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EN PRIVADO. Los mediadores escuchan las versiones de ambas partes en conflicto. / G. CARRIÓN / AGM
Mediando entre aguas turbulentas
BENIEL LOS 'JUECES' OPINAN

Mediando entre aguas turbulentas

Una agresión motivada por los celos entre dos chicas estrena la figura de los Jueces de Paz Educativos en el Instituto Gil de Junterones

MANUEL HERRERO

Martes, 17 de junio 2008, 09:48

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Andresa y Pepa son muy buenas amigas. No sólo acuden a la misma clase, sino que los fines de semana salen juntas. Las discotecas de Orihuela fueron su objetivo la noche del sábado. Andresa tenía un compañero especial, Antonio, que junto a ellas salió de marcha. Pero al regresar Andresa de los lavabos, se encontró a su amiga Pepa bien agarradita a Antonio, y un beso en los labios confirmó sus sospechas. No lo dudó ni un momento, Andresa le arremetió en plena discoteca un sopapo a su amiga Pepa que la dejó sin respiro, y Antonio también pilló un buen repelón con el bolso. La fiesta se aguó para los tres, volviendo a casa cada uno por su lado.

Ayer, los tres entraron por la misma puerta al instituto Gil de Junterones, y ambas amigas coincidieron a la entrada a clase. El habitual saludo fue sustituido por los insultos, a los que siguieron un arañazo en el brazo que recibió Pepa para que no se le olvidase lo del sábado. El conflicto estaba servido, y para colmo en la misma aula

Un profesor de Ciencias Naturales -que fue testigo del altercado- pronto tuvo clara la salida: los Jueces de Paz Educativos. Para esta labor y en este centro se han preparado Marina Gracia, Antonio López y María Jesús Navarro, y La Verdad estuvo presente en el simulacro de la sesión que se organizó para resolver el conflicto.

Las implicadas se ofrecieron voluntarias a dilucidar la discusión y los Jueces de Paz «que en sí son mediadores, pues no pueden emitir un juicio de valor, si no mediar entre las partes en litigio para resolver los conflictos y que no llegue a más la problemática suscitada», explicó el profesor coordinador del proyecto en este centro, Andrés Iglesias.

Marina, Antonio y María Jesús acogieron a sus compañeras y les invitaron a charlar con ellos en una salita usada para recibir a los padres u otras visitas. «Se trata que todos nos encontremos a gusto y relajados», dijo el mediador Antonio López.

Sus dos compañeras fueron quienes más intervinieron y sus preguntas eran claras y concisas. Tras una breve explicación de las funciones de los tres, los interrogantes centraron la cuestión que les traía entre manos.

Confidencialidad absoluta

El punto de partida es que de nada de lo que allí se trate se informará a nadie de fuera; no intervendrá ningún profesor -excepto si es necesario conocer su versión como testigo-. El respeto a la dignidad de la persona está por encima de todo, hay que hablar y escuchar; y seguirán hablando si hay deseos de llegar a un acuerdo o a un pacto entre las partes. Al final quedará firmado por todos los presentes y cerrado en un sobre lacrado.

La sesión empieza: «Somos muy buenas amigas pero me ha quitado a mi chico. El sábado se estaba dando el lote con él y eso yo no lo puedo consentir», afirmaba Andresa. Entre ambas se produjo un intercambios pormenorizando de pareceres, a veces incluso inculpándose mutuamente, si bien al final Pepa trató de quitarle fuego al tema: «Bueno, yo creo que solo era un juego tú ya sabes»

«¿Entonces qué decidís?», continuaron los mediadores. «Pues que ante todo está nuestra amistad, pues siempre hemos sido amigas, desde antes de venir al Instituto», respondieron ambas. «¿Es posible que ya no haya problemas entre vosotras y sigáis las dos normalmente en clase?». «¿Pues por supuesto!» ¿Y con Antonio qué hacemos? «No hay problema, que se busque otra chica». Dicho, hecho y firmado quedó el pacto entre Andresa, Pepa y los tres mediadores. Posteriormente, dentro de una semana, se volverán a reunir para revisar cómo va el cumplimento de lo pactado.

El Instituto de Beniel se ha acogido este año al plan experimental que auspiciado por la Consejería de Educación y el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) ha puesto en marcha el proyecto de Juez de Paz Educativo en tres centros escolares de la Región. Además de Beniel, también está en el Instituto Aljada de Puente Tocinos y en el Instituto Licenciado Cascales de Murcia.

Ayuda del TSJ

Iniciaron un programa formativo en el mes de febrero realizando un Máster en Mediación Escolar impartido por personal de la Consejería de Educación y del TSJ; han presenciado siete juicios en el Tribunal de Menores y han asistido a sesiones de Mediación Intergeneracional, también auspiciado por el TSJ.

En el Instituto de Beniel durante este mes de junio se han llevado a cabo cuatro actuaciones, de las que no pueden informar absolutamente nada. La relatada en estas páginas ha sido un simulacro auspiciado por La Verdad. Marina Gracia el próximo año quiere estudiar Derecho, ya no estará en este Instituto. «Nosotros queremos que se formen otros tres alumnos más para que hayan incluso de reserva», señaló Andrés Iglesias, coordinador del programa en Beniel.

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