El Real Murcia se embala hacia lo más alto

Un dato que refuerza más aún el trabajo y la figura de Mario Simón, muy criticado semanas atrás desde la grada y el palco incluso cuando su equipo ha sumado puntos. Por eso la victoria grana, que se supo aislar de todo el ruido que ha rodeado al 'caso Drenthe' en los últimos días, tiene un gran mérito a pesar de que no elaboró un fútbol de tiralíneas, sobre todo en la primera mitad, y no siempre mejor que el Granada B, un rival directo para la pelea por el 'playoff'.

La mejor noticia que dejó la primera parte para el Real Murcia fue la gran actuación de Miguel Serna, un seguro de vida bajo los palos, y que el Granada B no se fuera al vestuario con dos o tres goles de ventaja, que pudo pasar. Y es que el equipo de Mario Simón apenas pudo mandar en el partido, no encontró el balón, y fue gobernado por un filial nazarí que fue de menos a más y que se aprovechó de la debilidad de la zaga grana. Los locales, como en los primeros minutos del choque ante el Marchamalo de hace una semana, necesitaban ser más enérgicos y decididos.

Y es que el Murcia fue un flan; un equipo sin intensidad ni fortaleza que fue derrotado en todos los duelos directos, en todos los balones divididos que siempre cayeron del cuadro visitante. Los laterales Mario Sánchez y Madrigal fueron superados siempre, y centrocampistas como Pablo Haro y Javi Saura, entre otros, eran blandos e inocuos en el fútbol grana. El Murcia no tenía presencia y comenzó a sufrir. Por eso Da Costa en los primeros minutos se aprovechó de un desajuste defensivo de la zaga local y se sacó un disparo escorado que despejó Serna, que comenzaba a ser decisivo en el choque. Posteriormente fue Souleyman, el que en dos ocasiones obligó a lucirse al portero grana, el mejor de los primeros minutos y el que suplió las carencias del resto de sus compañeros.

Aún así el Real Murcia se pudo ir por delante en el marcador a pesar de sus carencias en la primera mitad. Sobre todo si Carrasco no hubiera mandado al palo un balón muerto que le cayó en el punto de penalti del área del Granada B. El delantero reaccionó con rapidez, pero no apuntó correctamente. La oportunidad grana, la más clara de todas las de la primera parte, cambió ligeramente la percepción de los primeros cuarenta y cinco minutos. No obstante, el cuadro grana necesitaba más contundencia en defensa para no sufrir en la segunda mitad y también artillería para buscar la meta rival. Carrasco, con un Haro dormido y un Armando sin inventiva en los últimos metros, estaba demasiado desasistido.

Por eso Mario Simón, reconociendo su error de planificación inicial, apostó por Dani García y Santi Jara para buscar una victoria que asegurara a los granas en el 'playoff'. El primero había tenido problemas físicos durante la semana, y el segundo debía demostrar desde el primer momento que ha aterrizado de nuevo en el Real Murcia para ser un futbolista decisivo.

Y el partido cambió por completo con los dos cambios en las filas del equipo grana. La presencia arriba de más dinamita e inventiva hizo que el campo se volcara hacia la portería de Ángel Jiménez, que comenzó a ver a los atacantes granas de cerca. Hasta que a los seis minutos de la reanudación las buenas vibraciones se transformaron en una buena jugada personal por la banda derecha de Mario Sánchez que puso un centro envenenado para que Dani García, de primeras y sin parar el balón, pegara al esférico para batir al portero nazarí. El atacante grana, que había ido de más a menos en la temporada, celebró el gol con rabia.

Aunque contestó Bryan con un disparo flojo que detuvo nuevamente Miguel Serna, seis minutos después del primer gol llegó un pase de tiralíneas de Santi Jara que Dani García, tras orientar el balón hacia su pierna derecha, volvió a batir al portero del Granada B. El Murcia había resuelto, aparentemente, el choque, pero necesitaba cabeza fría y no cometer errores en el tramo final del partido para asegurar una victoria que era oro puro en la pelea por acabar en la zona alta de la tabla. Sobre todo porque alguna vez en el Enrique Roca, tras adelantarse en el marcador, había acabado perdiendo puntos que ya tenía en el bolsillo.

Pero el equipo grana no se resquebrajó y poco a poco aprendió a no sufrir defendiendo mejor su portería, de forma más sobria. El cuadro de Mario Simón ejerció a partir de conseguir su ventaja un fútbol control comandado por Julio Gracia y un Santi Jara que se encontraba cómodo sobre el césped y era diferencial por su técnica depurada y su visión de juego. El manchego pensaba muy rápido e intentaba hacer jugar a su equipo hacia adelante.

Y así fue muriendo un partido que hasta el final no tuvo ni siquiera un sobresalto para Serna, que comenzó a pasar desapercibido. La victoria alarga la buena racha del equipo de Mario Simón, un entrenador que ha pasado de estar cuestionado y a demostrar su eficiencia sacando partido a un plantilla 'low cost' que está rindiendo por encima del nivel esperado y que se ha sobrepuesto a las bajas y a las curvas que se ha encontrado en las primeras diecinueve jornadas de Liga.

El Real Murcia sigue lanzado y ya suma siete jornadas sin perder. Una racha en la que el equipo grana ha logrado cinco victorias y dos empates, sumando diecisiete de veintiún puntos posibles.

Los granas han pegado un estirón tras la victoria. Con el triunfo escala una posición y se sitúa cuarto con 34 puntos, a solo uno del Hércules, tercero, y tres de La Nucía y el Intercity, los dos primeros en la clasificación del grupo V de Segunda RFEF. Pero lo mejor es que ha comenzado a abrir distancias con los perseguidores. Tras la jornada de ayer saca tres puntos al Alzira, quinto, cuatro al Eldense, sexto, y cinco al Mar Menor, que ayer cayó ante el Eldense. Una jornada ventajosa para los granas que el próximo domingo visitarán al Intercity, un equipo que cayó en la primera vuelta en el Enrique Roca.