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Miranda Gas, representando en San Javier 'La casa de los espíritus'. NACHO GARCÍA / AGM

Ovación para 'La casa de los espíritus'

CRÍTICA DE TEATRO ·

Carme Portaceli dirige una función de larguísima duración que atrapa en todo momento

Sábado, 14 de agosto 2021, 01:20

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Isabel Allende escribió este milagro titulado 'La casa de los espíritus' en 1982; desde entonces, nadie que haya leído esta novela-río, destinada a sobrevivir ... al paso del tiempo y sus catástrofes, ha podido quedar a salvo de su hechizo: se te clava gustosamente en el alma, te deja heridos de muerte varios castradores prejuicios y te estimula la amplitud de miras y el deseo de comprender; incluso la maldad, como el propio Camus hizo indagando en el alma atormentada y furiosa del criminal Calígula. 'La casa de los espíritus' apela a salvar, contra amenazas furibundas que buscan su aniquilación, lo mejor del ser humano: su capacidad de perdón, su elección por la paz y el cubrir las heridas no de olvido y sí de futuro. La autora narró la historia de la familia Trueba a lo largo de cuatro generaciones, llegando hasta el momento en el que un golpe militar derroca entre sangre al Gobierno socialista elegido en las urnas. Un país roto. Una historia familiar en la que el amor, los celos, la ambición, la excentricidad, el compromiso político, la venganza... campan a sus anchas, entre muebles movidos por la mente de algunas de sus mujeres mágicas, capaces de estar en conexión con los muertos, encantadoras, extrañas, valerosas, fuertes... Mujeres de las que no te olvidas: Nívea, ¡Clara del Valle!, Blanca y Alba, que es la encargada de reconstruir la historia de sus seres queridos y a quien en escena da vida Miranda Gas. Y lo hace con poesía, con crudeza, con verdad. Cuánta emoción, cuánta injusticia, cuántas contradicciones y errores impagables cometidos a lo largo de la vida. No debe haber sido tarea fácil adaptar esta novela, ejemplo delicioso de realismo mágico y crítica sagaz social y política, al teatro, pero el resultado cosechado por Anna Maria Ricart es excepcional. Como lo ha sido también el trasladar a los escenarios la historia de 'Pedro Páramo', de Juan Rulfo, a cargo de Pau Miró, que el año pasado deberíamos haber visto en la edición del festival que la pandemia aniquiló. Para esta de 2021, bienvenida y reducida en su oferta y en el aforo permitido, pero entusiasta en sus deseos de satisfacer al público, se ha recuperado este montaje de 'La casa de los espíritus', también programado en 2020, con el que el jueves se abrió por todo lo alto la programación prevista en el Auditorio Parque Almansa, este agosto sitiado por las obras de remodelación de sus jardines y equipamientos. Casi tres horas y media duró el gozo que proporciona esta función, que concluyó con una solemne y agradecida ovación del público que agotó las entradas a la venta.

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