y, salvo el bonito, los precios de las otros pescados no alcanzaron buen precio en la subasta porque no tienen demanda. «Si la gente los conociera y los comprara, en vez de a 3,5 euros el kilo se habrían vendido a 5 o 5,5 euros; seguiría siendo económico, pero nosotros tendríamos un poco más de beneficio». Una circunstancia que favorecería la continuidad de esta actividad artesanal en Cartagena.

Para conseguirlo, Pescados con Arte va a editar doce fichas informativas, una por mes, con recomendaciones de pescado de temporada y capturado por la flota local, en las que, además de datos biológicos de la especie y las artes con que se pescan, se darán a conocer sus valores nutricionales y varias recetas para aprender a cocinarlos. Para este primer mes, el pescado elegido es la lecha ('Seriola dumerili'), un pescado blanco que se conoce en la Región, aunque no sea de los más demandados, pero no fuera de ella.

«Hay que exigir saber»

Otro de los objetivos es dar a conocer el etiquetado del pescado, en concreto, la de 'Pescado de Cartagena'. «Hay que fomentarla; además, es obligatorio ponerla», apunta Navarro, que especifica las artes de pesca utilizadas y considera que servirá para afrontar una competencia 'desleal'. «Estamos invadidos por pescado del norte de Marruecos, que no cumple la legislación y vende tallas minúsculas. Por ejemplo, nosotros no podemos coger pescadilla de menos de 20 centímetros y el mercado está lleno de pescadillas de 8 y 9 centímetros allí». Y advierte a los consumidores: «Si la gente supiera lo que viene de otros países, le daría miedo», dice haciendo referencia, por ejemplo, al anisakis que anida en mucha de esta merluza. «Aquí han venido de Murcia a hacer análisis de 40 especies distintas y todos dieron negativos. El pescado de Cartagena está libre de todo», concluye.

«Hay que explicarle a los consumidores la importancia de que sepan leer las etiquetas y exijan que estén a la vista para informarse del origen y del método de pesca del producto que compran. Tienen el derecho y el deber de exigir esa información al pescadero, incluso a los restauradores, para combatir, también, la pesca ilegal. Ese es el poder de los consumidores», apunta Carmen Molina.

Valorizar la pesca artesanal como actividad ligada a una tradición histórica y cultural, a un conocimiento de los ciclos biológicos y épocas de captura de cada especie y a un producto de alta calidad y frescura está también en el horizonte de este proyecto.

Además, añaden los responsables del proyecto, «el saber de los pescadores artesanales es fundamental para ampliar el conocimiento ecológico de las especies de mar: saber en qué caladeros se reproducen, cómo se han reducido sus tallas o incluso descubrir la llegada de especies invasoras a nuestras costas», comenta García Charton, que asegura que, «cada vez más, la ciencia recurre a este conocimiento popular, muchas veces heredado de generación en generación, para analizarlo y deducir datos científicos».

Pescados con Arte da comienzo oficialmente mañana y dedicará el mes de diciembre a destacar los valores nutricionales y gastronómicos de la lecha, principalmente, pero también de la melva y el bonito, tres pescados de temporada. El programa lo estrenará una acción teatral en el Mercado de Santa Florentina, a cargo de la compañía Teatro de La Entrega, que en esta ocasión tendrá un toque navideño. Las citas serán a las 10.30 y a las 11.15 horas, en las pescaderías de fresco del Mercado de Santa Florentina. Las dos sesiones se repetirán el viernes 16, a la misma hora. «El factor sorpresa es fundamental», explica José Bosco, de la compañía teatral. «Irrumpir en un espacio nada tradicional para el teatro es el punto de partida para, a través de la interpretación, transmitir toda la información científica y relacionada con la pesca en la que incide el proyecto Pescados con Arte. Es una herramienta muy potente para un público ocasional como el del mercado y para contribuir a la capacitación de las pescaderías». Además, desde Columbares están convencidos de que estas acciones servirán para poner en valor la separación de los productos artesanos y locales de los que no lo son en los comercios, además de ayudar a cambiar los hábitos de los consumidores.

Hasta la cocina

La última pata de este proyecto que persigue una transición a la pesca sostenible, cuya importancia ambiental equiparan a la de la agricultura ecológica, es la gastronomía. Para ello, el Ayuntamiento de Cartagena ultima los establecimientos de restauración y los chefs del municipio que acogerán los talleres gastronómicos que se celebrarán una vez al mes. «La idea es que en estos talleres, abiertos al público, se pueda aprender cómo se cocinan pescados poco consumidos pero muy ricos, como la brótola, el rubio, la melva, el burro, la albacoreta y la doblada», se insiste; un universo por descubrir para la mayoría de los consumidores que promete beneficios para todos.

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