El Hermosa Fest pone el ritmo al puente del Pilar

Dos días de música en el recinto de Trips Summer Club. La segunda edición del Hermosa Fest ofrece la penúltima oportunidad de disfrutar de 'Zahara Rave' en nuestro país y los vibrantes directos de grupos como La Casa Azul, Ojete Calor, Nunatak, Funambulista y Despitaos.

La segunda edición del Hermosa Fest ofrecerá la penúltima oportunidad de disfrutar de 'Zahara Rave' en nuestro país. Un espectáculo mutante, desafiante, provocador, profundamente libre y tejido con hilos de carne, hueso, heridas, cicatrices, sudor, lágrimas y corazón desatado con el que la artista ubetense ha escrito un punto de inflexión de apabullante relevancia en su carrera, disparándola hacia un futuro repleto de posibilidades. Un cambio que se inició tras la publicación hace dos años de 'Puta', su gran obra y uno de los discos españoles más importantes e impactantes surgidos en lo que llevamos de siglo. Nada fue igual después de aquel sonoro golpe sobre la mesa del pasado, de aquel zarpazo al dolor, de aquel brutal grito para sanar y resucitar. La confirmación definitiva de Zahara como uno de los grandes talentos de nuestra música. Charlamos con ella.

–En 'Zahara Rave' encontramos música, danza, política, sensibilización, libertad y reivindicación. ¿Cómo fue el proceso para dar espacio a elementos tan diversos dentro de un mismo espectáculo?

–Siento que ha sido más bien una evolución de la música que he ido escuchando y de las raves a las que he ido, espacios en los que he sentido que era seguro expresarse y donde he notado la manera tan especial con la que se conecta con la comunidad a través del baile. Siempre he dicho que no hay mayor sensación de libertad que la de encerrarte en tu cuarto, poner música y bailar sin que nadie te mire. Pues imagina conseguir eso mismo cuando estás rodeada de personas, aunque en realidad no le importes a nadie porque todas ellas están vibrando consigo mismas y con algo más grande. Creo que es muy potente mandar un mensaje reivindicativo o una reflexión desde ese lugar.

–¿Qué es lo más complejo a la hora de adaptar un concepto tan de club como es la rave al espacio abierto y multitudinario que presentan los festivales?

–Es distinto, sin duda. Las mejores raves que he vivido han sido en salas en las que daba igual la hora que fuera porque, en lugares así, siempre es de noche. Teniendo esto en cuenta, nosotros mandamos un mensaje al inicio en el que explicamos lo que va a suceder durante el concierto, haciendo hincapié en que se trata de un sitio en el que intentamos que se respete a todo el mundo y animando a quienes no lo vean así a que se marchen. Por supuesto, es una invitación que hacemos desde el humor, pero también parte de una realidad que avisa de que, si vas a estar juzgando, quizá no sea tu espacio.

–¿Hasta qué punto ha cambiado su forma de entender la música tanto sobre el escenario como en la composición una experiencia tan salvaje como 'Puta'?

–Ha variado muchísimo, sobre todo porque 'Puta' es el primer disco que compuse y produje a la vez, contando en todo momento con Martí Perarnau. Fue un proceso de seis meses en el que solamente hicimos eso. A lo largo de mi vida, he tenido el concepto más clásico de grabación de quince o veinte días, pero aquí sentí que todo estaba más unido. Ha sido el viaje musical más grande de mi vida y una experiencia profunda de descubrimiento y experimentación.

–Tras una vivencia así, ¿cree que podrá volver a escribir sobre experiencias ajenas o personajes ficticios?

–El lugar en el que hago eso es la literatura. Descubrí que podía evadirme de lo autobiográfico cuando escribí 'Trabajo, piso, pareja'. Tengo más ganas que nunca de salir de lo que supone contar y cantar mi vida. Eso sí, en la música no soy capaz de narrar historias que no he vivido, porque las canciones, para mí, son un vómito y una necesidad vital.

–En ese sentido, en 'Puta' encontramos unos textos impresionantes que parecen nacer, efectivamente, en forma de vómito.

–Tienes mucha razón. 'Puta' es un vómito. Los primeros textos del disco aparecen después de un mes y medio en el que estuve sin escribir. Fue durante la pandemia y me sentía muy mal, pero vi el documental 'Miss Americana' sobre Taylor Swift y eso fue lo que provocó que empezara a soltar las palabras de las cuales saldrían muchas canciones como 'Flotante', 'Médula' o 'Merichane'. Me gusta escribir sin filtro, como si estuviera poseída.

–¿Ha variado la manera en la que se juzga a sí misma a nivel artístico?

–No. Nunca me he juzgado. Siempre he sido bastante libre, me ha gustado expresarme, investigar y ser fiel a lo que siento en cada momento. La composición debe tener muy poco de juicio porque la creación nace desde esa libertad.

–La electrónica ha jugado un papel clave en este periodo artístico. ¿Le gustaría seguir profundizando en ella?

–La electrónica ha cambiado mi vida. Y ha llegado para quedarse. Lo que he sentido en las raves me ha transformado y ha generado una conexión brutal conmigo misma y con los demás.

–Es precioso cómo un disco que nació de la rabia y la herida ha terminado resultando tan sanador y reconfortante para usted.

–Es brutal lo que me ha dado 'Puta', sobre todo porque, como dices, nace del desahogo y el cabreo. Esa necesidad me ha llevado a conversaciones con mi familia, a expresarme como realmente soy y a hablar sobre temas como la violencia, los abusos o la bulimia. Poner esto sobre la mesa me ha permitido conectar de una manera muy especial con mis seguidores y ha hecho que muchas mujeres me escribieran porque se sentían identificadas. Además, ha sido maravillosa la acogida que le ha dado la prensa y la industria. 'Puta' ha terminado siendo algo mucho más grande de lo que jamás imaginé.

Además de una auténtica enciclopedia musical con la que siempre resulta un auténtico placer charlar largo y tendido sin tener en cuenta el tiempo (supuestamente) establecido para una entrevista, Guille Milkyway es uno de los grandes genios de la historia del pop español. En su mente fluyen mil y una influencias que van de, cogemos aire, Raffaella Carrà a los Super Furry Animals, pasando por Phil Spector, los Bee Gees, Donna Summer, Nino Bravo, Alaska y los Pegamoides, el trap, la música disco, la rumba o el soul. Y dejamos un buen puñado de referentes más en el tintero.

A priori, semejante mezcla podría ocasionar un caos incomprensible o demasiado extravagante, pero, en las manos, corazón y cuerdas vocales del líder y creador de La Casa Azul, el resultado es un festival de la melodía perfecta, una oda al estribillo ganador, un revolcón de entusiasmo y una inyección de vitalidad con su pizca justa de melancolía cuyo poder lleva siendo infalible desde hace cerca de veinticinco años.

Más de dos décadas en las que Milkyway ha firmado, además de magníficas maquetas, EPs y sencillos, cinco trabajos monumentales: 'El sonido efervescente de la casa azul', 'Tan simple como el amor', 'La revolución sexual', un disco sencillamente perfecto, 'La Polinesia Meridional' y 'La gran esfera'. Todos ellos tendrán su momento de lucimiento en el regreso de La Casa Azul al Hermosa Fest, cita en la que, el pasado año, brindaron el concierto más memorable de aquella primera edición.

Hay muchas ganas, imposible que fuera de otra manera, de entregarse a la fiesta universal de un repertorio que se eleva hasta el infinito en la complicidad, éxtasis y felicidad colectiva del directo, haciendo de canciones como 'Superguay', 'Nunca nadie pudo volar' o 'Esta noche sólo cantan para mí', el tesoro escondido dentro del lote, una excusa maravillosa para olvidar el ruido, el aburrimiento y la desidia. La evasión única e incomparable de La Casa Azul.

A estas alturas, y después de tantas visitas a la Región en formato de salas o con su nombre reinando en los carteles de múltiples festivales, Ojete Calor es una propuesta que ya sabes si te encanta o si comulgas entre poco y nada con ella.

En el caso de que su actuación en la segunda edición del Hermosa Fest vaya a suponer tu estreno en el universo de la pareja artística formada por Carlos Areces y Aníbal Gómez, dos de los cómicos más brillantes de nuestro país, mi consejo sería que te dejases llevar por sus letras hilarantes, su estética indescriptible, su humor incorregible y, sobre todo, su catálogo de joyas de esencia 'subnopop'.

Si no te lo tomas demasiado en serio, verás como te lo terminas pasando en grande con temas tan delirantes (y efectivos) como 'Mocatriz', 'Opino de que', 'Extremismo mal', 'Viejoven' o 'Morreo'. Únicos.

Entre las diversas virtudes que atesora Miss Cafeina, empezando por su envidiable catálogo de canciones adictivas, se encuentra su vertiginoso ritmo de trabajo. Por eso, resulta más que merecido y comprensible el descanso que la banda ha anunciado que se tomará al finalizar un periodo de giras que roza los cuatro años de duración, etapa en la que han presentado a lo largo y ancho de numerosos escenarios las canciones de fantásticos trabajos como 'Oh Long Johnson' y 'El año del tigre'. Tocará entonces echarle de menos, pero todavía quedan opciones de gozar con su radiante directo en noches como las del próximo sábado.

En 2023, María Escarmiento, nombre artístico tras el que se encuentra María Villar, ha publicado su primer LP, 'Cosas de brujas', y un EP firmado a medias con Fran Laoren, 'Sensación de calor'. Dos trabajos con los que la madrileña se ha terminado de situar con justicia como una de las artistas más personales, atrevidas y genuinas del hyperpop.

La banda cartagenera Nunatak abrirá la tanda de conciertos del sábado en el Hermosa Fest con un repertorio en el que, además de sus canciones más representativas y queridas, habrá un espacio importante para los temas de su último disco: 'Nunatak y la isla invisible'. Tendremos así la oportunidad de disfrutar en directo de las composiciones más compactas, sorprendentes, imaginativas y emocionantes de una formación que, con su quinto trabajo, ha logrado alcanzar una cima tan rotunda como deslumbrante.

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