Francia se rebela contra las zonas vetadas a menores: 'No sin mis niños'
Rearme demográfico ·
Preocupado por la caída de la natalidad, el Gobierno ya ha expresado su voluntad de prohibir este tipo de ofertas en el territorio galo, aunque aún son incipientesOtra nueva tendencia que se encuentra en pleno auge en Asia Oriental ha acabado por irrumpir con fuerza en Europa en los últimos años. Se ... trata de las 'no kids zones' ('zonas sin niños'), que ya se han consolidado en Corea del Sur, donde se contabilizan más de 600 lugares -incluidas algunas bibliotecas- donde está prohibida la presencia de menores de edad, según un mapa elaborado por internautas.
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También en Japón funciona una web que informa sobre aquellos sitios donde los ciudadanos podrían sentirse «molestos» por el ruido que generan los muchachos, que no son bienvenidos. Un corriente que va a más en Bélgica -aproximadamente uno de cada diez restaurantes ya no admite niños-, España, Grecia o Portugal, donde cada vez más hoteles se promocionan con la promesa de que el acceso a los menores de 18, 16 o 12 años está prohibido.
Esta moda resulta más incipiente en Francia, donde únicamente un 3% de las ofertas que plantea el sector turístico utiliza este criterio como cebo, según los datos del sindicato de las empresas de viajes comunicados a la Agencia France-Presse. En el portal Adults only (Solo adultos), aparecen dos hoteles de este tipo ubicados en el país vecino, mientras que en España ya funcionan más de 60. Sin embargo, el pasado verano suscitó controversia la iniciativa de una veintena de cámpines franceses -la oferta total asciende a 7.400- de no admitir niños. Pese a ello, se trata de una tendencia «mucho más desarrollada en otros países europeos y asiáticos», como destacó a la emisora de radio RTL la Alta Comisaria de la Infancia, Sarah El Haïry, que ejerce como seudo ministra del ramo, aunque su cargo tiene menos peso.
54% de los franceses
y hasta un 65% de los jóvenes adultos, desea que haya más lugares en los que se restrinja el acceso a los pequeños.
Las autoridades galas son, además, las más críticas en el Viejo Continente con este fenómeno, «que no queremos que se implante en Francia». «Vamos a castigar estas ofertas 'no kids' a través de la ley. (…)», advierten. «Las hemos examinado con los expertos jurídicos y podemos considerarlas discriminatorias. Trabajamos con el sector turístico para que quede bien claro que esta moda no nos gusta. Refleja algo preocupante de nuestra sociedad: la idea de que un niño es una molestia», manifestó El Haïry en una entrevista reciente para el diario local 'La République du Centre'.
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Promoción de establecimientos idóneos para las familias
La Alta Comisaria de la Infancia encabezó a finales de la pasada primavera una serie de reuniones con representantes del sector turístico y de los transportes para tratar esta tendencia. De momento, el Ejecutivo galo no ha multado a ningún hotel por prohibir la presencia de niños en sus instalaciones. Y las escasas medidas anunciadas, cuyos efectos todavía resultan inciertos, privilegian los incentivos positivos. Se ha lanzado, por ejemplo, una campaña bautizada como 'Le choix des familles 2025' (La elección de las familias 2025) para promocionar los establecimientos (hoteles, restaurantes…) bien adaptados para acoger tanto a adultos como a menores de edad.
«Siempre es complicado prohibir algo y aún más en este caso. El argumento de defender a los niños choca con los intereses del sector turístico y de algunos establecimientos para los cuales se ha convertido en un reclamo exitoso -la promesa de una mayor tranquilidad al no haber menores de edad-», explica a este medio Olivia Troupel, experta en la Psicología de la infancia y profesora en la Universidad de Toulouse Jean-Jaurès.
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Además de atacar los intereses de algunas empresas, la voluntad del Gobierno galo va a contracorriente respecto a la opinión pública. De hecho, un 54% de los franceses, y hasta un 65% de los jóvenes adultos, desea que haya más lugares en los que se restrinja el acceso a los más pequeños, según un sondeo realizado por el instituto Odoxa.
«No sé si la sociedad se ha vuelto más intolerante, pero sí que es cada vez más individualista y la gente privilegia su propio bienestar», afirma Troupel sobre esta sorprendente demanda de alojamientos y restaurantes donde no acepten a los menores de 18, 16 o 12 años. Esta moda, según matiza esta experta, no obedece a un rechazo de los niños en general, «sino de aquellos que no tienen reglas». «Hay padres que no saben poner límites a sus hijos y eso también contribuye a que cada vez más gente reclame espacios sin niños», sostiene esta psicóloga.
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«Hay padres que no saben frenar a sus hijos y eso ayuda a que mucha gente pida espacios sin niños»
Los datos corroboran la opinicón de la experta. Una encuesta reciente revela que más de la mitad de los franceses desean más opciones de restaurantes, hoteles y transporte público sin niños. Una demanda que surge principalmente de la percepción de un deterioro en el comportamiento infantil: el 75% de los encuestados considera que los menores son más indisciplinados que antes, mientras que el 86% opina que los padres permiten con demasiada frecuencia que sus hijos perturben a otros.
Caída de la tasa de natalidad
El posicionamiento del Gobierno francés en contra de las zonas 'no kids' ha coincidido prácticamente con una polémica sentencia judicial que obligó a una escuela a dejar de utilizar su patio de recreo. Así, desde el comienzo de este curso, un centenar de alumnos del colegio Montessori, en Maisons-Laffitte -una localidad rica y acomodada de la periferia oeste de París-, desde Infantil a Primaria, no pueden salir a la amplia zona de ocio con que cuenta el centro, de 500 metros cuadrados, debido al recurso judicial interpuesto por cinco vecinos. Los residentes se quejaban de que las risas y gritos infantiles constituían una «perturbación» que les impedía disfrutar de sus jardines y terrazas, al tiempo que el valor inmobiliario de sus propiedades se venía abajo. Y, sorprendentemente, el Tribunal de Versalles falló a favor de los demandantes, ordenando el cierre del área y aceptando que la presencia de alumnos jugando podría afectar a la salud de los residentes y depreciar el valor de sus inmuebles. Un veredicto que recuerda a otra decisión parecida adoptada en 2019 en Países Bajos. Privados de su espacio habitual, los alumnos del Montessori sólo pueden disfrutar de un pequeño patio de solo 100 metros cuadrados.
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Una polémica sentencia judicial obligó a una escuela privada francesa a dejar de utilizar su zona de recreo tras las reiteradas quejas de los vecinos por el ruido
El alcalde de la localidad, Jacques Myard, criticó esta cruzada anti-niños liderada por «burgueses que no quieren niños» y recordó que Francia necesita 125.000 nacimientos adicionales anuales para contrarrestar la grave caída en la tasa de natalidad. Una realidad que es motivo de gran preocupación.
Después de que el país vecino fuera una excepción europea al mantener un índice de fecundidad (número de hijos por mujer) cercano a 2, este dato se ha reducido de manera significativa en los últimos años, hasta situarse en la actualidad en el 1,62. En España ronda el 1,2.
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El presidente Emmanuel Macron reivindicó a principios del año pasado la necesidad de «un rearme demográfico». Pero, más allá de esa fórmula polémica, las autoridades han impulsado pocas medidas para revertir el declive en el número de nacimientos. Y eso también explica su actual cruzada en contra de las 'zonas sin niños'. Es una manera de presentarse como los defensores de la familia.
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