Ruth Lorenzo: «Solamente se puede ser una diva sobre el escenario»

Ruth Lorenzo bien podría funcionar como sinónimo de explosión. En todos y cada uno de los sentidos. Su manera de entender la vida, de reflejar sus sentimientos en las canciones, de apostar por su carrera, de maniobrar por la siempre confusa industria musical, de arrancarse las entrañas y transformarlas en estribillos, de sobrevivir a los juicios externos e internos, de cantar con una voz inconfundible y, conviene recalcarlo, inigualable dentro del panorama nacional actual. La artista murciana implosiona como un volcán, intimida con la furia irresistible de la humilde sencillez y conquista con un nuevo disco, 'Loveaholic', que supera ampliamente a su predecesor, 'Planeta azul', desde la mezcla del rock, el pop, el soul y lo latino. Un conjunto de géneros unidos por la desnudez literaria de una Lorenzo que centra la mirada de sus letras a la misma altura del lado más apasionado del corazón. El amor correspondido; el amor destrozado; el amor arrepentido; el amor desorientado; el amor que vuelve; el amor que se marcha; el amor que deja dudas; el amor que nunca hace la cama; el amor que siempre hace el amor; el amor, en definitiva, que engloba las mismas victorias que derrotas en su casillero. Un disco de una honestidad que desarma y con un buen número de temas sobresalientes ('Good girls don't lie'; 'Another day', en la que colabora el mismismo Jeff Beck; 'Ride'; 'Moscas muertas' o la propia 'Loveaholic', la mejor del lote) que, en su asalto al escenario, termina de encontrar su potencial definitivo gracias a una artista que no entiende la música como un oficio, sino como una vida que conviene ser exprimida desde la entrega más absoluta. Hablamos con Ruth.

-Ha estado trabajando durante casi tres años en las canciones de 'Loveaholic'. ¿Ha sido el proceso de composición donde se ha mostrado más exigente hasta la fecha?

-Siempre he sido muy exigente en todo lo que hago, pero lo que sí he sido en este disco ha sido más artesana.

-¿Qué tema de 'Loveaholic' se parece más a la canción que siempre soñó escribir?

-¡Qué difícil! Esa pregunta es complicadísima (risas). Pero hay un tema en el disco que resume mi filosofía de vida: 'Amanecer'. Esa canción es mi religión.

-¿Hasta qué punto le cuesta desligarse de un disco en el estudio, considerar que está terminado al cien por cien?

-Sorprendentemente, esta vez sí que he sentido que había un final. Es decir, no me metería a grabar nada más para el álbum. Estoy supersatisfecha con el resultado final.

-En la vida y en la música, ¿siempre es más difícil marcharse que regresar?

-Creo que siempre tienes la opción de abandonar. Y siempre llevas una vocecita encima del hombro que nunca te deja tranquila y te dice: '¿por qué te dedicas a esto? Si hay tanta gente, si la industria está fatal, etc.' En ese sentido, creo que lo más difícil es ignorar a los matasueños, mantenerte en otro lugar mental para no hacerles caso y seguir soñando despiertos.

-Después de tantos años sobre las tablas, ¿qué siente cuando regresa al hotel o a su casa después de un concierto? Ese momento de intimidad después de una entrega total y colectiva debe de ser también intenso, ¿no?

-Mira, te voy a contar un secreto. La semana pasada, después de una actuación increíble, muy compleja y emocionante, llegué a casa y estaba tan feliz que no pude casi dormir. Y cuando me desperté al día siguiente decidí tomarme la mañana libre, así que me bajé al mercado, compré fruta y verdura y me pasé un buen rato cocinando. Soy mucho de contrastes. Y, además, como soy una persona tan familiar, tan de Murcia, tan de mi gente, cuando vivo momentos tan intensos sobre el escenario lo que me sale después es sacar mi versión más cotidiana.

-¿Cómo gestiona esos momentos de soledad inevitable en la vida de toda artista?

-Viendo 'Friends'. Es lo más que hay en el mundo. Creo que la he visto entera unas ocho veces. Te prometo que hay veces que ya creo que son mis amigos.

-¿Cómo definiría usted el término 'diva'? ¿Qué condiciones cree que debe tener una artista para ser considerada como tal?

-Siempre he tenido un problema con la palabra diva, y es que la gran mayoría de divas lo son en todos sitios. Y para mí solamente se puede ser una diva sobre el escenario. Yo, por ejemplo, cuando me bajo de las tablas soy la hija de mi madre, la hermana de mis hermanos, la Ruth más normal.

-Y, dígame, ¿qué siente cuando la señalan como una de las pocas divas con las que contamos en nuestro país?

-Es un honor escuchar eso. Yo todavía llevo dentro a las grandes divas de nuestro país como son Lola Flores, Rocío Jurado, Sara Montiel o Norma Duval, por ejemplo. En cualquier caso, creo que todavía no estoy ahí, pero espero, cuando tenga unos sesenta y cinco años, seguir en el escenario, con mis grandes vestidos, cantando de puta madre y dándolo todo. Ese es mi sueño.