La oposición señala como ideólogos de la planta al expresidente y a su consejero

Las comparecencias de Amalio Garrido, José Manuel Ferrer y María Antonieta Fernández permitieron a los partidos de la oposición en la Asamblea llegar a una conclusión principal: los ideólogos de la desaladora fueron el expresidente Ramón Luis Valcárcel y el exconsejero Antonio Cerdá.

Así lo demuestran las actas de los consejos de administración del EPA y también que cuando Amalio Garrido llegó a la gerencia «el diseño del entramado de empresas ya estaba hecho», destacó el socialista Jesús Navarro. El diputado se sorprendió por la intención inicial del Gobierno regional de poner en marcha otras tres plantas para asumir los 153 hectómetros cúbicos pedidos por los ayuntamientos para cubrir sus nuevas demandas, derivadas de sus crecimientos urbanísticos.

El portavoz de Podemos en la comisión, Antonio Urbina, también concluyó que el diseño del entramado alrededor del proyecto fue dirigido desde San Esteban, eligiendo a dedo empresas privadas «que han obtenido grandes beneficios frente a la ruina» causada a las arcas públicas.

El presidente de la comisión y portavoz de Ciudadanos, Miguel Sánchez, destacó que Garrido reconociera que Cerdá dijo públicamente en 2005 que la planta era «un proyecto de Valcárcel».

Sin embargo, lo más destacable para el diputado del PP Juan Luis Pedreño es que los comparecientes coincidieron en que el modelo inicial de gestión de la planta era «autofinanciable», sin coste alguno para la Comunidad, y que no es más cara que las construidas por la Administración central en el Sureste dentro del Programa Agua.