Lorca rehabilitada: la huella indeleble del terremoto

Hoy queremos recorrer algunos de sus edificios más emblemáticos y destacar la importante labor de reconstrucción que se ha venido desarrollando desde entonces.

La ruta comienza en la Colegiata de San Patricio, emblema del Renacimiento murciano, cuya estructura sufrió importantes daños durante el seísmo. Hoy, tras el cuidadoso proceso de restauración dirigido el arquitecto Juan de Dios de la Hoz Martínez su imponente fachada y sus tres naves interiores vuelven a lucir con dignidad, recordando la capacidad de recuperación de la ciudad.

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Desde allí, se asciende hacia la Iglesia de San Pedro, situada en una de las zonas más afectadas por el terremoto. Este templo, de origen medieval y transformado en época barroca, conserva no solo su belleza arquitectónica, sino también el testimonio de la fragilidad y resistencia del patrimonio histórico frente a la catástrofe. Las cicatrices visibles en sus muros conviven con una intervención que busca preservar su esencia, en este caso dirigida por José Manuel Chacón Bulnes.

El recorrido culmina en el entorno del Castillo de Lorca, fortaleza medieval que se alza sobre la ciudad, símbolo de defensa y refugio. Desde sus alturas, la recuperación de la memoria pasa por interpretar la evolución histórica del recinto mediante el conocimiento de sus edificaciones y restos existentes, proponiendo su reutilización y nuevos usos.