Siempre queda el 'agarrao'
Que me busquen aquí ·
Los salseros tienen en la costa del Mar Menor una ruta semanal de bailes sociales. «Es una terapia, se apuntan divorciados y solitarios», cuenta el profesor Juan VentajaNo hace falta haber nacido con los pies en el Caribe para sentir que la cadera se te mueve autónoma. De hecho, el profesor de baile latino Juan Ventaja creció más bien con biberones de heavy metal en Villaverde Alto antes de convertirse en el maestro de sabrosas ceremonias donde la gracia del contoneo cuenta más que las tachuelas. «Es un estilo de vida. A mí me dio vida y una actividad alternativa», explica el maestro, que recomienda pasarse por uno de los bailes sociales que se organizan en la costa del Mar Menor para probar si uno está llamado a la pasión del merengue o la bachata. No faltan ocasiones para dejarse llevar: los salseros se reúnen los jueves a partir de las 22.00 horas en Mytika (en el paseo marítimo de La Ribera); los viernes, en Tela Beach y en Bastilla (en La Curva de Lo Pagán), y los domingos, en Play (Los Alcázares), aunque también se puede ampliar horizontes con dos pistas más en Torrevieja, la de Velice y Nicky Playa. En el ático del hotel La Traíña, de San Pedro del Pinatar, Juan Ventaja imparte un taller de bachata.
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«Es una buena terapia para quien pasa por un mal momento. Más que para ligar, sirve para relacionarte, aunque también hay historias de amor»
Son la agenda salsera de la costa murciana, donde se reencuentran los asiduos a la salsa y los nuevos que se van añadiendo, ya que, según el maestro, «el que entra suele repetir».
«Es una buena terapia para quien pasa por un mal momento, por eso llegan divorciados y separados. Más que para ligar, sirve para relacionarte, aunque también hay historias de amor», cuenta el bailón.
Aconseja no acudir a la llamada de que en la salsa se liga mucho: «Se va a bailar y si luego conoces a alguien con quien te compenetras, pues perfecto. Tengo alumnos que se han casado».
«El baile une», sentencia. Sobre la pista se cruzan danzantes «de todas las edades, procedencias y clases sociales», cuenta Juan, quien reconoce que no puede «estar sin bailar».
Los escépticos se convencerán del todo al saber que «no hace falta llevar pareja porque todo el mundo baila con todo el mundo». Y otra inmensa virtud de la salsa para beneficio de la humanidad: «Hasta el más patoso puede sacarse partido y aprender los pasos esenciales para disfrutar del baile», revela el profesor. En los encuentros no falta la animación, ya que «en la Región hay mucha afición al latino; sobre todo a la bachata, porque es más fácil».
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Visita recomendada Varios locales de la comarca del Mar Menor, como Play (Los Alcázares), Tela Beach y Bastilla (Lo Pagán), hotel La Traíña (San Pedro del Pinatar) y Mytika (La Ribera).
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Qué hacer Probar con un baile social y, si gusta, apuntarse a un taller básico para aprender algunos pasos y disfrutar en las siguientes reuniones.
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Los guías ideales Juan Ventaja, profesor de baile latino
Los bailones encuentran la oportunidad de mezclarse con otras culturas y rarezas, como un grupo de anglosajones poseídos por el espíritu de Marc Anthony. «Hay un grupo de ingleses que viene cada año a tomar clases de salsa y bachata, que terminamos con una convivencia salsera», anima el profesor a vivir la música en pareja. «Hay rotación, así que hay que adaptarse al nivel de cada uno y eso anima a aprender», enseña el maestro.
Una vez en la pista, lo de menos es la perfección. Con el paso básico y un pellizco de 'dirty dancing', cualquiera puede vivir una noche ardiente con los zapatos puestos. El profesor recomienda descubrir después los estilos que permiten combinar movimientos en la pista. «La salsa Nueva York, la cubana, la caleña...no importa saberse mil pasos diferentes, sino bailar con el alma», te saca el maestro por la cintura.
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