Una Semana Santa única en el mundo

La Semana Santa de Cartagena, declarada de Interés Turístico Internacional en el año 2005, destaca por ser una representación religiosa y cultural que reúne una serie de características específicas y muy diferentes al resto, lo que hace que sus procesiones sean únicas.

La flor, la luz, el orden y la música hacen de sus desfiles pasionales algo impresionante. Son procesiones de gran belleza, marcadas por el magnífico porte de los tronos de estilo cartagenero, abundantes en flor y la armonía de su luz y sus cartelas. Sobre ellos, la imaginería religiosa de magníficos escultores como Capuz, Benlliure, José Sánchez Lozano, Juan González Moreno, Salzillo o Federico Coullaut-Valera.

El perfecto orden y sincronía con el que marchan los penitentes es otro de los rasgos distintivos de la procesión cartagenera y sin duda uno de los que más llama la atención. Marcan el paso al unísono, al son del tambor, deteniéndose e iniciando la marcha también al mismo tiempo. La luz de los inmaculados hachotes que portan los penitentes remarcan las hileras perfectas de los tercios, que conducen hasta los tronos. El conjunto embelesa visualmente, pero aún hay un ingrediente que refuerza aún más el tipismo de la Semana Santa de Cartagena, y son sus marchas procesionales, siempre inconfundibles.

La Junta de Cofradías de la Semana Santa cartagenera está integrada por cuatro cofradías penitenciales: Marrajos, Californios, Resucitado y Socorro. Esta última tiene el privilegio de abrir la Semana Santa en España con un vía crucis en la madrugada del Viernes de Dolores. Entre las procesiones más populares se encuentran sin duda la de los Traslados Procesionales Californios (Martes Santo), la Magna Procesión del Cristo del Prendimiento, también de los Californios (Miércoles Santo), la procesión del Encuentro (madrugada del Viernes Santo) y la procesión del Santo Entierro (Viernes Santo), estas dos últimas pertenecientes a la cofradía Marraja. Tras representar la pasión y muerte de Jesucristo, es la cofradía del Resucitado la encargada de poner una rúbrica de oro a la Semana Santa local con la procesión de la Resurrección, de un estilo mediterráneo muy marcado, siendo la única que se desarrolla de día junto a la procesión del Domingo de Ramos, en la que la cantera california en este caso tiene todo el protagonismo.

Todas las procesiones tienen como punto de llegada la iglesia de Santa María de Gracia, templo del siglo XVIII situado en la calle del Aire, donde resuena cada día emocionante, con la entrada de la Virgen, la salve cartagenera, poniendo colofón a cada una de las procesiones.