Noche tórrida

FUERA DE CONTEXTO ·

Viernes, 20 de agosto 2021, 01:40

Si alguna vez me han prometido una noche tórrida, lo que me imaginé no se parece a lo que hemos tenido esta semana. Lo llaman ... ola de calor porque 'infierno' ya estaba cogido.

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Abrías la puerta de la calle y el calor te daba un bofetón en la cara, Murcia estaba aún más vacía que durante el confinamiento y las pocas personas que se atrevían a salir a la calle caminaban a cámara lenta y haciendo fotos a los termómetros, que es a lo que se ha dedicado todo el mundo.

Estos días el aire parece estar lleno de un polvo anaranjado que cae despacio y cubre los coches, como si volviéramos a las fotografías en color sepia. Unas partículas diminutas que se te meten en los ojos y en la garganta y te producen una sequedad que solo se quita a base de gin-tonics y cerveza.

No puedo dormir con aire acondicionado. A los 5 minutos me siento como en el Polo Norte, así que tengo un enorme ventilador de techo que, si coge velocidad, parece empujarte hasta dejarte hundida en el colchón. Paso la noche sacando el pie o la pierna de la sábana como si buscara echar raíces en el suelo o pedir que alguien me rescate.

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Este verano he comprado otro ventilador. Es vertical y se queda mirándome desde los pies de la cama y soplando con tanta intensidad que me dan ganas de abrazar al perro que no tengo por si mi casa sale volando como la de Dorothy en el 'Mago de Oz'.

Es tan potente que primero se me fue el calor, luego la tristeza y al final se me fueron hasta las ideas y las palabras y tuve que agarrarlas rápido para poder escribirlas. Las he dejado atadas en esta columna.

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