Cinco consejos para cuidar el mantenimiento de tu impresora y evitar que te deje tirado
La OCU recomienda seguir estos pasos para sacar el máximo partido a tu equipo sin sufrir atascos de papel, copias de baja calidad o funcionamiento deficiente
Las impresoras de andar por casa, ese aliado y a la vez enemigo que puede salvarte de cualquier apuro pero también provocarte más de un quebradero de cabeza. Quien tiene una como parte de su equipo informático, probablemente haya soportado cómo lo dejan tirado en el momento menos oportuno, ya sea mediante un molesto atasco de papel, impresiones de mala calidad o, directamente, porque el aparato se niega a funcionar.
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Pueden ser difíciles de domar, pero un buen mantenimiento es fundamental para sacar el máximo partido y conseguir impresiones con éxito. Para ello, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha resumido en cinco sus recomendaciones para cuidar bien tu equipo y mantenerla en buenas condiciones para que siempre responda a tus requerimientos:
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1.
Atención al papel
No cualquier papel es apropiado. Uno que absorba demasiada humedad o que se seque, puede provocar atascos en la impresora. Para conservar el nivel de humedad adecuado se recomienda guardar el papel en un cajón cerrado dentro su embalaje original sellado, donde contiene una capa de cera que lo mantiene en perfectas condiciones durante más tiempo. Además, en caso de que el papel lleve en la bandeja de la impresora varias semanas, es mejor que lo retires y le des la vuelta.
Si finalmente alguna página se atasca, prueba a sacarla con las dos manos en sentido contrario a la dirección de impresión y, si se rompe, apaga el equipo y sigue las instrucciones que vienen en su manual.
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2.
Evita obstrucciones en los cabezales
Los cabezales de impresión tienden a obstruirse por la acumulación de tinta, lo que sucede más rápido cuando se imprime con poca frecuencia. Para evitarlo, intenta imprimir al menos una página de prueba cada 2 a 4 semanas. Si esta contiene errores, sigue las instrucciones del manual, que a menudo sugerirán un ciclo de limpieza (aunque hacerlo gasta mucha tinta).
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3.
Alinea los cabezales de impresión
Si tras el ciclo de limpieza, sigues viendo que tu impresora devuelve resultados deficientes, puedes intentar alinear los cabezales de impresión como se explicará en el manual de tu máquina. Suele consistir en ejecutar el panel de control e imprimir una página de prueba desde el menú de alineación.
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4.
Revisa el tóner
Los tóner pueden ser uno de los elementos más problemáticos. Si empiezas a ver que están perdiendo fuerza porque los colores se ven más claros, puedes seguir estos pasos: verifica si el modo 'eco' o borrado se ha activado; después comprueba si queda suficiente tóner, retirándolo, agítandolo y volviendo a ponerlo (se recomienda usar guantes y mascarilla). Si vuelve a imprimir más oscuro, significa que se está acabando; si no surte efecto o si es nuevo, ajusta la densidad de impresión en los menús de ajustes de la impresora.
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5.
Atención al controlador
Tras actualizar el sistema operativo de Windows, puede que tu impresora deje de responder. En este caso, lo primero es comprobar de dónde viene el problema: imprime una página de prueba desde la impresora para comprobar si la causa radica en la misma o en el ordenador. Si localizas el problema en el PC, suele tratarse del controlador, que no ha sido actualizado automáticamente junto con Windows. Puedes hacerlo desde la opción 'Buscar actualizaciones' dentro de 'Actualización y seguridad' o accediendo a la web del fabricante. En cualquier caso, debes descargarlo e instalarlo. Después, probablemente tengas que volver a instalar la impresora, eliminando primero la que tienes emparejada y volviendo a agregarla desde la sección 'Dispositivos' > 'Impresoras y escáneres'.
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