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Garre: «Su cercanía y afabilidad le hicieron ser una persona muy querida»

El presidente de la Comunidad expresa «las condolencias de la sociedad murciana» por el fallecimiento de Javier Azagra, obispo emérito de la Diócesis de Cartagena

LA VERDAD

Domingo, 16 de noviembre 2014, 16:29

El presidente de la Comunidad Autónoma, Alberto Garre, expresó este domingo, en nombre de la sociedad murciana, sus condolencias por el fallecimiento de monseñor Javier Azagra Labiano, emérito de la Diócesis de Cartagena, de la que fue obispo auxiliar entre 1970 y 1978 y obispo titular entre 1978 y 1998.

Garre destacó "las cualidades humanas y el compromiso" del obispo Azagra, "manifestado siempre desde la cercanía y una afabilidad que le hizo ser una persona muy querida y respetada por todos".

Asimismo, el jefe del Ejecutivo regional señaló que "durante las décadas en que estuvo al frente de la Diócesis y junto al desarrollo de una amplia labor pastoral, fue constante su preocupación por todos los sectores de la sociedad, a la que procuró conciliar en momentos de complejidad laboral y durante todo el proceso de transición política y creación de la Comunidad Autónoma".

El presidente regional añadió que el reconocimiento a su destacada labor le llegó a Javier Azagra en vida, "en los diversos homenajes de los que fue objeto desde que fue relevado al frente de la Diócesis y nombrado posteriormente obispo emérito", entre ellos la distinción que le otorgó la Comunidad Autónoma en 1995, cuando lo nombró Hijo Predilecto de la Región de Murcia.

El presidente trasladó su pésame al obispo José Manuel Lorca Planes, a todos los sacerdotes y fieles de la Diócesis, y a los familiares del obispo Javier Azagra.

Por su parte, el Presidente del Partido Popular de la Region de Murcia, Ramón Luis Valcarcel, también quiso expresar en nombre propio, así como en el de todos los militantes de esta formación política, "su más sentido pésame" ante el fallecimiento de Don Javier Azagra, obispo emérito de la Diócesis de Cartagena.

"Se trata sin duda de una pérdida irreparable para todos los murcianos, pues la enorme valía demostrada por Don Javier al frente del Obispado y su indiscutible liderazgo pastoral en la Iglesia Católica han servido para dejar profunda huella en los corazones de todas las gentes de bien ante su excepcional labor", señaló.

"Además, una talla humana verdaderamente extraordinaria, en la que la bonhomía ha sido una constante a lo largo de toda la vida de Azagra, ha servido para convertirlo en una de las grandes personalidades cuyo nombre pasará con letras de oro a la Historia de nuestra comunidad autónoma", concluyó Valcárcel.

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