Videoprima

Fuera de contexto ·

Llevábamos meses mi hermana y yo coincidiendo con otra niña en la parada de autobús hasta que mi madre se dio cuenta de que era ... la nieta de su primo. Ya éramos amigas, pero descubrir que éramos familia nos abrió las puertas de su casa. Recuerdo un salón con una televisión enorme, dos aparatos de vídeo (uno beta y otro VHS) y una estantería con más cintas que en un videoclub. Aquello fue como descubrir el paraíso del cine pirata y la madre de nuestra amiga pasó a ser llamada para siempre la 'Videoprima'.

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La 'Videoprima' nos prestaba un montón de películas sin fecha de devolución y confieso que algunas las vimos en bucle. Dejé de contar cuántas veces puso mi hermana '7 novias para 7 hermanos', cuando llegamos a la 32 y nos sabíamos los diálogos de memoria. Algunas historias eran para días especiales. 'Xanadú', por ejemplo, era para Nochevieja, con mi abuela dormida en el sofá y mi hermana, mi prima y yo bailando como locas en su salón con Olivia Newton-John saliendo de una pared. Teníamos pasión por los musicales, aunque no entendiéramos las letras.

En algún momento, nos dejó 'Grease'. La primera vez que la vimos fue con mi madre, que adelantó estratégicamente la única escena un poco subida de tono que tiene lugar dentro de un coche. Y con ese superpoder que solo tienen las madres acostumbradas a que las películas estuvieran calificadas con rombos, era capaz de saber cuándo volvíamos a llegar a ese momento y aparecía corriendo desde la cocina o desde donde estuviera para volver a pasarlo rápido. Cuando por fin pudimos verla sin ella en casa, la cinta se había estropeado y, al llegar ahí, se autocensuraba y ni se veía ni se escuchaba nada. Nunca subestimes los poderes de una madre.

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