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El abandono se apodera de las antiguas fábricas molineras

El investigador López Fernández alerta del peligro que corre el patrimonio hidráulico junto a la acequia mayor

J. L. PIÑERO

Lunes, 2 de enero 2017, 00:30

El muleño José Antonio López Fernández, profesor de la Universidad de Córdoba, ha alertado del abandono que sufren muchas de las infraestructuras hidráulicas de Mula y la comarca del río. En una conferencia organizada por la Asociación de Amigos del Museo El Cigarralejo y la dirección del mismo, el experto destacó el estado de ruina que presentan las fábricas molineras tradicionales de la llamada ribera de los molinos.

Situados en el recorrido de la acequia mayor de Mula, muchos de estos antiguos complejos, algunos levantados en el siglo XVII, «se encuentran abandonados e incluso en ruinas», apuntó el investigador. De ellos, el mejor conservado y que mantiene su industria es el molino de Felipe, uno de los doce que había en la ribera de la acequia desde la pedanía de El Niño hasta la villa.

López añadió que «tenemos los ejemplos de dos molinos hidráulicos recuperados en Bullas: el Molino de Arriba, por iniciativa privada, acondicionado como aula de educación ambiental y albergue; y el Molino de Abajo, rehabilitado por la Administración y otorgado en arrendamiento para su restauración y hospedaje».

Protección como BIC

En Mula, con el valor etnográfico que tuvieron estas antiguas infraestructuras hidráulicas, «solo queda el Molino de Felipe como ejemplo de la antigua industria, mientras que el resto, también de propiedad privada, han transformado su estructura, lo que ha conllevado una gran pérdida de su valor patrimonial, llegando algunos incluso a abandonarse por completo».

El doctor en Geografía señaló que sería necesario llevar a cabo una actuación y mediación pública por un lado, «aumentar la concienciación social por otro, y estimular nuevas ideas y ayudas a la iniciativa privada». Hay que buscar, remarcó, «las fórmulas para reutilizar estas antiguas infraestructuras con nuevas orientaciones culturales, turísticas o educativas, ya que pueden tener una segunda oportunidad como centros de interpretación, salas culturales, aulas de educación ambiental, adecuación como espacios musealizados o integrarlos dentro de itinerarios turísticos y didácticos». Consideró necesario que el patrimonio hidráulico, en su conjunto, debería contemplarse para su posible protección, declarándose Bien de Interés Cultural (BIC).

En este sentido, el experto de la Universidad de Córdoba aclaró que podría incluirse la catalogación en su apartado de «figuras de jardín histórico o lugar de interés etnográfico, o como monumentos singulares en relación a algunas infraestructuras como pueden ser alguno de los molinos o el primitivo azud de El Gallardo y el sistema de distribución tradicional de agua compuesto por la acequia mayor, los partidores y los canales secundarios».

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