Marcos Ros: «La bandera LGTBI lo que está diciendo es: '¡Oye, sé tú mismo, ama a quien quieras!'»
«Me dicen que negociando consigo llegar a acuerdos que a veces parecen imposibles de lograr. Me gusta llegar a acuerdos», asegura el eurodiputado socialista por la Región de Murcia
Empecemos con un poco de ron. «Cuando empezó a reaccionar sacó de debajo de la cama una botella de ron forrada de paja. Puso a ... calentar sobre la estufa un poco de agua en una taza de lata, y empezó a beber agua caliente con ron. Toda clase de agonías sin nombre se iban desatando en su pecho. Se sentía como el hombre del cuento de hadas con un círculo de hierro que le apretaba el corazón. El círculo de hierro se rompía». Es un breve fragmento de 'Manhattan Transfer', de John Dos Passos, que inmortalizó en su novela un lugar al que Marcos Ros (Murcia, 1974), siempre le encanta volver. Arquitecto, profesor del Área de Urbanismo de la Escuela de Arquitectura de la UPCT, en esta legislatura único eurodiputado murciano (por el PSOE).
-¿Familia?
-Vivo en pareja desde hace 19 años y no tenemos hijos.
-¿Qué le debe?
-Él me ha hecho, sin duda, ser mejor persona [se emociona].
-¿Le gustaría ser padre?
-Me habría gustado serlo, sí.
-Los vientres de alquiler.
-Paso palabra.
-¿Desde cuando en el PSOE?
-Afiliado desde el año 2000.
-¿De niño qué?
-Todo me llamaba la atención. Y era muy ordenado, jamás perdía un juguete y sabía perfectamente donde encontrar todas mis cosas.
-¿A qué jugaba?
-Me gustaba correr, esconderme, jugar a indios y vaqueros...
-¿Su juguete preferido?
-Siempre han sido los Playmobil, me podía pasar horas tirado en el suelo de mi casa jugando con ellos. Tenía toda una colección que, al final, le regalé a un amigo durante un traslado de casa. Se los regalé porque sabía que los iba a cuidar bien; de hecho, él los restaura. Sólo me quedé con un equipo de albañiles que tengo en una vitrina, aunque alguno he terminado comprando después para tenerlo en mi despacho.
-¿Fue tímido?
-No me recuerdo ni tímido, ni introvertido.
-¿Qué le decían los profesores?
-Estaban contentos conmigo, era de los de sobresaliente. Nunca he tenido problemas con los estudios.
En tragos cortos:
-
Un sitio para tomar una cerveza: En el Mercado de Verónicas.
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Una canción: 'Peces de ciudad', de Joaquín Sabina.
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Un libro para el verano: '1Q84', de Haruki Murakami.
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¿Qué consejo daría?: Sé tú mismo.
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¿Le gustaría ser invisible?: Alguna vez sí.
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Su héroe o heroína de ficción: Astérix y Obélix.
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Un epitafio: «Disculpen, me he tenido que ir».
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¿Qué le gustaría ser de mayor?: Un jubilado disfrutando de su pensión.
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¿Lo que más detesta?: La falta de respeto.
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Su copa preferida: Cutty Sark con Sprite.
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Un baño ideal: Una sesión de natación yo solo en una piscina olímpica de 50 metros.
-¿Qué quiso ser?
-En el instituto empecé a apasionarme con la Física, y mi sueño era ser astrofísico. Me leí todo lo escrito por Roger Penrose y Stephen Hawking. Pero, finalmente, pudieron más el dibujo y la Historia del Arte y estudié Arquitectura. Pero la Astronomía sigue rondándome.
-¿Por qué?
-Me seduce el conocimiento de lo más lejano, me atrae saber sobre la escala más grande del Universo, que a la vez se junta con lo más pequeñó, con lo cuántico. Me atrapa esa sensación de estar interpretando las señales que te llegan del exterior: radioeléctricas, electromagnéticas...; poder acercarme a lo que hay ahí fuera siempre me ha seducido.
-¿Qué es una pena?
-Desgraciadamente, los entornos urbanos no nos permiten disfrutar de la belleza del firmamento.
«Me encanta cocinar, nada me relaja más cuando estoy estresado»
-¿Estamos solos?
-Los científicos se decantan porque probablemente no seamos una excepción y haya vida en otros lugares.
-¿Usted qué opina?
-Pensar que somos los únicos en el Universo me parece demasiado vanidoso; yo creo que tiene que haber algún tipo de vida, no sé si inteligente o no.
-Los humanos.
-Somos la especie que domina la Tierra, pero lamentablemente estamos llegando a un punto que puede ser muy peligroso. Como sociedad [se refiere a Europa], creo que cada vez vivimos mejor y con más esperanza de vida. Pero, al mismo tiempo, el ansia de poder, de dominación, que genera tanta maldad y guerras, hace que vayamos cíclicamente retrocediendo en algunos de los logros que hemos ido consiguiendo. Pero yo soy optimista a largo plazo, no doy para nada por perdida a la Humanidad.
-¿Quién le aconsejó bien?
-La persona que me llamó por primera vez para una lista electoral, Pepe [José Salvador] Fuentes Zorita: las decisiones se toman meditando bien todos los datos sobre la mesa.
-Sus padres.
-Siempre han confiado en mí, y me han dicho que haga lo que tenga que hacer, lo que yo considere que es bueno para mí y no lo que me digan los demás que haga. Siempre me han dado la mayor autonomía para elegirlo todo, y eso desde que era muy pequeño. Mis dos hermanos mayores tienen 4 y 6 años más que yo.
-¿El más mimado?
-No, pero sí el que ha tenido más independencia, porque creo que los padres, conforme van teniendo hijos, se acostumbran a sobreprotegerlos menos. Yo he tenido el camino más abierto que mis hermanos, precisamente porque me lo han ido abriendo ellos.
-Una bendición.
-Sentir que he podido ayudar a alguien. Sintiéndome útil me siento satisfecho, sabiendo que algo de lo que hago influye para bien en la vida de los demás.
-¿Por qué da gracias?
-Doy gracias por tener salud, tengo a mi alrededor gente con problemas y he visto a personas queridas que se nos ha ido muy rápido. También doy gracias por tener la suerte de disfrutar con mi trabajo, lo mismo como arquitecto, que como profesor, que ahora como diputado.
-Su gran 'hobbie'.
-Me encanta cocinar, nada me relaja más cuando estoy estresado. Ahora, con el ritmo de vida que llevo me resulta muy difícil sacar tiempo para ir a comprar y para la cocina, y la echo de menos. Llevo cocinando desde los años de estudiante en Madrid. Me relaja mucho y me encanta explorar cosas nuevas, aunque lo que más me gusta es preparar guisos tradicionales: lentejas, alubias, potajes, cocidos...
-¿Su secreto cocinando?
-Mi secreto es no tener prisa, tengo comprobado que la prisa es enemiga de la cocina.
-¿Qué intenta hacer?
-Una ruta de senderismo cada domingo, alternando monte y mar.
-¿Su deporte?
-Me he pasado la vida nadando, nadar ha sido el deporte que más continuamente he practicado. He hecho kárate, pádel, tenis..., pero nunca he dejado la natación. De lo que estoy convencido es de que una vida sin deporte es una vida incompleta.
-¿En el mar?
-No, siempre en piscina, en mar abierto con las olas me mareo. Tampoco puedo bucear, que me encantaría, porque tengo problemas de oídos.
-¿Tenemos barco?
-No.
-¿Amigos con barco?
-No, pero me encantaría.
-¿Un lince para qué es?
-Me dicen que negociando consigo llegar a cuerdos que a veces parecen imposibles de lograr. Me gusta llegar a acuerdos.
-¿Y un desastre?
-Para jugar al fútbol he sido un desastre toda mi vida. Si le doy una patada a un balón seguro que sale en dirección contraria a la prevista.
No soy antitaurino
-¿Taurino?
-Me llevaron una vez de pequeño y no he vuelto a ir, pero no soy antitaurino.
-¿Qué hay que tener claro?
-Que los derechos no se le imponen a nadie.
-¿Ha llegado a tocar fondo?
-Afortunadamente, no.
«Estoy convencido es de que una vida sin deporte es una vida incompleta»
-¿Por qué hay quienes rechazan la bandera LGTBI con tanto empeño?
-Porque creo que estamos viviendo un movimiento involucionista muy tremendo en todo el mundo, no solo en España. Es una bandera que simboliza la libertad de poder ser quien eres, una bandera que no excluye a nadie y en la que puede verse representada cualquier persona con cualquier orientación sexual y con cualquier manera de pensar; la bandera LGTBI lo que está diciendo es '¡oye, sé tú mismo, ama a quien quieras, vive con quien quieras!'. Hay un movimiento involucionista que parece pretender volver a meter en un armario a las personas que se aman libremente, y creo que tenemos que posicionarnos muy fuertemente contra ese movimiento de rechazo al colectivo LGTBI. Hemos conseguido en España una sociedad totalmente abierta que no debemos tolerar que peligre...; a mí me da mucha envidia cuando, por ejemplo, veo a dos chicos o dos chicas, de 16, 18, 20 años, cogidos de la mano por la calle y sin que, muy en general, ese gesto despierte rechazo; eso antes era imposible, y tampoco había referentes. Hoy, los que rechazan esos comportamientos están intentando imponer ese rechazo, en algunos casos de manera violenta -con agresiones y actitudes violentas-, y en otros de manera institucional.
-¿Un viaje del que no se olvide?
-Hace ya 15 años del que hice con unos amigos a Bolivia. Nos acompañaba un boliviano que conocíamos, nos movíamos alquilando furgonetas y descubrimos un país que nos dejó maravillados, mucho más desconocido que Argentina, Brasil, Perú y Chile.
-Otro.
-Con 13 años, mis padres me mandaron a Roma a casa de una tía mía a pasar un mes. Yo me iba solo todas las mañanas a pasear por la ciudad, y creo que no dejé una calle de sus barrios más castizos sin recorrer; sobre todo, todas esas maravillosas callecitas intrincadas del Trastévere.
-¿Su ciudad para visitar?
-Soy muy feliz cada vez que voy a Nueva York, sobre todo por Manhattan; rodeado de todas las culturas, todas las creencias, todas las razas. Allí, cambias de calle y parece que cambias de mundo. Nueva York es como un pequeño y fascinante planeta.
La voz de la Región
-Usted en Bruselas.
-Creo que allí estoy siendo la voz de la Región de Murcia, y que me comprometí a ser más específicamente la del Mar Menor y lo estoy cumpliendo. Por otro lado, también estoy muy satisfecho con mi trabajo en temas que me incumben mucho, como ha sido la preparación de todo el dossier de la Nueva Bauhaus Europea, que promoverá la dimensión arquitectónica y su valor para mejorar la calidad de vida en las ciudades; y que hará que la inversión de fondos europeos de los próximos años en esta línea no solo tenga un componente energético, sino también un componente social y de belleza. La Nueva Bauhaus Europea habla de sostenibilidad, belleza e inclusión.
-¿El animal más bello?
-Me gustan mucho los delfines, también por su capacidad de interacción con el ser humano.
-Esta Región a la espera...
-Tengo la sensación de que estamos asistiendo a un pequeño teatro entre el PP y Vox, que acabarán entendiéndose. Y es muy preocupante, porque no me espero lo mejor cuando tengan que explicarnos a los ciudadanos cuál es su posicionamiento como Gobierno en este en este contexto europeo de transición y de cambio; transición hacia un modelo respetuoso con el medioambiente que, ¡ojo!, está estrechamente relacionado con algo fundamental: nuestra salud, nuestra propia vida. Y si esta Región no apuesta por ese modelo de cambio, lo que supondría un cambio de modelo agrario, industrial, comercial y de movilidad urbana en nuestras ciudades -cambios a los que aquí veo mucha resistencia-, nos vamos a quedar atrás y vamos a perder competitividad; y, entonces, nos tocará hacerlo más tarde, peor y sin fondos.
-Cíteme un arquitecto de la Región al que admire.
-Le diré tres, que creo que son los maestros: Juan Antonio Molina, Vicente Martínez Gadea y Fernando de Retes.
-[Aparece un camarero. Son casi las doce del mediodía] ¿Usted qué va a tomar?
-Yo un café solo.
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